Antes pensaba que lo difícil era querer a alguien y que esa misma persona te quisiera… Pero tras leer la historia de Nate y Esmeralda, he entendido que lo difícil no es querer, esa posiblemente sea incluso la parte fácil, lo complicado es quedarse.
Él, el mejor amigo de Diego. Ella, la hermana de Julieta. Él, que no tiene miedo de gritar lo que siente. Ella, que se ha pasado toda la vida mostrándose fría e irrompible. Él, que solo desea estar con ella. Ella, que solo piensa en ser madre. Ellos, que llevan tanto tiempo imaginando cómo sería estar juntos que cuando por fin lo consiguen es como si de pronto todo encajara... Nate y Esmeralda. Esmeralda y Nate. Con sus juegos de palabras, con sus barbacoas de frutas, con sus lugares de ensueño…
“A la de tres: ¡TE QUIERO!” fue una lectura muy divertida y muy amena… Sin embargo, esta segunda entrega coge un matiz más serio, ya que los temas que se tratan en este libro son mucho más delicados. “Y que te quedes” nos habla de lo importantes que son los sueños, pero también, nos habla de que obsesionarse con ellos, muchas veces hace que nos olvidemos de lo más importante, vivir el presente. Y es que, como bien nos enseña, Cherry Chic, a través de estos personajes, la felicidad consiste en disfrutar al máximo lo bueno que tienes en la vida, sin dejar de luchar por lo que te gustaría tener.
Si os soy sincera, he leído muchos libros que tratan el tema del embarazo, pero hasta ahora, no había leído a nadie que lo tratara de esta forma. Esas ganas de Esmeralda de ser madre; la ilusión, el deseo… Pero también la soledad, la frustración, la impotencia, la tristeza después de intentarlo todo… Las inseminaciones. El aborto. El duelo, la pérdida, las pesadillas… Creo que poca gente nos muestra esas partes y ha sido algo realmente desgarrador y al mismo tiempo, algo verdaderamente valiente, tanto por parte de la autora como por parte de la protagonista porque si hay algo que me ha encantado de este libro, es la gran evolución que tiene el personaje de Esmeralda.
Aprender a aceptarse tal y como es. Aprender a gestionar el dolor... Lamerse las heridas, sanar, convertirse en su mejor versión. En su casa todos la conocen como "tempanito" por su forma de enfrentarse al mundo, pero en esta entrega, Esmeralda, nos mostrará cómo es ella realmente y sin duda, ha sido todo un placer conocerla. En cuanto a Nate, no puedo deciros mucho, la verdad, porque me he pasado toda la novela sonriendo cada vez que este señor abría la boca.
Y no voy a engañaros, empecé este libro justo después de acabar la primera entrega. Porque… ¿Estaba lista para despedirme de Julieta y Diego? ¡NO! Por eso, no he dejado de buscarlos entre estas páginas y por eso, he llorado de alegría viendo cómo sus vidas se llenaban de momentos felices y por supuesto, también he tenido que llorar de la risa porque para qué vamos a engañarnos, estos dos personajes son ÚNICOS. Y es que, junto a Marco, forman una de las familias más bonitas que he tenido la suerte de conocer. Que sí, que es ficción, pero para mí son tan reales que… Además, no sabéis realmente lo que es llorar de alegría hasta que no llegáis a ese último capítulo extra. En serio, si estás leyendo esto, Cherry Chic, gracias.
Por otro lado, después de acabar esta historia y sumar a Esmeralda y a Nate a mi lista de personajes favoritos, no veo el momento de seguir leyendo estos libros, y es que no os imagináis las ganas que tengo de saber lo que el futuro les tiene preparado a estos cuatro hermanos que desde el primer momento me robaron el corazón… Porque volver a "Sin mar", siempre es como regresar a casa… Es familia. Es hogar. Es complicidad. Es amor.