Es curioso como el ser
humano se olvida de vivir el aquí, ahora… Como se empeña en recordar instantes
pasados que hace tiempo que dejaron de tener un futuro y como se distrae
pensando en lo que puede pasar mañana, pasado o dentro de muchos años… Es
curioso cómo nos olvidamos del presente, cómo lo dejamos marchar, sin muchas
veces darnos esa oportunidad para vivir, para ser felices… aquí y ahora.
El matrimonio para Damelza no fue como en uno de
esos cuentos de hadas… Su historia empieza con un marido que no la quería, pero
que sí la maltrataba. Un hombre que eliminó a cada miembro de su familia cuando
esta solicitó el divorcio y que juró matarla como único propósito de vida.
Huir, la llevará hasta tierras escocesas donde nuestra protagonista tendrá que
reunir fuerzas para volver a la tierra que la vio nacer y terminar así, con el
miserable que acabó con todo lo que más quería. Pues como dicen en su familia:
No hay dolor, solo venganza.
Un camino en el que no estará
sola porque irá acompañada de su amada Hilda, la persona que la cuidó desde pequeña, Adnerb, una lady con sangre
vikinga y un pelo precioso y Aiden
McAllister, el highlander que no podrá dejar de sentirse atraído por Damelza, la chica que no para
de meterse en problemas… A pesar de los secretos y a pesar de las
mentiras.
Vivir el presente y
evitar juzgar a la gente sin conocerla son los dos grandes mensajes que se
defienden en estas páginas y eso sin duda es lo que me llevo del personaje de Damelza, que como diría su gran
amiga, Adnerb, es una
guerrera para morir de amor. Su carácter, su valentía y su
nobleza han forjado a una gran protagonista vikinga, aunque no puedo
decir lo mismo de Aiden,
el protagonista masculino, ya que, a pesar de haberlo conocido en el libro anterior,
me ha dado la impresión de ser un personaje plano e insulso… De ahí, que su historia de amor no me haya entusiasmado en ningún momento.
Aunque creo que el gran error de
esta historia es que no aporta nada nuevo. Sigue el mismo patrón que ya
encontramos en; “Deseo concedido”, “Desde se domine la llanura”,
“Siempre te encontrare” y “Una flor para otra flor”.
Creo que la autora coge la esencia de cada uno de los libros
anteriores para escribir algo sin personalidad propia y ese sin duda, ha sido
el gran error. Nuevamente vemos a una protagonista con la palabra “venganza” tatuada en la frente, una
familia asesinada, una guerrera que no es aceptada por no ser escocesa al cien
por cien, unos amigos que se acaban enamorando entre ellos, secretos, mentiras…
Y me ha faltado algo nuevo, algo que me atrapara a sus páginas y que me hiciera
vibrar.
Pero a pesar de no haber sentido
mariposas en el estómago leyendo este romance y que su final se me ha hecho
rápido y poco intenso… he de admitir, que solo por lo que nos cuenta
la autora sobre la mitología nórdica; su cultura y
leyendas, y por la ambientación que ha creado Megan
Maxwell, que ha conseguido traspasar el papel, merece la pena darle
una oportunidad a este quinto tomo. Lo que espero es que la historia de Harald, el cuñado de Damelza y seguramente el
protagonista del sexto libro, no me defraude tanto como este.
Si soy sincera diré que
lo que más he echado en falta en esta última entrega ha sido el reencuentro con
los protagonistas de los libros anteriores. Es la primera vez en
esta serie de libros, que la autora no integra en la trama a Megan, Gillian, Angela, Sandra
y sus respectivos Highlanders y aunque entiendo que la escritora debe renovarse
en ciertas cosas, para mí, estos reencuentros eran algo esencial y ha sido algo
decepcionante no saber nada de mis guerreras preferidas.
Bien es cierto que “Una prueba de amor” no ha sido todo lo
que esperaba, ya que considero que la autora es capaz de hacerte vibrar con sus
palabras y de emocionar con sus personajes… Pero aun así, ha sido una historia
bonita para desconectar del día a día y perderte por tierras escocesas.
¡MUCHAS GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR!
Si quieres saber más sobre este libro pincha aquí