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viernes, 6 de mayo de 2022

Reseña: El mapa de los anhelos



¿Y si te diesen un libro para descubrir quién eres? ¿Lo leerías?


A Lucy Perterson siempre le han encantado los juegos de mesa, por eso, antes de morir decidió crear uno para su hermana pequeña. Grace nació para salvar la vida de Lucy, pero tras su fallecimiento, la menor de los Perterson se siente más perdida que nunca, por eso, cuando recibe el juego de, “El mapa de los anhelos”, el último trozo que le queda del alma de Lucy, no se lo piensa y decide comenzar la partida, pero para empezar a mover fichas, lo primero que tendrá que hacer, será encontrar a Will Tucker. 


Desde que empezó a escribir, Alice Kellen, siempre ha tenido el don de hacerme sentir toda clase de emociones con sus palabras, de hacerme vivir a través de sus historias... Sin embargo, esta vez, he sentido que esta autora se metía dentro de mi cabeza y le daba voz a todos mis miedos, le daba realidad a todos mis sueños y sobre todo, le daba significado a todos mis anhelos… Como si al mismo tiempo que nuestros protagonistas se iban reencontrando con ellos mismos, lo hiciera yo también. Porque es igual de difícil enfrentarse a lo que tenemos como a lo que anhelamos…


Y es que a lo largo de mi vida me han preguntado tantas veces que quiero ser de mayor que creo que llegó un momento en el que sentí que eligiese lo que eligiese iba a decepcionar a alguien, incluída a mí misma. Por eso, este libro, desde el primer momento me hizo sentir cosas porque me di cuenta de que Grace y yo teníamos muchas cosas en común; el color morado, el sentirse invisible… Pero al mismo tiempo, también éramos completamente diferentes y sin duda, me ha encantado conocerla. Ver su pasión por el arte, su obsesión por el significado de las palabras, su amor por el patinaje sobre hielo… 


Para mí, las grandes protagonistas de esta novela han sido, Grace y Lucy. Creo que esta historia no existiría sin alguna de las dos. Pero, he de admitir, que el abuelo de estas dos chicas se ha llevado mi corazón desde el segundo uno. En cuanto a Will, creo que se ha convertido en un personaje al que nunca olvidaré, porque cuando se desvelan todos los secretos que esconde, cuando lo vemos vulnerable ante los ojos de Grace… En fin, solo os puedo decir que me he enamorado de él como si fuera una quinceañera, aunque posiblemente, llevase queriéndolo desde el principio, desde que apareció con esa aura morada de misterio y melancolía a su alrededor. 


Grace y Will saben complementarse a la perfección y ha sido precioso leer cómo sus vidas se iban acercando, entrelazando, mezclando… Me ha encantado ver cómo volvían a sus raíces, a sus orígenes. Y es que creo que los lectores tenemos mucho que aprender de todos los personajes de esta novela, pero en especial, de ellos. Además, la autora, nos ha regalado ciertas escenas en las que no me importaría quedarme a vivir para siempre. 


¿Es posible conocer completamente a alguien? Esta es una de las grandes preguntas que nos plantea la autora y la verdad es que me ha dejado reflexionado mucho sobre ello, porque al final todos somos versiones de nosotros mismos; todos vamos cambiando, aprendiendo por el camino, tomando constantemente nuevas direcciones y es muy posible que en algún momento nos perdamos.... Así que, si a veces nos cuesta reconocernos a nosotros mismos en el espejo… ¿Cómo vamos a conocer realmente a alguien? Y lo más importante… ¿Cómo vamos a confiar en alguien que no conocemos del todo? Este libro no viene con todas las respuestas incluidas, pero sí que nos empuja a enfrentarnos a todas estas preguntas y al mismo tiempo, nos hace que nos cuestionemos otras igual de importantes. De hecho, hace varios días que terminé este libro y mi mente sigue pensando en muchas de las reflexiones que la autora nos regala en el interior de este tomo.


Todos vamos a morir. Es la única verdad que sabemos en esta vida y sin embargo, no conozco a ninguna persona a la que no le aterre la idea de enfrentarse a la muerte. Creo que Alice Kellen ha hecho un trabajo increíble en estas páginas porque en esta novela no solo vemos la perspectiva del duelo, sino también, ese momento de asumir lo que va ocurrir. Ha sido desgarrador sentir como Lucy luchaba, se enfrentaba a cada tratamiento y volvía a recaer… Pero al mismo tiempo, también ha sido esperanzador porque a veces necesitamos que alguien nos recuerde que a pesar de todo, la vida es bonita, que incluso con sus grietas, con sus baches y sus piedras en el camino, la vida está para sentirla… Necesitamos a alguien que nos recuerde que las personas a fin de cuentas, más que piel y células, somos tiempo y el tiempo no está para desperdiciarlo de forma gratuita. 


En estas páginas, tanto Grace como su madre, acabarán asistiendo a un grupo de apoyo para enfrentar el duelo y la verdad es que ha sido algo totalmente inspirador. Estos capítulos han sido de mis partes favoritas porque sin duda, ha sido fácil sentarse al lado de todos los integrantes de este grupo y ha sido verdaderamente sencillo empatizar con cada uno de ellos. Y es que como nos enseña la hija mayor de los Peterson, a través del juego que le regala a Grace, para continuar adelante, uno debe cerrar todas las puertas que ha ido dejando abiertas, de lo contrario, corre el riesgo de enfrentarse a corrientes de aire imprevistas.


Y, vale, lo admito, ni siquiera había pasado de la página cincuenta y ya había perdido la cuenta de las veces que había llorado… Pero es que Alice Kellen es así, se mete en tu interior y maneja todos tus sentimientos como si fuese la mejor directora de orquestas.  Así que, ahora mismo, se me hace imposible describir con palabras todo lo que este libro me ha hecho sentir porque al final, me he sentido como un títere en manos de esta autora. 


En conclusión, mi corazón se ha quedado a vivir dentro de este libro. Y para mí, esa es la auténtica magia de Alice Kellen, porque sin pretenderlo, al final, siempre acaba consiguiendo que cada novela se convierta en inolvidable; un hogar en el que refugiarse, unos personajes en los que verse reflejado, unas palabras con las que poder recuperar la voz que creías haber perdido… Original, intensa, desgarradora y extremadamente hermosa, así es como definiría yo, “El mapa de los anhelos”.



Si quieres saber más sobre este libro, pincha aquí.


viernes, 11 de febrero de 2022

Reseña: Hay momentos que deberían ser eternos


Me apuesto lo que quieras a que los seres humanos solo tardamos veinticuatro horas en olvidarnos de vivir, pero vivir de verdad… Como si cada instante pudiese ser el último. Y es que solo somos conscientes de lo corta que es la vida cuando ocurre una desgracia a nuestro alrededor. De pronto, nos sentimos afortunados y juramos y perjuramos que vamos a cambiar, que vamos a pasar más tiempo en familia, vamos a viajar más, vamos a discutir menos y… Como he dicho antes, pasadas esas primeras veinticuatro horas, todo eso queda en el olvido y volvemos a perder el tiempo con tonterías…

Desde el momento en el que se conocieron, las noches de Madrid y los días en Ibiza llevan sus nombres. Ella siempre con un “no” por bandera. Él siempre con un “sí” entre sus labios. Juntos se darán cuenta de que un día sin sonreír es un día perdido y que los planes improvisados siempre salen mejor que los planeados, pero, sobre todo, Eva y Marc, descubrirán que hay momentos que deberían ser eternos. 

Creo que no existen suficientes palabras de agradecimiento para darle las gracias a Megan Maxwell por este libro. Supongo que muchos pensaréis que estoy exagerando, pero creo que el mundo necesita más libros como estos. El tema que trata este libro no es fácil, todos nos acojonamos cuando escuchamos la palabra “cáncer”, pero esta autora nos da un punto de vista diferente que consigue que estas páginas se llenen de algo que nunca nadie debería de perder, la esperanza. Así que, por mí, que Megan Maxwell se tome siempre todas las licencias que quiera. 

Nuestro protagonista masculino, Marc Sarriá, es un prestigioso cirujano oncológico que se dedica a salvar vidas, pero en este libro no solo lo veremos como médico, sino también como paciente. Y ver ambas perspectivas ha sido algo muy interesante. Aunque, sin duda, mi parte favorita ha sido en esa sala de espera en la que los desconocidos se vuelven amigos y el amor se convierte en algo incondicional.

Hay que ser positivos porque cuando lo somos tenemos el poder de convertir los problemas en retos y no en malditos obstáculos que no nos dejan avanzar. La autora se recrea mucho en este pensamiento y en lo fundamental que es mantener una actitud positiva en nuestro día a día. Y es que el personaje de Eva da un cambio gigante cuando empieza a cambiar la palabra, “no”, por el adverbio, “sí”. Ella es una chef profesional que se desvive por su trabajo, pero conocer a Marc, le hará replantearse todas sus prioridades… Y lo que me ha parecido un detalle por parte de la editorial es que en las últimas páginas de este libro podemos encontrar todas las recetas que cocina nuestra protagonista. ¡QUE APROVECHE!

La música de Bruno Mars será la encargada de dar voz a la historia de amor de Eva y Marc, dos personas que vienen de mundos diferentes, pero como la propia autora se encarga de recordarnos; el dinero no da la clase, ni la pobreza la vulgaridad. Además, en esta ocasión, no solo seremos testigos de un bonito romance, sino que también conoceremos de primera mano todos los problemas familiares que atraviesan los padres y hermanos de Eva, que ya os adelanto yo, que no son pocos.

Este libro está muy bien, de hecho, se lee rapidísimo porque es muy adictivo, pero he de decir, que no ha conseguido emocionarme. En ese sentido sí que es cierto que me han faltado mariposas en el estómago, me ha faltado que se me erizara la piel en algunas escenas y, sobre todo, me han faltado lágrimas y mira que el final de poco consigue matarme de un infarto, pero…

Insistir, resistir, vivir y nunca desistir. Creo que no podría acabar esta reseña de otro modo porque esto es justo lo que nos enseña Megan Maxwell en “Hay momentos que deberían ser eternos”. Un libro que te hará replantearte que la vida es mucho más que horarios y rutinas. 



Si quieres saber más sobre este libro, pincha aquí.


viernes, 17 de diciembre de 2021

Reseña: Diciembre (no es lo mismo) sin ti


Que sus padres se fueran de viaje a una de esas playas paradisiacas, era algo que Eloise, aprobaba. Pero… ¿Por qué habían tenido que irse justo en Navidad? ¿Qué iba a pasar ahora con el pavo, los regalos y sus tradiciones? ¿Habría Navidad si quiera? Y luego estaba el tema de Cara, su hermana gemela, la única esperanza que le quedaba para no pasar esos días sola… Pero, ¿Cómo iba a tener fe en ella si solo vivía por y para trabajar?

“Diciembre (no es lo mismo) sin ti” es justo el libro que necesitaba para estas fechas. Una novela entrañable, dulce y divertida. Una de esas historias que nos hacen reflexionar sobre dónde y con quien queremos estar en los días especiales del año y que nos recuerdan, que la familia, al final, siempre es lo más importante.

Y es que ha sido muy fácil conectar con el personaje de Eloise, ya que compartimos el mismo espíritu navideño, así que ver como su vida giraba en torno a cenas de Navidad de empresa, besos bajo el muérdago, maratones de películas navideñas y villancicos como banda sonora, ha hecho que me viera muy reflejada en ella. De hecho, yo también soy la típica persona que en septiembre ya empieza a comprar regalos y que en noviembre solo viste con jerséis de renos. Lo sé, algún día tendré que ir a “navideños anónimos”. Con la que sí que no he llegado a conectar tanto, ha sido con su hermana, Cara, que como bien he dicho antes, en lo único que piensa es en ascender en su trabajo. Pero para que esta historia fuera posible, alguien tenía que asumir el papel de Scrooge y le ha tocado a ella.

He de decir que es una novela escrita sin ninguna pretensión. De hecho, no vas a encontrarte con una gran trama, ni mucho menos con unos personajes inolvidables o con el mejor libro escrito del mundo… Ya que al final, hablamos de una historia ambientada en Navidad cuyo único propósito es hacerte pasar un rato agradable y divertido mientras esperas a que llegue el veinticinco de diciembre. Pero sí que es cierto, que, por mi parte, esperaba que esta historia me tocara más el corazón y me ha faltado en ese aspecto más emoción, más sentimientos y que fuera menos previsible... Y algo que sí que no me ha gustado, más que nada porque me ha sacado de la trama en varias ocasiones, ha sido el hecho de que las protagonistas tienen veintidós años, pero yo he tenido la sensación todo el rato de que tenían casi treinta. Entonces, no me llegaba a creer del todo estas páginas.

Por otra parte, este libro está ambientado en Londres y me ha resultado muy curioso ver sus tradiciones. Que sí, que son muy parecidas a las de España. Pero creerme, yo no tenía ni idea de lo que era un “Mince Pie” o un “Cracker” y ha sido muy divertido ir descubriendo este tipo de cosas. Al igual, que también he encontrado muchas referencias a películas, libros y canciones que han sacado a la luz mi lado más friki. Y es que os lo prometo es un libro al que no le falta detalle.

La cuenta atrás a comenzado y Eloise y Cara tendrán que ponerse de acuerdo si quieren celebrar la Navidad juntas. Es tiempo de perdonar. Es tiempo de dejar atrás el pasado. Y es tiempo de enamorarse… Porque si te lo estabas preguntando, este libro también tiene su buena dosis de romance

En conclusión, Beth Reekles, me ha hecho muy feliz con esta novela. “Diciembre (no es lo mismo) sin ti” es un libro que consigue transformar lo cotidiano en algo mágico porque así justo es la Navidad. Una historia que se devora y que, sin duda, sabrá conquistar los corazones de los amantes del espumillón, la nieve y las galletas de jengibre.


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viernes, 16 de julio de 2021

Reseña: Tú y yo, invencibles


Si algo nos enseña la vida con el paso del tiempo es que existen diferentes tipos de amor y mil formas de amar… Pero si eres de los que apuestan siempre por ese sentimiento intenso que nace de las entrañas, entonces entenderás porqué Lucas y Juliette estaban destinados a conocerse y a casarse tres meses después. 

Los años ochenta fueron una época llena de colores, música y rebeldía. Un grito a la libertad. Un movimiento artístico que cambió todas las reglas del juego. Y en medio de esa movida, ellos. Lucas que consiguió alcanzar el éxito gracias al grupo de música que formó con unos amigos, aunque ninguno tenía ni idea de lo que era un acorde. Juliette que siempre deseó ser libre y encontró su refugio en el arte. Una chica con una mente inquieta que rompió con cualquier tipo de estereotipo establecido en unos tiempos en los que la mujer seguía siendo un objeto en muchos lugares. Dos personas totalmente diferentes que nos abren las puertas de su casa para contarnos desde diferentes perspectivas como fue vivir en aquellos años locos. Como fue enamorarse perdidamente el uno del otro.

Si tuviera que definir en pocas palabras, “Tú y yo, invencibles”, de Alice Kellen, diría que es su novela más auténtica hasta la fecha. No solo por el gran trabajo de investigación que hay detrás de cada página que es digno de admirar, sino por la forma en la que ha dado voz a esta historia. Porque si de algo estoy segura es de que Alice Kellen se ha dejado la piel en este libro y el alma en estos personajes.

Lucas y Juliette consiguen traspasar el papel y hacer que viajes a través de una máquina del tiempo hasta las calles de Madrid. Y digamos que, si esperas encontrar la típica historia de amor idealizado, siento decirte que te vas a llevar una gran decepción, porque lo de estos personajes va mucho más allá… De hecho, la escritora nos deja reflexionando mucho sobre la diferencia entre querer y necesitar y sobre lo importante que es aprender que nada permanece para siempre. Al fin y al cabo, esta historia nos habla de las diferentes etapas que atraviesa un matrimonio y cómo afrontan juntos o por separado, los cambios y los problemas que van entrando en sus vidas; el consumo de estupefacientes, la fama, la pérdida, los celos, la maternidad… Así que estamos ante una historia radiactiva que pude causarte muchos daños colaterales.

Y es que si por algo Alice Kellen es una de mis escritoras favoritas es porque es de las pocas personas que logran hacerme sentir toda clase de emociones, pero, sobre todo, porque también consigue que me quede horas y horas reflexionando sobre mi propia vida. Y admito que en estas páginas me he quedado pensando mucho sobre las palabras: “éxito” y “fracaso”. En el poder que les damos. Y también me ha hecho replantearme lo contradictorios que podemos llegar a ser con nuestro propósito de vida, entre muchas cosas más… De hecho, estoy segura de que cuando vuelva a leer este libro seguiré encontrando pequeños matices, grandes enseñanzas que me harán cuestionármelo todo de nuevo.

El caso es que no se si algún día lograré superar estas páginas porque han sido muchas noches de insomnio leyendo un capítulo más y otro más, mañanas en el trabajo pensando que iba a pasar… Necesitando coger el libro, aunque solo fuera un segundo. Y me he dado cuenta de que ahora que lo he acabado, me cuesta hasta dejarlo ir… Así que digamos que este libro se ha convertido en una auténtica droga para mí, tanto, que ni siquiera me salen las palabras para explicaros el huracán que esta novela ha provocado dentro de mí.

En conclusión, Alice Kellen vuelve a reinventarse y nos deja quizás, con su novela más adulta hasta la fecha. Un libro revolucionario, lleno de contrastes con un toque nostálgico por aquellos días que marcaron a toda una generación... Recuerdos que siguen vivos gracias a la música que, a pesar del tiempo, no ha dejado de sonar y a una historia de amor que se convirtió en invencible.



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