Hola, me llamo Blanca, tengo veintisiete años y creo en la magia.
Amelia tiene treinta y un años y sigue creyendo que en su jardín viven varios unicornios, unas cuantas hadas y muchos duendes… Ella se ha pasado toda la vida creyendo que la magia existe y crecer no ha hecho que pierda la fe. En lo único que ha perdido toda la esperanza es en el amor y no solo porque su última relación fue un despropósito, sino porque se ha pasado los últimos años odiándose por estar enamorada del exnovio de su hermana… Einar por su parte, se ha pasado la vida entera soñando con encontrar a su media naranja y cuando por fin la encuentra, resulta que está a miles de kilómetros y para colmo, es la hermana de su exnovia… Huir y obviar la realidad es a lo que se han dedicado estos últimos años, pero ahora…
“Hasta que el mundo vuelva a creer en la magia” es el cuarto libro de la serie, “Sin mar”, y lo más bonito que tiene esta historia es que empieza a forjarse desde el principio. Unos detalles en el primer libro, alguna escena en el segundo… Y esas últimas vacaciones familiares que cambiaron sus vidas para siempre. Por eso, viajar al pasado y volver a escenas míticas de esta serie como la yincana o el camping... Para mí ha sido como destapar un regalo la mañana de Navidad.
Si algo tenía claro cuando empecé este volumen es que este libro iba a ser el más especial de la serie y desde luego que no me equivoqué. Einar y Amelia han sabido diferenciarse siempre del resto de personajes por tener unas personalidades diferentes a los demás. Sobre todo, Amelia, que de los cuatrillizos siempre ha sido como la hermana buena, a la que hay que proteger, a la que le afecta todo demasiado porque es más sensible… Por eso, escuchar su historia ha sido tan importante para mí, porque por primera vez, ella es la que tiene la voz cantante y ha sido precioso oír todo lo que nos tenía que decir. En cuanto al Vikingo Molón llevo enamora de él desde el primer libro, así que poco más puedo deciros…
Sinceramente, no se como lo ha conseguido Cherry Chic porque siendo tan distintos los hermanos León, ha logrado que me identifique con cada uno de ellos a lo largo de todos estos libros… Con sus miedos, con sus inseguridades, sus anhelos y su forma de enfrentarse al mundo. Todos me han aportado algo a su manera y por eso, esta familia se ha convertido para mí en algo más que letras y papel.
En este caso, “Hasta que el mundo vuelva a creer en la magia”, me ha enseñado que no debo de dejar de vivir experiencias que me apetecen. Y me ha hecho entender que no tengo que dejar que nadie decida como tengo que vivir mi vida. Que el valor a veces se saca de las lágrimas y que llorar limpia el alma...
Y es que a veces no hace falta decir las palabras mágicas, ni rociar el mundo con polvo de hadas, ni siquiera girar y girar una varita... Simplemente basta con despertar una sonrisa en el rostro de la persona que quieres, bailar bajo la lluvia o cantar a gritos en un karaoke… ¿Y tú? ¿Eres de los que todavía creen en la magia?
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