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viernes, 5 de mayo de 2023

Reseña: Tres (no) son multitud


Imagina que te vas a una casa rural a celebrar la noche de fin de año. Imagina que a ese viaje se apuntan tu hermana y unos cuantos amigos más entre los que destacan; tu compañero de piso del que estás completamente enamorada y el ex de tu hermana, al que casualmente, te has tirado hace unos días en el aseo de una discoteca… Y no solo eso, imagina que de pronto abres una puerta y en tu retina se graba la imagen de tu compañero de piso haciéndole una mamada al ex de tu hermana… Imagina por un momento lo que sería leer, “Tres (no) son multitud”.


Sé que decidí que no iba a superar este libro a las ocho y veintitrés de un miércoles por la tarde. No me preguntes si hacía frío, si hacía calor porque de lo único que me acuerdo es de las ganas que tenía de volver a empezar el libro y de las ganas que tenía de ponerme a llorar en un rincón… Aunque, quizás, hubiese sido más fácil buscar en google, “como salir de un vacío existencial”, porque así es como este libro me había dejado… Pero claro, yo solo tenía la cabeza para pensar en ellos… Rodrigo, Lía y Natán.


Tres (no) son multitud” es la segunda parte de “Cómo (no) enamorarse”. Y no voy a engañaros, tenía tantas ganas de volver a reencontrarme con todos estos personajes que creo que hasta me temblaban las manos cuando abrí el libro por primera vez. Y es que Myriam M. Lejardi no ha escrito una novela, no ha contado una historia y ya… Myriam M. Lejardi ha dado vida a cada página de estos libros, transformando sus personajes de ficción en personas reales, tangibles… Con sus miedos, sus inseguridades, sus hoyuelos, sus lunares, sus tatuajes y sus maletas abiertas. 


Enamorarse no es una mierda, lo que es una mierda es que te rompan el corazón… Y de eso saben mucho nuestros tres personajes. Por eso Rodrigo intentará convencerse de que no está enamorado de dos personas a la vez. Por eso Natán preferirá dudar de todo. Por eso Lía hará lo que sea por no perder a ninguno de los dos… Por eso entre los tres, crearán una lista llamada, “Normas para la custodia compartida de un follamigo”. 


Este libro no pierde el humor al que nos tiene acostumbrados la autora, pero al mismo tiempo nos deja con una historia mucho más emocional que la anterior. Myriam M. Lejardi nos habla de los sueños, de volar alto… De la confianza en uno mismo y con otras personas… De las dudas y el miedo a no ser suficiente. Por eso, esta historia me ha dejado tanta huella. Por eso, este libro aparte de hacerme reír a carcajadas también me ha hecho llorar. Y es que no hay porqué dejarlo todo para cumplir un sueño porque lo que importa no es de qué trabajemos, sino lo que hacemos cuando acabamos… Porque al final, no hay nada más importante que estar rodeado de personas que te quieren mientras haces lo que de verdad te gusta. 


Por otra parte, hay que admirar el buen trabajo que hace siempre la autora con el tema de la sexualidad. Como plantea ciertas situaciones y como ayuda a sus personajes y a sus lectores a resolver ciertas dudas. Lo importantes que son la comunicación, el respeto, el morbo, las fantasías… Además, seamos sinceros, si escribir sobre una relación de dos ya supone un reto, no me quiero ni imaginar lo que debe de ser crear una relación de tres, pero lo cierto es que Myriam M. Lejardi no ha podido hacerlo mejor, tanto a la hora de elaborar las escenas eróticas como a la hora de entrelazarlo todo y a todos sin dejarse ni un cabo suelto. 


Al final, estamos hablando de un libro que se llena de música y no solo porque nuestros protagonistas, Rodrigo y Natán, formen parte de un grupo, sino porque el libro entero vibra con todo tipo de canciones. Letras que hablan de sentimientos y melodías que no te podrás sacar de la cabeza. De hecho, el libro cuenta con una setlist y unos bises que querrás escuchar en vivo directo. 


Supongo que como a todo el mundo, las despedidas se me dan fatal, pero lo cierto es que les he cogido tanto cariño a estos personajes que hubiese dado cualquier cosa por un tercer libro que hablara sobre el personaje de Alina, la hermana de Lía, la exnovia de Natán… O que hablara de Oriol y todos sus amantes... Cualquier cosa para no tener que decirles “adiós”, ni a todos ellos, ni a Adrián y Nora porque a pesar de todo, siguen siendo mis personajes favoritos. Da igual que sean protagonistas de su propia historia o secundarios de esta… Da igual, porque con ellos empezó todo y ahora, no se como decirles, “hasta siempre”. Me estoy poniendo demasiado intensa, pero es que os prometo que no voy a superar estos libros en la vida. 


No se si el tres se convertirá en mi número favorito a partir de ahora… Pero lo que sí sé es que, Tres (no) son multitud”, ya forma parte de esos libros que son inolvidables para mí, de esos que te dejan una huella imborrable y que te invitan a leerlos una y otra y otra vez… De esos que cuando echas un vistazo a tu estantería, te lo quedas mirando y sonríes imaginando que estarán haciendo ahora todos esos personajes que pese al tiempo, que pese a todo, siguen formando parte de ti. 



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viernes, 13 de mayo de 2022

Reseña: Cómo (no) enamorarse


Su primer beso, su primera mamada y con el que perdió la virginidad. Eso fue Adrián para Nora y Nora para Adrián. La relación entre ambos no es que fuese especialmente buena, pero tras esa primera y última vez, se volvió ridículamente inexistente… Ahora, tras encontrar a su madre con un arnés encima de la madre del otro, Nora y Adrián tendrán que aprender a convivir bajo el mismo techo como si fuesen dos hermanos que se llevan la mar de bien y no dos personas que no se pueden ni ver.

“Cómo (no) enamorarse” es de esos libros que cuando los empiezas sabes que vas acabar adicto a sus páginas y es que la voz de Myriam M. Lejardi, la autora, es directa, fresca, dicharachera y sobre todo muy, MUY divertida. 


Soy de esas personas que piensan que es más fácil hacer llorar que reír, no sé si es porque se me hace más sencillo empatizar con los personajes cuando hay drama de por medio o por que al final, considero que cada uno tenemos un estilo de humor diferente, pero lo cierto es que es imposible que cojas este libro y no te rías como mínimo una vez por página, aunque sea una risa de esas que salen en forma de aire por la nariz porque enserio, este libro tiene escenas más épicas que “Juego de tronos”.


Y aunque los diálogos y las escenas de este libro son increíblemente maravillosos, al final, la magia de este libro reside en sus protagonistas. O sea, es que no ha habido ni un solo personaje que no me haya robado el corazón; principales y secundarios, da igual, TODOS son importantes en estas páginas. De hecho, porque se que pronto habrá una segunda entrega, sino, ahora mismo entraba en depresión, aunque es muy posible que este libro me deje con un bloqueo lector porque no creo que mi próxima lectura vaya a ser tan buena, pero como os iba diciendo, no quiero despedirme NUNCA JAMÁS de ninguno de estos personajes… Por un lado, tenemos a los amigos de Nora; Alina, Natán y Oriol y por otro, a los de Adrián; Lía y Rodrigo. Todos son muy diferentes entre sí, pero saben encajar a la perfección entre ellos y ese vínculo que los une es lo que hace que tú también puedas sentirte uno más entre todos ellos.


En cuanto a Nora y Adrián creo que sí he disfrutado tanto su historia es por esos tiras y aflojas que se traen durante toda la novela. Además, tengo la sensación de que hacía siglos que no leía un libro con tanta tensión sexual acumulada y ha sido tan genial ver como poco a poco se iban entendiendo entre ellos que ahora mismo solo aspiro a una relación así en mi vida. Además, creo que ha sido un acierto por parte de la autora narrar esta novela bajo ambas perspectivas porque así no nos perdernos ni un solo detalle de lo que pasa, de lo que piensan, de lo que sienten…


Para mí lo mejor que tiene Myriam M. Lejardi es que sabe darle a cada cosa la importancia que tiene y hablar de cualquier tema con naturalidad y respeto y eso, es digno de agradecer, de hecho creo que es lo que hace que este libro traspase las páginas y se haga real. Y, es que, a pesar de las risas y del buen rollo que transmite, es un libro que trata asuntos muy importantes como; la pérdida de la virginidad, la bisexualidad, las relaciones abiertas, pero sobre todo, trata un tema que para mí, ha sido toda una revelación porque lo cierto es que hasta ahora, desconocía que hubieran personas arrománticas, desconocía su significado, así que me ha encantado ver cómo la autora le ha dado visibilidad a este término gracias al personaje de Adrián. Al final, lo que nos enseña esta novela es que hay mil formas de querer y todas son igual de válidas.


Por otro lado, me ha gustado mucho como a través de Nora, la autora nos hace entender que lo que sea que hagas para ganarte la vida no tiene porqué definirte. Y en este sentido, no me he podido sentir más identificada con ella porque desde que tengo uso de razón me han estado atormentando con la pregunta; “¿Qué quieres ser de mayor?”. Y en serio, ojalá, cuando tenía cinco años en vez de responder, “cantante” (Por cierto se me da horriblemente mal cantar), hubiese dicho algo así como; “Y yo que sé, soy una niña”. Pero la pregunta se fue repitiendo y yo solo acababa diciendo profesiones al azar, sin saber que quería/quiero hacer en el futuro cuando todo el mundo parecía tenerlo claro desde ese día en educación infantil. Así que para mí, Myriam M. Lejardi no podría haber definido mejor esta situación. 


En conclusión, pensaba que “Cómo (no) enamorarse” iba a ser uno de esos libros que me harían pasar un buen rato y que luego acabaría enterrado entre mis estanterías, sin embargo, a dónde ha ido a parar ha sido a mi corazón porque sin lugar a dudas, la historia de Nora y Adrián se ha ganado un sitio especial entre mis mejores lecturas. 



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