Conocer a alguien no
significa que sepas quién o como es realmente esa persona… Porque al final,
somos nosotros mismos los que decidimos como queremos mostrarnos ante los demás…
Tan solo somos para ellos, lo que queremos que vean.
Angela Ferguson es una guerrera, aunque todo el mundo cree
que es una dama debil, torpe y llorona. Y es que, tras la muerte de su madre y
sus hermanos, nuestra protagonista prometió que cuidaría de todas las personas
que le importaran y así fue como pasó de jugar con muñecas ante todos a usar la
espada entre las sombras. Una doble vida que le dará la oportunidad de salvar a
Kieran O´Hara de la
muerte y salvar su hogar de las garras de Cedric Steward.
Llega la tercera parte de la
serie de “Las Guerreras Maxwell” y he de admitir, que lo que Megan Maxwell, la escritora, me está haciendo sentir con estos
libros no lo había conseguido nadie. Y es que no puedo dejar de
leer, de pensar en los personajes y de mirar vuelos baratos con dirección a
Escocia. Menos mal que gracias a su forma de escribir es como estar allí y ser
una guerrera más. Sin duda, estos libros son como una
especie de teletransporte y no solo me gusta esa sensación, sino que me
encanta.
Y aunque “Desde se domine la llanura”, la segunda parte, es por ahora mi libro favorito de esta
serie, tengo que confesar que la historia de Angela Ferguson y Kieran O´Hara está mucho mejor construida que sus antecesoras. Creo que este libro es mucho más maduro y más
completo, ya que no todo se basa en el romance, aunque este sigue siendo el
ingrediente principal de la saga, pero en “Siempre te encontraré” hay mucha más acción y más batallas que en
los libros anteriores. Además,
nuestros protagonistas tendrán que enfrentarse a la pérdida y a la muerte para
salir así victoriosos, si quieren seguir luchando por lo que más quieren.
Pero he de admitirlo, desde el
primer tomo, “Deseo Concedido”, he estado deseando que Kieran O´Hara se enamorara, y
verlo utilizando diminutivos y palabras cariñosas con Angela me ha puesto una sonrisa tonta y gigante
en la cara. Aunque para emoción, la que he sentido cuando me he
reencontrado con los personajes de los libros anteriores; Megan, Duncan, Gillian, Niall... Pero tras la pequeña dosis
que la escritora nos deja respecto al cuarto tomo de la serie, “Una flor para otra flor”, he de reconocer que me muero por
saber más sobre Zac y Sandra, los mejores amigos de
los O´Hara.
Por otra parte, otra de las cosas
que más me han gustado, además de la relación de los protagonistas con sus
familias, ha sido la forma de la escritora de integrar historias de
maltrato tanto físico como psicológico y buscar una solución.
Haciendo así, que personajes secundarios como Davinia, la hermana mayor de Angela o Iolanda, una de sus mejores amigas, se conviertan en
ejemplos a seguir o en ayuda para todas las lectoras que estén pasando por un
caso parecido. Porque como dice esta autora, todo el mundo se merece
su final feliz.
En el tercer libro, “Siempre te encontraré” volveremos a caminar
por las Highlands. Lucharemos, nos enamoraremos y viviremos a través de ese
clan de personajes que Megan Maxwell ha creado… Porque todos tenemos a una
guerrera viva en nuestro interior y es hora de sacarla de las sombras.