Mostrando entradas con la etiqueta Hasta que el mundo vuelva a creer en la magia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Hasta que el mundo vuelva a creer en la magia. Mostrar todas las entradas

viernes, 14 de octubre de 2022

Reseña: Tú tan refugio y yo tan a la deriva


Marco lleva tiempo viviendo a medias porque no soporta la idea de avanzar y dejar atrás algo que ya no existe. Erin ha vuelto porque necesita cerrar partes del pasado para poder avanzar. Diez años han pasado desde que se vieron por última vez… Y ahora, solo les queda un sin fin de oportunidades y sueños deseando reemplazar todo lo malo y dejar solo el recuerdo de lo que una vez fueron juntos. 


“Tú tan refugio y yo tan a la deriva” es la última entrega de la serie, “Sin mar” y si hay algo que se me da mal en esta vida son las despedidas. Así que no os voy a engañar, no estoy bien... Ahora mismo, solo quiero hacer las maletas y comprarme un billete de ida a la urbanización de Sin Mar. Así que si en unos días no doy señales de vida, ya sabéis donde estoy. Por favor, no buscadme. 


El paso de los años y como han ido cambiado las vidas de los cuatrillizos, ha sido sin duda, mi parte favorita de este libro. Y es que para qué vamos a engañarnos, no hay cosa que me haga más feliz que un libro lleno de niños. Ver el jardín atestado de risas de los hijos de Julieta, Diego, Esme, Nate, Alex, Eli, Amelia, Einar… Me ha dejado con una sonrisa enorme durante toda la novela. Y es que si estos libros son tan especiales, es justo por los lazos familiares que los une a todos. La familia que crean entre todos ellos y de la que te hacen partícipe como si fueras uno más… Por eso, creo que no me hubiese importado leer diez mil páginas más porque a mí ver hasta la lista de la compra de esta gente me pone contenta.


Este libro me ha hecho feliz en muchos aspectos, pero al mismo tiempo, Cherry Chic, ha conseguido desangrarme. Y sí, me voy a poner un poco melodramática, pero es que no os imagináis todo lo que he sufrido con la historia de Marco y Erin. A ellos ya los conocimos en el primer libro; él por ser el sobrino de Diego, ella por ser una de las niñas que Amelia ayudó en la asociación en la que trabaja. 


Un pasado difícil, eso es lo que les tocó vivir a nuestros protagonistas. Vivir en un barrio conflictivo con unas madres que no les querían donde los abusos sexuales y golpes eran su pan de cada día… Sobrevivir no fue sencillo, pero lo consiguieron gracias al amor que sentían el uno por el otro. Mantenerse con vida y huir era el plan. Pero todo cambió cuando Marco encontró a su familia paterna y Erin tuvo que volver a Irlanda tras el fallecimiento de su madre. Y todo esto, la autora te lo va contando de una manera que te desgarra las entrañas, te parte el alma y te deja con todos los sentimientos a flor de piel. Es más, pocos libros consiguen hacer que me quite las gafas y me restriegue la cara para intentar aclararme los ojos, pero ha habido momentos en que las lágrimas lo llenaban absolutamente todo. Y de verdad, os prometo que nunca he sentido tantas ganas de gritar y tanta impotencia leyendo una novela…


Un reencuentro, dos supervivientes y la necesidad de recuperar todo el tiempo perdido. La luz de un faro que a pesar de todo, no ha dejado de brillar. Así definiría yo, “Tú tan refugio y yo tan a la deriva”.

viernes, 30 de septiembre de 2022

Reseña: Hasta que el mundo vuelva a creer en la magia


Hola, me llamo Blanca, tengo veintisiete años y creo en la magia. 


Amelia tiene treinta y un años y sigue creyendo que en su jardín viven varios unicornios, unas cuantas hadas y muchos duendes… Ella se ha pasado toda la vida creyendo que la magia existe y crecer no ha hecho que pierda la fe. En lo único que ha perdido toda la esperanza es en el amor y no solo porque su última relación fue un despropósito, sino porque se ha pasado los últimos años odiándose por estar enamorada del exnovio de su hermana… Einar por su parte, se ha pasado la vida entera soñando con encontrar a su media naranja y cuando por fin la encuentra, resulta que está a miles de kilómetros y para colmo, es la hermana de su exnovia… Huir y obviar la realidad es a lo que se han dedicado estos últimos años, pero ahora…


“Hasta que el mundo vuelva a creer en la magia” es el cuarto libro de la serie, “Sin mar”, y lo más bonito que tiene esta historia es que empieza a forjarse desde el principio. Unos detalles en el primer libro, alguna escena en el segundo… Y esas últimas vacaciones familiares que cambiaron sus vidas para siempre. Por eso, viajar al pasado y volver a escenas míticas de esta serie como la yincana o el camping... Para mí ha sido como destapar un regalo la mañana de Navidad. 


Si algo tenía claro cuando empecé este volumen es que este libro iba a ser el más especial de la serie y desde luego que no me equivoqué. Einar y Amelia han sabido diferenciarse siempre del resto de personajes por tener unas personalidades diferentes a los demás. Sobre todo, Amelia, que de los cuatrillizos siempre ha sido como la hermana buena, a la que hay que proteger, a la que le afecta todo demasiado porque es más sensible… Por eso, escuchar su historia ha sido tan importante para mí, porque por primera vez, ella es la que tiene la voz cantante y ha sido precioso oír todo lo que nos tenía que decir. En cuanto al Vikingo Molón llevo enamora de él desde el primer libro, así que poco más puedo deciros…  


Sinceramente, no se como lo ha conseguido Cherry Chic porque siendo tan distintos los hermanos León, ha logrado que me identifique con cada uno de ellos a lo largo de todos estos libros… Con sus miedos, con sus inseguridades, sus anhelos y su forma de enfrentarse al mundo. Todos me han aportado algo a su manera y por eso, esta familia se ha convertido para mí en algo más que letras y papel


En este caso, “Hasta que el mundo vuelva a creer en la magia”, me ha enseñado que no debo de dejar de vivir experiencias que me apetecen. Y me ha hecho entender que no tengo que dejar que nadie decida como tengo que vivir mi vida. Que el valor a veces se saca de las lágrimas y que llorar limpia el alma... 


Y es que a veces no hace falta decir las palabras mágicas, ni rociar el mundo con polvo de hadas, ni siquiera girar y girar una varita... Simplemente basta con despertar una sonrisa en el rostro de la persona que quieres, bailar bajo la lluvia o cantar a gritos en un karaoke… ¿Y tú? ¿Eres de los que todavía creen en la magia?



Si quieres saber más sobre este libro, pincha aquí.