viernes, 11 de febrero de 2022

Reseña: Hay momentos que deberían ser eternos


Me apuesto lo que quieras a que los seres humanos solo tardamos veinticuatro horas en olvidarnos de vivir, pero vivir de verdad… Como si cada instante pudiese ser el último. Y es que solo somos conscientes de lo corta que es la vida cuando ocurre una desgracia a nuestro alrededor. De pronto, nos sentimos afortunados y juramos y perjuramos que vamos a cambiar, que vamos a pasar más tiempo en familia, vamos a viajar más, vamos a discutir menos y… Como he dicho antes, pasadas esas primeras veinticuatro horas, todo eso queda en el olvido y volvemos a perder el tiempo con tonterías…

Desde el momento en el que se conocieron, las noches de Madrid y los días en Ibiza llevan sus nombres. Ella siempre con un “no” por bandera. Él siempre con un “sí” entre sus labios. Juntos se darán cuenta de que un día sin sonreír es un día perdido y que los planes improvisados siempre salen mejor que los planeados, pero, sobre todo, Eva y Marc, descubrirán que hay momentos que deberían ser eternos. 

Creo que no existen suficientes palabras de agradecimiento para darle las gracias a Megan Maxwell por este libro. Supongo que muchos pensaréis que estoy exagerando, pero creo que el mundo necesita más libros como estos. El tema que trata este libro no es fácil, todos nos acojonamos cuando escuchamos la palabra “cáncer”, pero esta autora nos da un punto de vista diferente que consigue que estas páginas se llenen de algo que nunca nadie debería de perder, la esperanza. Así que, por mí, que Megan Maxwell se tome siempre todas las licencias que quiera. 

Nuestro protagonista masculino, Marc Sarriá, es un prestigioso cirujano oncológico que se dedica a salvar vidas, pero en este libro no solo lo veremos como médico, sino también como paciente. Y ver ambas perspectivas ha sido algo muy interesante. Aunque, sin duda, mi parte favorita ha sido en esa sala de espera en la que los desconocidos se vuelven amigos y el amor se convierte en algo incondicional.

Hay que ser positivos porque cuando lo somos tenemos el poder de convertir los problemas en retos y no en malditos obstáculos que no nos dejan avanzar. La autora se recrea mucho en este pensamiento y en lo fundamental que es mantener una actitud positiva en nuestro día a día. Y es que el personaje de Eva da un cambio gigante cuando empieza a cambiar la palabra, “no”, por el adverbio, “sí”. Ella es una chef profesional que se desvive por su trabajo, pero conocer a Marc, le hará replantearse todas sus prioridades… Y lo que me ha parecido un detalle por parte de la editorial es que en las últimas páginas de este libro podemos encontrar todas las recetas que cocina nuestra protagonista. ¡QUE APROVECHE!

La música de Bruno Mars será la encargada de dar voz a la historia de amor de Eva y Marc, dos personas que vienen de mundos diferentes, pero como la propia autora se encarga de recordarnos; el dinero no da la clase, ni la pobreza la vulgaridad. Además, en esta ocasión, no solo seremos testigos de un bonito romance, sino que también conoceremos de primera mano todos los problemas familiares que atraviesan los padres y hermanos de Eva, que ya os adelanto yo, que no son pocos.

Este libro está muy bien, de hecho, se lee rapidísimo porque es muy adictivo, pero he de decir, que no ha conseguido emocionarme. En ese sentido sí que es cierto que me han faltado mariposas en el estómago, me ha faltado que se me erizara la piel en algunas escenas y, sobre todo, me han faltado lágrimas y mira que el final de poco consigue matarme de un infarto, pero…

Insistir, resistir, vivir y nunca desistir. Creo que no podría acabar esta reseña de otro modo porque esto es justo lo que nos enseña Megan Maxwell en “Hay momentos que deberían ser eternos”. Un libro que te hará replantearte que la vida es mucho más que horarios y rutinas. 



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sábado, 29 de enero de 2022

Reseña: Anne sin filtros



El mundo se detiene, una ráfaga de aire le mueve el pelo hacia atrás a la vez que una sonrisa aparece en su rostro… Por supuesto, todo esto pasa a cámara MUY lenta mientras de fondo suena alguna canción bonita. Su mirada se encuentra por primera vez con la tuya y tu corazón reacciona acelerándose y es justo ahí, cuando descubres que la persona que acaba de entrar por la puerta es el amor de tu vida. Eso es lo que nos enseñan las películas, ahora bien, la realidad no se parece en nada a la ficción y Anne Shirley, nuestra protagonista, estaba a punto de encontrar todas las diferencias.

Imaginar siempre se le ha dado bien, por eso, contar historias es su pasión. En internet la conocen como Lady Cordelia, una de las mejores escritoras de fanfics, pero en la vida real es una chica normal y corriente a la que todos llaman Anne con e. La chica pelirroja de las trenzas largas vuelve a nuestras vidas para convertirse en la protagonista de su propia historia porque ha llegado la hora de dejar de soñar con los ojos abiertos para empezar a vivir con el corazón despierto.

Más de cien años han pasado desde que Lucy Maud Montgomery escribiera, “Ana la de tejas verdes” y es increíble ver como esta historia sigue llegando a los corazones de la gente. Da igual que edad tengas, de qué género seas o en qué país residas… Esta historia nunca va a pasar de moda y siempre va a ser especial para aquellos lectores que en algún momento de sus vidas se han identificado con la protagonista porque una de las cosas buenas que tiene este clásico es que es muy sencillo empatizar con Ana Shirley y con la gran imaginación que posee. Ahora bien, no sé cómo se les ocurrió la idea de hacer un retelling de esta historia a Iria G. Parente y Selene M. Pascual, pero lo que sí sé es que les estoy muy agradecida por ello porque volver a Tejas Verdes en pleno siglo XXI, ha sido como volver a casa después de un viaje muy largo.

A esta nueva versión no le falta ningún detalle, de hecho, las primeras páginas de este libro me abrumaron por el gran parecido que encontré con la obra original. Y es que, si no hubiese sido algo imposible, me hubiese creído que al teclado estaba la mismísima Lucy Maud Montgomery. Así que decir que Iria G. Parente y Selene M. Pascual han hecho un trabajo impecable, posiblemente sea quedarme corta porque considero que han sabido plasmar muy bien la esencia de este clásico.

Para mí era muy importante reencontrarme con todos los personajes de esta novela, ver como estas autoras les daban una nueva vida y lo cierto es que, ahora mismo, estoy sin palabras porque no solo han sabido meterse en la piel de cada personaje, sino que, además, han conseguido que encajen a la perfección en este nuevo mundo que han creado. Ahora, Tejas Verdes es una cafetería donde los hermanos Cuthbert; Marilla y Matthew, se encargan de hacer pasteles y servir bebidas calientes, mientras su hija adoptiva, Anne, empieza su primer año de universidad junto a su mejor amiga, Diana. Allí, ambas, disfrutarán de muchas primeras veces y harán nuevos amigos como; Phil, Roy, Fred, Josie Pye, Ruby. Y algún que otro enemigo como Gilbert Blythe. ¿Os suena alguno de estos nombres? Porque como podéis ver no se han dejado a nadie por el camino y, es más, han incluido a personajes de su propia cosecha que hacen que la trama sea todavía más interesante.

Los tiras y aflojas entre Anne y Gilbert es otro ingrediente que sigue inalterable en estas páginas. Pero, en esta versión, los veremos compitiendo por ver quién escribe el mejor fanfic de la serie de moda, “El caballero del espejo”, un retelling de la historia original de “El Rey Arturo”. Ver quién llega primero a las quinientas mil visitas, ver quien hace las mejores fotos para promocionar sus textos… Y al mismo tiempo, también seremos testigos de cómo poco a poco empiezan a acercarse, como juntos van afrontando las malas críticas... Y he de decir que ha sido muy bonito reencontrarme con esa parte de mí que escribía fanfics sobre una de sus películas favoritas de la infancia porque lo cierto es que se me había olvidado lo mucho que disfrutaba escribiendo sobre ello.

Así que sí, una de las cosas que más me han gustado de este libro es que las autoras, a través de Anne y Gilbert, nos muestran cómo se sienten al escribir; como necesitan ordenar sus ideas y plasmarlas al papel, como necesitan dar voz a sus miedos, como necesitan gritar por la libertad, como necesitan contar historias, vivir a través de sus propios personajes… Y sentir esa pasión por las palabras, por las historias… Ha sido algo mágico. De hecho, este libro nos deja pensando mucho sobre la idea de estudiar algo que nos apasiona o estudiar otra cosa que apenas nos causa interés, pero que con el tiempo puede tener mejores salidas laborales. Y ha sido un debate de lo más interesante porque aquí, el personaje de Diana nos da un nuevo punto de vista a tener en cuenta, ya que ella ama dibujar, de hecho, es la encargada de ilustrar algunos capítulos de Lady Cordelia en la red, pero ella prefiere hacer de su pasión un hobby y no una obligación. Y creo que esto también es muy importante.

Por otra parte, tengo que destacar la edición de este libro porque en el interior de este tomo se esconden unas magníficas ilustraciones de Cristina Cid y, además, en este volumen, también podemos leer algún que otro capítulo de los fanfics de nuestros personajes que las autoras han ido enlazando con lo que les sucedía en ese momento a los protagonistas.

El accidente de la barca, el pelo teñido de verde, el pastel que esconde un ingrediente secreto… Pero aún por muchas semejanzas con la obra original, Iria G. Parente y Selene M. Pascual, han sabido crear algo propio y diferente. De hecho, me atrevería a decir que han mejorado la trama, añadiendo diversidad sexual a sus personajes, rompiendo con cualquier etiqueta y estereotipo, hablándonos del amor en su mejor versión y ofreciéndonos también una trama sobre la importancia de aceptarnos a nosotros mismos. Además, este libro, también trae consigo una gran lección que viene a ser que al final solo mostramos a los demás lo que queremos que vean y eso es solo una pequeña parte de nosotros que ni siquiera tiene el poder suficiente como para definirnos como persona. 

Así que, si de algo estoy segura, es de que Lucy Maud Montgomery, allá donde esté, se sentirá MUY orgullosa de Iria G. Parente y Selene M. Pascual porque leyendo este libro, te das cuenta de lo mucho que estas autoras han disfrutado reescribiendo esta historia, te das cuenta del respeto con el que han tratado a cada uno de los personajes y, sobre todo, te das cuenta de que ambas se han dejado el corazón escribiendo, “Anne sin filtros”.


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viernes, 21 de enero de 2022

Reseña: Sol de medianoche



A la pregunta… ¿Sigues enamorada de Edward Cullen después de trece años? Yo respondo; en la salud, en la enfermedad y hasta que la muerte nos separe. Sí y mil veces SÍ. (Por suerte él es inmortal) Porque al final da igual el tiempo que pase, hay libros que marcan un antes y un después en la vida de una persona y yo estoy muy orgullosa de decir que en mi caso fue la Saga de “Crepúsculo”.

Para mí estos libros fueron muy importantes en su día y podría decirse que llegué hasta obsesionarme con este mundo de vampiros y hombres lobos, de hecho, sigo teniendo un poster gigante detrás del armario y creo que va a seguir ahí durante muchos, muchos años más... Pero el caso es que cuando me enteré de que Stephenie Meyer iba a publicar POR FIN este libro, mi mente automáticamente dijo; “NO ME LO CREO”. Y seguidamente un; “LO NECESITO”. Y bien es cierto que ya me pasó algo así cuando decidió publicar en el décimo aniversario; Vida y muerte”, el libro en el que los protagonistas cambian de género, pero sabía que esta vez iba a ser algo todavía más especial porque se trataba del mismísimo Edward Cullen.

“Sol de medianoche” es la historia que ya todos conocemos, pero esta vez narrada por nuestro vampiro favorito, Edward Cullen. Y creerme cuando os digo que ha sido todo un placer sumergirme en su mente. Además, creo que Stephenie Meyer ha sabido hacer un trabajo brillante. (Tan brillante como el propio Edward Cullen a la luz del sol) Y es que normalmente, este tipo de libros, acaba por convertirse en un mal resumen de la historia original, pero creo que, en este caso, la autora, ha sabido jugar muy bien sus cartas y ha sabido dar voz propia a estas páginas ofreciéndonos una nueva perspectiva la mar de interesante. De hecho, ha sido muy curioso ver esos primeros capítulos en los que Edward planeaba el asesinato de Bella… 

Y es que en este nuevo tomo encontramos escenas completamente nuevas que dan respuesta a muchas cosas de la saga original y pienso que sería muy estimulante ir leyendo los dos libros a la vez porque creo que ambas historias se complementan a la perfección. Incluso, me atrevería a decir que en este libro el personaje que menos fuerza tiene es Bella, mientras que el resto de la familia Cullen gana mucho más protagonismo que en la saga principal y esto, en parte, es lo que hace que ambas perspectivas encajen tan bien.

Bien es cierto que acabo de decir que este libro aporta bastante nuevo contenido a la trama, pero tras leer las ochocientas páginas que tiene este tomo también os advierto que tiene bastante relleno... Monólogos muy, MUY repetitivos en los que Edward cree que Bella se va a marchar porque se le ha acelerado el corazón; él cree que es por el miedo y lo único que ocurre aquí es que la muchacha está excitada o capítulos completamente innecesarios en los que solo se hablan de modelos de coches. Pero lo que sí que me ha gustado y mucho es que, al ser capaz de leer las mentes, Edward, hace como una especie de crítica a la sociedad y eso algo que me ha maravillado.

Y bueno, he de admitir que es un libro bastante denso y la traducción no ayuda nada porque esto de que la editorial traduzca los libros como si fueran las películas Disney de los ochenta… NO FUNCIONA. Porque esta mezcla entre castellano y latino lo único que hace es sacarte de la trama, de hecho, hay diálogos en los que me imaginaba a Edward y Bella como si fueran protagonistas de “Pasión de Gavilanes”. (Solo les faltaban los sombreros de vaqueros porque la camioneta ya la tenían). Ese es el nivel.

Volver a Forks después de tantos años me ha hecho revivir toda clase de emociones y no puedo negar que he disfrutado muchísimo, muchísimo de estas páginas. Y es que creo que esta historia tiene algo muy especial y recordar todas esas escenas míticas; el león y la oveja, el partido de beisbol, el baile de fin de curso… Ha sido como una especie de regalo y no sabéis lo agradecida que le estoy a la autora por hacer algo así para sus fans. Y sí, si nos paramos a pensar, este libro no era necesario y menos después de tanto tiempo… Pero, sin duda, ha sido mágico regresar a este universo y ya os digo yo que no me importaría seguir leyendo el resto de libros bajo la perspectiva de este personaje. De hecho, creo que el de “Luna nueva” tiene que ser de lo más interesante, ya que, en ese libro, Edward, se marcha, dejando a Bella sola… Y poco se habla de lo que este señor hizo durante ese tiempo.

Y vale, sí, mentiría si no os dijera que crecer me ha hecho darme cuenta de que la historia de amor entre Edward y Bella no es sana, hay muchas cosas tóxicas entre estas páginas; allanamiento de morada, celos, obsesión compulsiva, dependencia… Pero, ¿Os podéis creer que sigue siendo uno de mis romances favoritos?

En conclusión, Stephenie Meyer puede sacar todos los libros que quiera relacionados con el mundo de “Crepúsculo” porque si algo tiene más que asegurado es mi dinero y mi nostalgia. Y esa es la única verdad que aquí importa.



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viernes, 14 de enero de 2022

Reseña: Sueño de una noche de teatro


Pensándolo bien, leer, tiene que ser algo parecido a cuando vas al teatro. Se abre el telón y empieza la auténtica magia… Pero muy pocos son conscientes del caos que puede haber en vestuarios en ese momento, de los cambios de guion y atrezo que se han realizado a última hora o de los problemas personales a los que se enfrenta cualquier actor fuera del escenario. Para ellos, el mundo empieza a detenerse justo en el momento exacto en el que se anuncia que faltan cinco minutos para que empiece la actuación y que, por favor, apaguen sus teléfonos móviles… A partir de ese momento, solo importa lo que tienes en frente, justo como cuando abres un libro por primera vez.

Elsa Soler, es la asistenta de dirección de uno de los directores más queridos de Barcelona, Max Borges. Ambos, junto a su grupo creativo, empezarán a ensayar, Macbeth”, la obra de teatro más oscura de Shakespeare, con el único objetivo de que Max Borges alcance el éxito internacional que se merece. Pero a veces, soñar con los ojos abiertos puede tener consecuencias…

En este libro encontramos una primera parte, ambientada en Barcelona, en la que la autora nos narra las peculiaridades de todos los personajes de esta novela, nos habla también del porqué la obra escogida para representar es Macbeth” y no “Hamlet” y nos cuenta, sobre todo, como este grupo de personas tan dispares acabó formando parte de la misma compañía teatral. En contraste, la segunda parte de este libro está ambientada en Escocia y entre estrenos, fantasmas y bastones de caramelo nuestros protagonistas empezarán a entender que no hay cosa que dé más miedo que los “cambios”.

Como no podría ser de otra forma, viniendo de Mónica Gutiérrez, a este libro no le falta ningún detalle. Se nota que la autora se ha documentado muy bien para crear esta novela y se puede palpar su amor propio por; Shakespeare, Barcelona y las Highlands. De hecho, me he visto aprendiendo cosas de lo más interesantes sobre todo tipo de lugares, obras teatrales o leyendas llenas de encanto.

Y bueno, no voy a mentiros, nada más leer el título de esta novela supe que este, se iba a convertir en uno de mis libros favoritos de la escritora y desde luego, que no me equivoqué, porque si hay algo que me gusta tanto como leer es el mundo del espectáculo y para desgracia de Max Borges, los musicales son mi género favorito. Así que no os podéis ni imaginar lo bien que me lo he pasado entre bambalinas. Podría deciros incluso que de todos los libros que he leído de esta autora, este, para mí, es el más divertido, ya que me he visto atrapada por un humor exquisito y por unos diálogos la mar de ingeniosos. Aunque, no puedo olvidarme de mencionar, la historia de amor que encontramos en su interior, el romance que se va cociendo a fuego lento desde el principio, porque sin duda, ha sido otro de los ingredientes que han logrado dibujarme una sonrisa de oreja a oreja.

Mónica Gutiérrez no solo me ha hecho sentir como un personaje más dentro de todo ese grupo de actores y técnicos, sino que también ha conseguido emocionarme y hacer que esta historia se vaya directa a mi corazón. De hecho, me ha costado MUCHO despedirme de cada personaje porque es que cada uno de ellos se hace de querer, incluso con sus rarezas. Un dramaturgo obsesionado con Shakespeare, un actor con problemas de alcoholismo, una catedrática medievalista, el primer ministro del Reino Unido, la diva de los escenarios y hasta el recepcionista del hotel… Y de verdad, gracias a sus reflexiones y a su forma de ver la vida me he sentido arropada y comprendida. Me he sentido en casa.

En otro orden de cosas, el marcapáginas que usé mientras leía este libro decía la siguiente frase; “No sirve de nada preocuparse. Lo que venga vendrá, y le plantaremos cara”. No fue a caso hecho, lo prometo, pero creo que resume muy bien la esencia de este libro, ya que al final, vemos como cada uno de los personajes le planta cara a los diferentes problemas que van surgiendo dentro y fuera de los escenarios y nos hacen darnos cuenta, a los espectadores, de lo verdaderamente importante de la vida. De ahí, que tantas frases se hayan quedado conmigo con el paso de las páginas.

Desde luego que Mónica Gutiérrez es de esas personas que no necesitan de trucos para hacer magia y “Sueño de una noche de teatro” es la prueba de ello. Una historia dulce, amable y muy, MUY divertida. Un lugar al que acudir en los días grises y unos amigos a los que visitar cuando necesites un poco de locura y buen humor. Sin duda, una obra maestra que pondrá a todo el público en pie en cuanto se cierre el telón. 


¡MUCHAS GRACIAS A MÓNICA GUTIÉRREZ POR ESTE REGALAZO!

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viernes, 17 de diciembre de 2021

Reseña: Diciembre (no es lo mismo) sin ti


Que sus padres se fueran de viaje a una de esas playas paradisiacas, era algo que Eloise, aprobaba. Pero… ¿Por qué habían tenido que irse justo en Navidad? ¿Qué iba a pasar ahora con el pavo, los regalos y sus tradiciones? ¿Habría Navidad si quiera? Y luego estaba el tema de Cara, su hermana gemela, la única esperanza que le quedaba para no pasar esos días sola… Pero, ¿Cómo iba a tener fe en ella si solo vivía por y para trabajar?

“Diciembre (no es lo mismo) sin ti” es justo el libro que necesitaba para estas fechas. Una novela entrañable, dulce y divertida. Una de esas historias que nos hacen reflexionar sobre dónde y con quien queremos estar en los días especiales del año y que nos recuerdan, que la familia, al final, siempre es lo más importante.

Y es que ha sido muy fácil conectar con el personaje de Eloise, ya que compartimos el mismo espíritu navideño, así que ver como su vida giraba en torno a cenas de Navidad de empresa, besos bajo el muérdago, maratones de películas navideñas y villancicos como banda sonora, ha hecho que me viera muy reflejada en ella. De hecho, yo también soy la típica persona que en septiembre ya empieza a comprar regalos y que en noviembre solo viste con jerséis de renos. Lo sé, algún día tendré que ir a “navideños anónimos”. Con la que sí que no he llegado a conectar tanto, ha sido con su hermana, Cara, que como bien he dicho antes, en lo único que piensa es en ascender en su trabajo. Pero para que esta historia fuera posible, alguien tenía que asumir el papel de Scrooge y le ha tocado a ella.

He de decir que es una novela escrita sin ninguna pretensión. De hecho, no vas a encontrarte con una gran trama, ni mucho menos con unos personajes inolvidables o con el mejor libro escrito del mundo… Ya que al final, hablamos de una historia ambientada en Navidad cuyo único propósito es hacerte pasar un rato agradable y divertido mientras esperas a que llegue el veinticinco de diciembre. Pero sí que es cierto, que, por mi parte, esperaba que esta historia me tocara más el corazón y me ha faltado en ese aspecto más emoción, más sentimientos y que fuera menos previsible... Y algo que sí que no me ha gustado, más que nada porque me ha sacado de la trama en varias ocasiones, ha sido el hecho de que las protagonistas tienen veintidós años, pero yo he tenido la sensación todo el rato de que tenían casi treinta. Entonces, no me llegaba a creer del todo estas páginas.

Por otra parte, este libro está ambientado en Londres y me ha resultado muy curioso ver sus tradiciones. Que sí, que son muy parecidas a las de España. Pero creerme, yo no tenía ni idea de lo que era un “Mince Pie” o un “Cracker” y ha sido muy divertido ir descubriendo este tipo de cosas. Al igual, que también he encontrado muchas referencias a películas, libros y canciones que han sacado a la luz mi lado más friki. Y es que os lo prometo es un libro al que no le falta detalle.

La cuenta atrás a comenzado y Eloise y Cara tendrán que ponerse de acuerdo si quieren celebrar la Navidad juntas. Es tiempo de perdonar. Es tiempo de dejar atrás el pasado. Y es tiempo de enamorarse… Porque si te lo estabas preguntando, este libro también tiene su buena dosis de romance

En conclusión, Beth Reekles, me ha hecho muy feliz con esta novela. “Diciembre (no es lo mismo) sin ti” es un libro que consigue transformar lo cotidiano en algo mágico porque así justo es la Navidad. Una historia que se devora y que, sin duda, sabrá conquistar los corazones de los amantes del espumillón, la nieve y las galletas de jengibre.


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