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sábado, 29 de enero de 2022

Reseña: Anne sin filtros



El mundo se detiene, una ráfaga de aire le mueve el pelo hacia atrás a la vez que una sonrisa aparece en su rostro… Por supuesto, todo esto pasa a cámara MUY lenta mientras de fondo suena alguna canción bonita. Su mirada se encuentra por primera vez con la tuya y tu corazón reacciona acelerándose y es justo ahí, cuando descubres que la persona que acaba de entrar por la puerta es el amor de tu vida. Eso es lo que nos enseñan las películas, ahora bien, la realidad no se parece en nada a la ficción y Anne Shirley, nuestra protagonista, estaba a punto de encontrar todas las diferencias.

Imaginar siempre se le ha dado bien, por eso, contar historias es su pasión. En internet la conocen como Lady Cordelia, una de las mejores escritoras de fanfics, pero en la vida real es una chica normal y corriente a la que todos llaman Anne con e. La chica pelirroja de las trenzas largas vuelve a nuestras vidas para convertirse en la protagonista de su propia historia porque ha llegado la hora de dejar de soñar con los ojos abiertos para empezar a vivir con el corazón despierto.

Más de cien años han pasado desde que Lucy Maud Montgomery escribiera, “Ana la de tejas verdes” y es increíble ver como esta historia sigue llegando a los corazones de la gente. Da igual que edad tengas, de qué género seas o en qué país residas… Esta historia nunca va a pasar de moda y siempre va a ser especial para aquellos lectores que en algún momento de sus vidas se han identificado con la protagonista porque una de las cosas buenas que tiene este clásico es que es muy sencillo empatizar con Ana Shirley y con la gran imaginación que posee. Ahora bien, no sé cómo se les ocurrió la idea de hacer un retelling de esta historia a Iria G. Parente y Selene M. Pascual, pero lo que sí sé es que les estoy muy agradecida por ello porque volver a Tejas Verdes en pleno siglo XXI, ha sido como volver a casa después de un viaje muy largo.

A esta nueva versión no le falta ningún detalle, de hecho, las primeras páginas de este libro me abrumaron por el gran parecido que encontré con la obra original. Y es que, si no hubiese sido algo imposible, me hubiese creído que al teclado estaba la mismísima Lucy Maud Montgomery. Así que decir que Iria G. Parente y Selene M. Pascual han hecho un trabajo impecable, posiblemente sea quedarme corta porque considero que han sabido plasmar muy bien la esencia de este clásico.

Para mí era muy importante reencontrarme con todos los personajes de esta novela, ver como estas autoras les daban una nueva vida y lo cierto es que, ahora mismo, estoy sin palabras porque no solo han sabido meterse en la piel de cada personaje, sino que, además, han conseguido que encajen a la perfección en este nuevo mundo que han creado. Ahora, Tejas Verdes es una cafetería donde los hermanos Cuthbert; Marilla y Matthew, se encargan de hacer pasteles y servir bebidas calientes, mientras su hija adoptiva, Anne, empieza su primer año de universidad junto a su mejor amiga, Diana. Allí, ambas, disfrutarán de muchas primeras veces y harán nuevos amigos como; Phil, Roy, Fred, Josie Pye, Ruby. Y algún que otro enemigo como Gilbert Blythe. ¿Os suena alguno de estos nombres? Porque como podéis ver no se han dejado a nadie por el camino y, es más, han incluido a personajes de su propia cosecha que hacen que la trama sea todavía más interesante.

Los tiras y aflojas entre Anne y Gilbert es otro ingrediente que sigue inalterable en estas páginas. Pero, en esta versión, los veremos compitiendo por ver quién escribe el mejor fanfic de la serie de moda, “El caballero del espejo”, un retelling de la historia original de “El Rey Arturo”. Ver quién llega primero a las quinientas mil visitas, ver quien hace las mejores fotos para promocionar sus textos… Y al mismo tiempo, también seremos testigos de cómo poco a poco empiezan a acercarse, como juntos van afrontando las malas críticas... Y he de decir que ha sido muy bonito reencontrarme con esa parte de mí que escribía fanfics sobre una de sus películas favoritas de la infancia porque lo cierto es que se me había olvidado lo mucho que disfrutaba escribiendo sobre ello.

Así que sí, una de las cosas que más me han gustado de este libro es que las autoras, a través de Anne y Gilbert, nos muestran cómo se sienten al escribir; como necesitan ordenar sus ideas y plasmarlas al papel, como necesitan dar voz a sus miedos, como necesitan gritar por la libertad, como necesitan contar historias, vivir a través de sus propios personajes… Y sentir esa pasión por las palabras, por las historias… Ha sido algo mágico. De hecho, este libro nos deja pensando mucho sobre la idea de estudiar algo que nos apasiona o estudiar otra cosa que apenas nos causa interés, pero que con el tiempo puede tener mejores salidas laborales. Y ha sido un debate de lo más interesante porque aquí, el personaje de Diana nos da un nuevo punto de vista a tener en cuenta, ya que ella ama dibujar, de hecho, es la encargada de ilustrar algunos capítulos de Lady Cordelia en la red, pero ella prefiere hacer de su pasión un hobby y no una obligación. Y creo que esto también es muy importante.

Por otra parte, tengo que destacar la edición de este libro porque en el interior de este tomo se esconden unas magníficas ilustraciones de Cristina Cid y, además, en este volumen, también podemos leer algún que otro capítulo de los fanfics de nuestros personajes que las autoras han ido enlazando con lo que les sucedía en ese momento a los protagonistas.

El accidente de la barca, el pelo teñido de verde, el pastel que esconde un ingrediente secreto… Pero aún por muchas semejanzas con la obra original, Iria G. Parente y Selene M. Pascual, han sabido crear algo propio y diferente. De hecho, me atrevería a decir que han mejorado la trama, añadiendo diversidad sexual a sus personajes, rompiendo con cualquier etiqueta y estereotipo, hablándonos del amor en su mejor versión y ofreciéndonos también una trama sobre la importancia de aceptarnos a nosotros mismos. Además, este libro, también trae consigo una gran lección que viene a ser que al final solo mostramos a los demás lo que queremos que vean y eso es solo una pequeña parte de nosotros que ni siquiera tiene el poder suficiente como para definirnos como persona. 

Así que, si de algo estoy segura, es de que Lucy Maud Montgomery, allá donde esté, se sentirá MUY orgullosa de Iria G. Parente y Selene M. Pascual porque leyendo este libro, te das cuenta de lo mucho que estas autoras han disfrutado reescribiendo esta historia, te das cuenta del respeto con el que han tratado a cada uno de los personajes y, sobre todo, te das cuenta de que ambas se han dejado el corazón escribiendo, “Anne sin filtros”.


Si quieres saber más sobre este libro, pincha aquí.

 

jueves, 12 de agosto de 2021

Reseña: Ana la de tejas verdes

¿Y tú, prefieres imaginar o recordar?

Un error será lo que lleve a Ana Shirley a Tejas Verdes, pero será su personalidad; su carisma y su inocencia, las que le harán quedarse... Pese a que, al principio, Marilla, no esté de acuerdo y Matthew, no desee otra cosa que adoptar a esa huérfana tan peculiar. Dos hermanos que no tienen ni idea de lo que significa cuidar de una niña y dos personas que no están preparadas para que sus vidas cambien de manera tan radical. Sin embargo, eso es justo lo que pasa cuando Ana Shirley aparece en tu vida.




Más de cien años han pasado desde que Lucy Maud Montgomery escribiera, “Ana la de tejas verdes” y es increíble ver como esta historia sigue llegando a los corazones de la gente. Da igual que edad tengas, de que género seas o en qué país residas… Esta historia nunca va a pasar de moda y siempre va a ser especial para aquellos lectores que en algún momento de sus vidas se han identificado con la protagonista porque una de las cosas buenas que tiene este clásico es que es muy sencillo empatizar con Ana Shirley y con la gran imaginación que posee.

Y es que si tuviera que definir estas páginas con una palabra, diría que es una novela “inspiradora”. Ver el mundo a través de los ojos de nuestra protagonista hace que las pequeñas cosas de la vida cobren sentido y hacen que algo cotidiano se convierta en algo mágico. Además, no importa las veces que hayas leído este libro, siempre conseguirás aprender algo nuevo. 




Un libro que nos habla sobre la importancia de vivir rodeados de personas que te quieren, que te valoran, que te apoyan… Ya que, Ana siempre ha deseado encajar, formar parte de algo. Y ser adoptada por los hermanos Cuthbert le hará entender el verdadero significado de la palabra, “familia”. Y si hablamos de amistad es imposible no mencionar su relación con uno de sus “espíritus gemelos”, Diana. Y es que, gracias a todos estos protagonistas, esta historia se llena de momentos que te harán sonreír, pero que inevitablemente también te sacarán más de una y de dos lágrimas, pues la autora, consigue crear un vínculo muy fuerte con cada uno de sus personajes, convirtiendo a cada uno de ellos en personas reales para el lector.





De hecho, ha sido un placer ver crecer a Ana a lo largo de las páginas y ser testigo de cómo a pesar de todo y de todos, se sigue manteniendo fiel a sí misma y no pierde ni una pizca de su personalidad. Así que no me extraña que al final se convierta en alguien imprescindible para la vida de cada uno de los habitantes de Avonlea, incluida la de la propia Marilla, que, para mí, ha sido uno de los personajes que más han evolucionado.

El sendero de los amantes, el bosque embrujado… Ha sido tan sencillo teletransportarme al interior de este libro que no tengo palabras para explicar cómo Lucy Maud Montgomery da vida propia a cualquier lugar de la novela inspirado en la isla de El príncipe Eduardo. De hecho, la madre naturaleza creo que es uno de los ingredientes fundamentales en estas páginas, al igual que el romanticismo y no hablo de la relación de amor-odio de Ana con mi adorado Gilbert, sino de esa manera de vivirlo todo intensamente.




En esta edición ilustrada de la editorial Edelvives, vemos como Antonio Lorente llena de magia cada una de las páginas. De hecho, tras ver la serie, “Anne with an E”, (Netflix, TE ODIO) creía que inconscientemente iba a relacionar los personajes del libro con el rostro de los actores, pero Antonio Lorente consigue dar vida a cada una de sus ilustraciones y hace que nos olvidemos por completo de cualquier adaptación hasta la fecha.

Pero lo que tengo que admitir es que esperaba una traducción mucho más fluida, más cercana y sobre todo más cálida… Para mí, el toque elegante, sofisticado y serio que han decidido darles a estas palabras, no va de la mano con lo que esta historia transmite, ni con su protagonista… Así que yo hubiera apostado por algo menos enrevesado. No es que me haya disgustado, pero sí que ha habido varios momentos que me ha chirriado.





Sin embargo, me gustaría agradecerle a la editorial, el contenido extra que encontramos en este volumen. Para empezar, tenemos una presentación hecha por Kate Macdonald Butler, nieta de la autora, que me ha conmovido el corazón, al igual que lo ha hecho, el epílogo de Margaret Atwood, autora de “El cuento de la criada”, donde nos cuenta el por qué esta historia sigue siendo tan importante a día de hoy. Aunque, si me tuviera que quedar con algo, lo haría con sus últimas páginas, ya que esta edición cuenta con un repaso de la vida de Lucy Maud Montgomery. De hecho, me ha resultado muy curioso ver los paralelismos de la infancia y adolescencia de la autora con los de la propia Ana Shirley. Y admito, que me ha hecho mucha, MUCHA ilusión ver que compartimos día y mes de nacimiento.




En conclusión, Antonio Lorente consigue que la historia que creó Lucy Maud Montgomery en 1905, brille de nuevo con luz propia y siga siendo tan especial como entonces, convirtiendo esta edición de “Ana la de tejas verdes” en una auténtica obra de arte.


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