Reseña: Deseo concedido

Es curioso como el ser humano consigue enamorarse de algo que luego intenta cambiar. Ya no es todo tan bonito como al inicio. Esas cosas que antes pasaban desapercibidas ahora se convierten en un auténtico martirio. Y todo lo que imaginábamos sobre el futuro, desaparece a través de un lienzo en blanco al que empezamos a darle una nueva forma según nuestras necesidades. Pero, ¿no es más fácil… cambiar de persona que intentar cambiar la personalidad de alguien? ¿De qué nos enamoramos entonces… de un rostro, un cuerpo o de la forma de ser de alguien?

Megan Phillips es valiente, es fuerte y es algo más que una simple dama, ella es una guerrera. Y a pesar de que la vida nunca se lo ha puesto fácil, tampoco ha necesitado la ayuda de nadie para seguir adelante y cuidar así, de sus dos hermanos; Shelma y Zac. Sin embargo, tras huir de tierras inglesas y adentrarse en el clan de los McDougall, nuestra protagonista, medio escocesa y medio inglesa, deberá de casarse con el highlander, Duncan McRae para mantenerse a salvo de todas aquellas personas que la quieren ver muerta. Y por primera vez, Megan, tendrá que dejar de ser la guerrera para convertirse en la damisela que nunca fue y que todo el mundo espera que sea.

De sobra es bien sabido que tengo una GRAN debilidad por los libros de Megan Maxwell, pero si a eso le sumamos; highlanders, escocia, edad media y una preciosa historia de amor… Pues yo me convierto en la persona más feliz del mundo porque son los ingredientes que necesito para quedarme hipnotizada entre las páginas de un libro. Y eso es justo lo que me ha pasado porque no he podido parar de leer en ningún momento. No solo es adictivo, sino que además, la forma de escribir de la autora hace que sea sencillo de leer porque todo se entiende de tal manera que consigue teletransportarte al instante.

Que esta saga se llame “Las guerreras Maxwell” no es algo casual, ya que estos libros giran en torno a mujeres que saben lo que quieren y luchan por ello. En este primer tomo hemos conocido más de cerca a Megan, pero la autora también nos presenta a Shelma, su hermana y a Gillian, la mejor amiga de ambas y la protagonista de, “Desde donde se domine la llanura”, la siguiente entrega de la saga. Y he de decir que la representación femenina de estos libros es inigualable. Megan Maxwell ha sabido dotarlas de personalidad, carácter y sabiduría y ha hecho que las mujeres, ahora, queramos ser más que unas simples princesas porque gracias a estos libros, nos hemos convertido en unas guerreras.

 

Un año y un día es lo que durará el matrimonio entre Megan y Duncan y aunque entre ellos hay una química especial, serán los secretos y las mentiras lo que les haga replantearse su relación. Él, que no acepta su forma constante de querer ponerse en peligro o su forma de ridiculizarlo en público y ella, que no acepta tener que cambiar por alguien. Él, que tras su última relación juró que nunca jamás se enamoraría de nadie más y ella, que vive esperando a que su esposo le diga las palabras: “te quiero”. Él, que dio su palabra de highlander para cuidarla y protegerla hasta el fin de sus días… Los lectores, que morimos de amor al leer cómo evoluciona su romance a cada página.

Por otro lado, el viaje hacia las tierras de los McRae les dará a nuestros protagonistas la oportunidad de conocerse y también de odiarse y nos permitirá a los lectores pasear por una Escocia llena de peligros, pero también de lugares tan mágicos que te harán querer hacer las maletas de inmediato. Pero si hay algo que me ha conquistado el corazón en este primer tomo, son todos los personajes que ha creado la autora y digo todos porque el vínculo de unión que crea la escritora con ellos es el del equivalente a una gran y bonita familia. Por eso estoy deseando leer la segunda parte porque necesito saber más de cada uno de ellos.

“Deseo concedido” está lleno de subtramas; secretos de palacio, romances, emboscadas… Una aventura trepidante que conseguirá que viajes a Escocia sin moverte de casa y que te hará comprender, que deben quererte siempre tal y como eres, no por todo aquello que pretenden que seas.

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