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lunes, 6 de noviembre de 2023

Reseña: Hellfriend



ARTÍCULO 53


11 de septiembre, 00:01


¿Le prenderías fuego al mundo por la persona a la que quieres?


Milena es abogada y Bel es su cliente. Aunque bueno, también es su compañero de piso temporal con el que comparte la cama y el demonio al que ha intentado exorcizar más de una y de dos y de tres veces… 


Un poco de agua bendita, un par de crucifijos, un kilo de cebollas, pasta sin gluten, unas cuantas camisas con botones, humo y aroma de fresa... Estos son los ingredientes principales para que una novela sea un éxito. Y un gato que habla. Esto último es super importante. Y es que cuando creías que ya lo habías leído todo, llega “Hellfriend” de Myriam M. Lejardi para demostrarte que todavía hay mil historias que merecen la pena ser escritas, ser contadas... Aunque al principio parezcan una auténtica locura.


A Milena no le gusta saltarse la ley. Ella es metódica y ordenada. De las que les cuesta sonreír y de las que no dicen ni una palabrota en su día a día. También tiende a implicarse al cien por cien y a obsesionarse “un poco” con las cosas… Como con el hecho de que su vecino es un demonio.


Bel está cansado de ser siempre lo que se espera de él. Cuando pertenecía al Cielo esperaban que fuera bueno, que escuchara, respetara y aconsejara… En el Infierno, en cambio, debía de ser malo y enorgullecerse de ello. Destrozar, aniquilar y disfrutar con el sufrimiento… Bel sin embargo, solo quiere ser él mismo. Por eso, quiere quedarse a vivir en la Tierra y por eso, decide contratar a una abogada. 


Como bien dijo William Shakespeare en “Hamlet”, no existe nada bueno ni malo; es el pensamiento humano el que lo hace parecer así. Y creo  que de esto trata un poco esta novela… Es más, estoy segura de que Myriam M. Lejardi no pretendía ser la que le diera sentido a la humanidad, pero de alguna manera con muchas de sus reflexiones, lo ha conseguido… Crecemos a base de errores y aprendemos a partir de las decisiones que tomamos, de la culpa que sentimos… Y eso es lo que nos hace humanos. No somos perfectos, somos seres grises en lugar de blancos o negros, buenos o malos… Y aunque casi nunca seamos conscientes, es nuestra fecha de caducidad lo que convierte nuestro paso por la Tierra en una experiencia cojonuda, como bien le dice Bel a Milena. Y es que en serio… ¿Cuánto tiempo hace que no besas a alguien como si fuera la última vez? 


No se si la autora habrá sido capaz de leerse, “La Biblia” o “La constitución”, solo se que ha hecho un trabajo de investigación increíble, consiguiendo así, que a esta historia no le falte ningún detalle y si sumamos esto, a la gran imaginación que tiene la escritora, el resultado es una auténtica genialidad. 


Mi idea era leer este libro en el tren, tenía por delante ocho horas de viaje, así que pensaba que iba a leer muchísimo, la realidad es que  tuve que parar a los dos capítulos porque no sé reírme en silencio. En serio, no miento cuando digo que “Hellfriend” es el libro que MÁS me ha hecho reír. Y no os hablo de reír con una sonrisita o un aspaviento de hombros… Os hablo de descojonarme viva, balanceándome más que la niña del exorcista, llevarme las manos al estómago y gritar como si fuera un cerdito. Aunque, admito, que también he gritado un par de veces porque… ¿Los DIÁLOGOS que se ha marcado esta señora? ¿LAS ESCENAS QUE NOS HA REGALADO MYRIAM? ¡ES QUE OS JURO QUE ME HABRÉ QUEDADO EN PARADA CARDIACA MÁS DE VEINTE VECES! ¡O SEA, DE VERDAD QUE NECESITO RELEER CADA PÁGINA DE ESTE LIBRO, YA! 


Adictiva, divertida, original y gamberra. Myriam M. Lejardi consigue que no parpadees para que no te pierdas ni un segundo de lo que está pasando, para que no puedas soltar el libro, para que logres así, enamorarte hasta las trancas del mismísimo diablo.



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viernes, 5 de mayo de 2023

Reseña: Tres (no) son multitud


Imagina que te vas a una casa rural a celebrar la noche de fin de año. Imagina que a ese viaje se apuntan tu hermana y unos cuantos amigos más entre los que destacan; tu compañero de piso del que estás completamente enamorada y el ex de tu hermana, al que casualmente, te has tirado hace unos días en el aseo de una discoteca… Y no solo eso, imagina que de pronto abres una puerta y en tu retina se graba la imagen de tu compañero de piso haciéndole una mamada al ex de tu hermana… Imagina por un momento lo que sería leer, “Tres (no) son multitud”.


Sé que decidí que no iba a superar este libro a las ocho y veintitrés de un miércoles por la tarde. No me preguntes si hacía frío, si hacía calor porque de lo único que me acuerdo es de las ganas que tenía de volver a empezar el libro y de las ganas que tenía de ponerme a llorar en un rincón… Aunque, quizás, hubiese sido más fácil buscar en google, “como salir de un vacío existencial”, porque así es como este libro me había dejado… Pero claro, yo solo tenía la cabeza para pensar en ellos… Rodrigo, Lía y Natán.


Tres (no) son multitud” es la segunda parte de “Cómo (no) enamorarse”. Y no voy a engañaros, tenía tantas ganas de volver a reencontrarme con todos estos personajes que creo que hasta me temblaban las manos cuando abrí el libro por primera vez. Y es que Myriam M. Lejardi no ha escrito una novela, no ha contado una historia y ya… Myriam M. Lejardi ha dado vida a cada página de estos libros, transformando sus personajes de ficción en personas reales, tangibles… Con sus miedos, sus inseguridades, sus hoyuelos, sus lunares, sus tatuajes y sus maletas abiertas. 


Enamorarse no es una mierda, lo que es una mierda es que te rompan el corazón… Y de eso saben mucho nuestros tres personajes. Por eso Rodrigo intentará convencerse de que no está enamorado de dos personas a la vez. Por eso Natán preferirá dudar de todo. Por eso Lía hará lo que sea por no perder a ninguno de los dos… Por eso entre los tres, crearán una lista llamada, “Normas para la custodia compartida de un follamigo”. 


Este libro no pierde el humor al que nos tiene acostumbrados la autora, pero al mismo tiempo nos deja con una historia mucho más emocional que la anterior. Myriam M. Lejardi nos habla de los sueños, de volar alto… De la confianza en uno mismo y con otras personas… De las dudas y el miedo a no ser suficiente. Por eso, esta historia me ha dejado tanta huella. Por eso, este libro aparte de hacerme reír a carcajadas también me ha hecho llorar. Y es que no hay porqué dejarlo todo para cumplir un sueño porque lo que importa no es de qué trabajemos, sino lo que hacemos cuando acabamos… Porque al final, no hay nada más importante que estar rodeado de personas que te quieren mientras haces lo que de verdad te gusta. 


Por otra parte, hay que admirar el buen trabajo que hace siempre la autora con el tema de la sexualidad. Como plantea ciertas situaciones y como ayuda a sus personajes y a sus lectores a resolver ciertas dudas. Lo importantes que son la comunicación, el respeto, el morbo, las fantasías… Además, seamos sinceros, si escribir sobre una relación de dos ya supone un reto, no me quiero ni imaginar lo que debe de ser crear una relación de tres, pero lo cierto es que Myriam M. Lejardi no ha podido hacerlo mejor, tanto a la hora de elaborar las escenas eróticas como a la hora de entrelazarlo todo y a todos sin dejarse ni un cabo suelto. 


Al final, estamos hablando de un libro que se llena de música y no solo porque nuestros protagonistas, Rodrigo y Natán, formen parte de un grupo, sino porque el libro entero vibra con todo tipo de canciones. Letras que hablan de sentimientos y melodías que no te podrás sacar de la cabeza. De hecho, el libro cuenta con una setlist y unos bises que querrás escuchar en vivo directo. 


Supongo que como a todo el mundo, las despedidas se me dan fatal, pero lo cierto es que les he cogido tanto cariño a estos personajes que hubiese dado cualquier cosa por un tercer libro que hablara sobre el personaje de Alina, la hermana de Lía, la exnovia de Natán… O que hablara de Oriol y todos sus amantes... Cualquier cosa para no tener que decirles “adiós”, ni a todos ellos, ni a Adrián y Nora porque a pesar de todo, siguen siendo mis personajes favoritos. Da igual que sean protagonistas de su propia historia o secundarios de esta… Da igual, porque con ellos empezó todo y ahora, no se como decirles, “hasta siempre”. Me estoy poniendo demasiado intensa, pero es que os prometo que no voy a superar estos libros en la vida. 


No se si el tres se convertirá en mi número favorito a partir de ahora… Pero lo que sí sé es que, Tres (no) son multitud”, ya forma parte de esos libros que son inolvidables para mí, de esos que te dejan una huella imborrable y que te invitan a leerlos una y otra y otra vez… De esos que cuando echas un vistazo a tu estantería, te lo quedas mirando y sonríes imaginando que estarán haciendo ahora todos esos personajes que pese al tiempo, que pese a todo, siguen formando parte de ti. 



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viernes, 2 de septiembre de 2022

Reseña: El perdedor

Un día te levantas y de pronto, estás hospedado en un geriátrico, en un asilo o en un apartamento en Benidorm… ¿Qué más da el lugar? Lo importante son los momentos que seleccionas para contar a las personas que tienes cerca. Y da igual que tu familia esté harta de las mismos cuentos o que esos vecinos nuevos no se crean ni por asomo todo lo que dices, lo importante son ellos, tus amigos, los protagonistas de casi todas tus historias, ellos, que a pesar de los años, siguen ahí, para revivir juntos cada instante; para reír como la primera vez, para mirar al pasado con cierto orgullo… ¿Y tú? ¿Cuántas anécdotas conservas?


Bosco, Camila, Nacho y Andrés se han dedicado toda su vida a construir recuerdos y en cada uno de ellos, Bosco, siempre ha acabado perdiendo, da igual que hablemos de una partida al dominó o de haber quien come más galletas… Para él, la vida siempre ha girado en torno a una competición. Pero, lo que no sabe nuestro protagonista es que a veces hay que perder para ganar y eso es lo que está a punto de descubrir en “El perdedor”.


Si de algo estoy segura es que Myriam M. Lejardi ha nacido para contar historias. Tiene un don, en serio. Y, os prometo, que es de esas personas que no necesitan de magia ni de fuegos artificiales para atraparte en sus letras. Una página y yo ya estaba dentro de esta novela. Además, he llegado a la conclusión de que el humor de esta autora se ha convertido en una de mis cosas favoritas de la vida; la imaginación para construir escenas surrealistas, los juegos de palabras, su forma de ver el mundo, la cercanía con la que escribe y la espontaneidad de sus diálogos… Como os decía antes, esta chica ha nacido para ser escritora. 


Y bueno, vamos ha dejarlo claro, Bosco es gilipollas, no solo lo digo yo, Nacho, Andrés y Camila lo reafirman cada dos por tres y si lo dicen ellos, que son sus mejores amigos… ¿Quién voy a ser yo para llevarles la contraria? Aún así y a pesar de todo, me ha resultado muy fácil empatizar con él porque lo cierto es que este personaje tiene un poco, más bien mucho, de mí y no solo porque es de los que se arruina jugando al Monopoly… La falta de confianza, su afán por la carpintería y la construcción de cajones metafóricos… Él es una de esas personas a las les importa demasiado la imagen que proyectan de sí mismas y el problema es que en su caso, esto provoca que deje de hacer muchas cosas que querría hacer… Como salir con Camila. Cómo admitir que lleva enamorado de ella desde el primer día. 


Y es que este libro, aparte de contarnos una historia llena de amistad, de amor… Nos habla de algo que me ha parecido verdaderamente importante y es que muchas veces nos olvidamos que detrás de nuestro influencer, cantante, escritor, actor favorito… Hay una persona normal y corriente como nosotros. Que tiene inseguridades, miedos, sueños y una vida que no nos pertenece. Creo que la autora ha hecho un gran trabajo a la hora de plasmar todos estos sentimientos y que al final, de una u otra forma, consigue dejar al lector reflexionando sobre todo esto.  


Por otra parte, hasta que no he llegado al final, no me he dado cuenta de que toda la novela está narrada bajo el punto de vista masculino. Y este dato, no me debería de haber sorprendido, pero lo cierto es que sí que lo ha hecho, porque lo normal en este tipo de libros es ver la perspectiva del personaje femenino o como mucho, algún capítulo que otro, del personaje masculino... Pero, sinceramente, Myriam M. Lejardi, no ha podido escoger mejor al narrador. Es más, creo que de alguna manera, ha roto una “norma” no escrita y ha estado espectacularmente soberbia. 


En conclusión, “El perdedor”, es uno de esos libros que no quieres que se acaben y al mismo tiempo, no puedes dejar de leer. De esos que te hacen ser parte de la historia y que te invitan a bailar, hacer locuras con tus amigos y a enamorarte como la primera vez.

viernes, 13 de mayo de 2022

Reseña: Cómo (no) enamorarse


Su primer beso, su primera mamada y con el que perdió la virginidad. Eso fue Adrián para Nora y Nora para Adrián. La relación entre ambos no es que fuese especialmente buena, pero tras esa primera y última vez, se volvió ridículamente inexistente… Ahora, tras encontrar a su madre con un arnés encima de la madre del otro, Nora y Adrián tendrán que aprender a convivir bajo el mismo techo como si fuesen dos hermanos que se llevan la mar de bien y no dos personas que no se pueden ni ver.

“Cómo (no) enamorarse” es de esos libros que cuando los empiezas sabes que vas acabar adicto a sus páginas y es que la voz de Myriam M. Lejardi, la autora, es directa, fresca, dicharachera y sobre todo muy, MUY divertida. 


Soy de esas personas que piensan que es más fácil hacer llorar que reír, no sé si es porque se me hace más sencillo empatizar con los personajes cuando hay drama de por medio o por que al final, considero que cada uno tenemos un estilo de humor diferente, pero lo cierto es que es imposible que cojas este libro y no te rías como mínimo una vez por página, aunque sea una risa de esas que salen en forma de aire por la nariz porque enserio, este libro tiene escenas más épicas que “Juego de tronos”.


Y aunque los diálogos y las escenas de este libro son increíblemente maravillosos, al final, la magia de este libro reside en sus protagonistas. O sea, es que no ha habido ni un solo personaje que no me haya robado el corazón; principales y secundarios, da igual, TODOS son importantes en estas páginas. De hecho, porque se que pronto habrá una segunda entrega, sino, ahora mismo entraba en depresión, aunque es muy posible que este libro me deje con un bloqueo lector porque no creo que mi próxima lectura vaya a ser tan buena, pero como os iba diciendo, no quiero despedirme NUNCA JAMÁS de ninguno de estos personajes… Por un lado, tenemos a los amigos de Nora; Alina, Natán y Oriol y por otro, a los de Adrián; Lía y Rodrigo. Todos son muy diferentes entre sí, pero saben encajar a la perfección entre ellos y ese vínculo que los une es lo que hace que tú también puedas sentirte uno más entre todos ellos.


En cuanto a Nora y Adrián creo que sí he disfrutado tanto su historia es por esos tiras y aflojas que se traen durante toda la novela. Además, tengo la sensación de que hacía siglos que no leía un libro con tanta tensión sexual acumulada y ha sido tan genial ver como poco a poco se iban entendiendo entre ellos que ahora mismo solo aspiro a una relación así en mi vida. Además, creo que ha sido un acierto por parte de la autora narrar esta novela bajo ambas perspectivas porque así no nos perdernos ni un solo detalle de lo que pasa, de lo que piensan, de lo que sienten…


Para mí lo mejor que tiene Myriam M. Lejardi es que sabe darle a cada cosa la importancia que tiene y hablar de cualquier tema con naturalidad y respeto y eso, es digno de agradecer, de hecho creo que es lo que hace que este libro traspase las páginas y se haga real. Y, es que, a pesar de las risas y del buen rollo que transmite, es un libro que trata asuntos muy importantes como; la pérdida de la virginidad, la bisexualidad, las relaciones abiertas, pero sobre todo, trata un tema que para mí, ha sido toda una revelación porque lo cierto es que hasta ahora, desconocía que hubieran personas arrománticas, desconocía su significado, así que me ha encantado ver cómo la autora le ha dado visibilidad a este término gracias al personaje de Adrián. Al final, lo que nos enseña esta novela es que hay mil formas de querer y todas son igual de válidas.


Por otro lado, me ha gustado mucho como a través de Nora, la autora nos hace entender que lo que sea que hagas para ganarte la vida no tiene porqué definirte. Y en este sentido, no me he podido sentir más identificada con ella porque desde que tengo uso de razón me han estado atormentando con la pregunta; “¿Qué quieres ser de mayor?”. Y en serio, ojalá, cuando tenía cinco años en vez de responder, “cantante” (Por cierto se me da horriblemente mal cantar), hubiese dicho algo así como; “Y yo que sé, soy una niña”. Pero la pregunta se fue repitiendo y yo solo acababa diciendo profesiones al azar, sin saber que quería/quiero hacer en el futuro cuando todo el mundo parecía tenerlo claro desde ese día en educación infantil. Así que para mí, Myriam M. Lejardi no podría haber definido mejor esta situación. 


En conclusión, pensaba que “Cómo (no) enamorarse” iba a ser uno de esos libros que me harían pasar un buen rato y que luego acabaría enterrado entre mis estanterías, sin embargo, a dónde ha ido a parar ha sido a mi corazón porque sin lugar a dudas, la historia de Nora y Adrián se ha ganado un sitio especial entre mis mejores lecturas. 



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