A veces nos
dedicamos tanto a vivir los sueños de otras personas que se nos olvida que
nosotros mismos también tenemos la capacidad de luchar por lo que queremos y de
hacer realidad todo lo que soñamos. Megan Maxwell, con su novela: “Hasta que salga el sol”, nos propone un
libro para reflexionar acerca de nosotros mismos y sobre todo, nos deja con una
nueva historia cargada de contrastes, romances de verano y amores clandestinos.
Lo último
en lo que pensaba Esther cuando
fue a Londres para realizar un curso de cocina era que acabaría por encontrar
al amor de su vida. Conocerla, le hará replantearse a Jorge su futuro y si algo tiene claro él,
es que piensa luchar por ella cueste lo que cueste, por ello, no dudará en
sorprenderla a su regreso a España. Allí, Esther, su hermana Sofía y su padre
dirigen un pequeño hotel que no para de ocasionarle cada vez más disgustos y la
presencia de Jorge hará que Esther empiece a replantearse todos sus sueños. Por
otra parte, también conoceremos con más detalle a Sofía. Las malas influencias le han llevado
por el mal camino, convirtiéndola en todo lo contario que su hermana y aunque la
vida no se lo ha puesto fácil, a lo largo de las páginas, iremos descubriendo
una nueva Sofía que empezará a valorarse y a quererse gracias a la presencia de
cierto cantante que aparecerá en el momento más apropiado.
La familia
y la amistad no pueden faltar en esta novela y es por ello, que también
estaremos al tanto de lo que les pasa a Hugo,
Vega y Delia, los mejores amigos de Esther. Ellos también tienen un papel
casi, casi protagonista entre estas páginas y sus líos amorosos junto con los
del padre de nuestras protagonistas complementan a esta historia.
Tras las
últimas y maravillosas publicaciones de Megan Maxwell como “Hola, ¿Te acuerdas de mí?” o “El día que el cielo se caiga” he de
reconocer que esperaba MUCHO de este nuevo libro pero con lo que me he
encontrado ha sido con algo muy diferente. No solo he sentido prisas a la hora de
escribir la historia, sino que en parte, lo que más me ha faltado ha sido
profundidad en los personajes, además, su forma de resolver los distintos
destinos de cada protagonista ha sido de lo más rápida y de lo más sencilla y es por
eso, que el final, la autora, tampoco ha logrado dejarme con un buen sabor de
boca. A todo esto, hay que sumarle que se me ha hecho un libro muy
predecible y muy poco creíble de principio a fin, cosa que
me ha sorprendido porque es la primera vez que me pasa algo así con un libro de
la autora.
Uno de los
principales problemas con los que me encontrado en este libro ha sido la
cantidad de temas a tratar. Niños transgénero, drogas, maltrato psicológico y
físico, enfermedades como la diabetes o la sordomudez… Temas que
están a la orden del día y que en este libro se exponen de un modo
esperanzador. Eso me parece bien y creo que es necesario en la literatura
actual para seguir concienciando a las personas, sin embargo, la forma de
exponer estos temas como si de un aperitivo se tratara creo que no ha sido la
mejor elección. No solo porque al final, muchas de estas
subtramas han quedado como relleno, sino que además, han desviado por completo
la historia principal de Jorge y Esther. A esto, hay que añadirle también, que
es un libro con bastantes personajes y cada uno de estos, tiene sus propios
líos amorosos o problemas personales… En conclusión, la trama
principal podía haber dado mucho más juego ya que tenía todos los ingredientes,
sin embargo, con lo que nos encontramos es con un batiburrillo que no se centra
en ninguna trama en especial y eso, es una de las cosas que más me han
disgustado de estas páginas.
Además, el
turismo está muy presente en esta historia, tanto, que hay capítulos que bien
podían ser una guía de turismo. La autora nos teletransporta a Benicasim y nos habla
de la magia de Nueva Zelanda. Nos hace
pasear sus calles, nos narra su historia… Sin embargo, esta parte en especial,
llega a cierto punto en el que la autora abusa por completo de estas
descripciones. Al final, no es algo que resulte del todo aburrido pero tras
varias páginas seguidas, una puede perder el interés de lo que la
autora narra en relación con estos municipios. Podría
decirse que al final, es un libro hecho a medida para el “Galardón Letras del Mediterráneo 2017”.
Sin embargo,
reconozco que me hubiera gustado que el tema de la gastronomía sí que se
hubiese explotado más, además, es un ingrediente que puede dar mucho juego en
la literatura. La pasión de nuestra protagonista es la cocina, ella viaja a
Londres para formarse y en ese viaje es donde conocemos una pizca de ese hobby.
Mezcla de alguna que otra cultura en el paladar y algún que otro plato
elaborado es lo que nos muestran estas páginas, pero a partir de su regreso a
España, parece que este tema queda directamente en el olvido tanto por parte de
nuestra protagonista como por parte de la autora.
A pesar de
todas las cosas que me han podido disgustar de estas páginas he de reconocer
que leer a esta autora SIEMPRE es un placer. Creo que si algo diferencia a Megan
Maxwell como autora es el enganche que tienen cada uno de sus libros y este
tomo no podía ser una excepción. Además, el hecho de que haya algún
que otro guiño a la bilogía “Adivina quién soy” me ha sacado una sonrisa gigantesca y eso, que en este libro no
me he reído tanto como con otros de la autora.
Y bueno,
solo me queda por comentar el gran acierto de esta historia, que no es ni más
ni menos, que la banda sonora que lo compone. Tanto el grupo Atacados, como Lucía
Gil, como todo el equipo que hay detrás… todos, han hecho un excelente y
original trabajo y han sabido plasmar muy bien los momentos de esta historia
con sus canciones. Además, el hecho de que incluya el propio CD
en la parte de atrás del libro es sin duda toda una gozada.
En
conclusión, Megan Maxwell con “Hasta que
salga el sol” vuelve a su estilo inicial como escritora y nos deja con una
nueva historia fresca e ideal para este verano, sin embargo, creo que esta vez,
a la autora, le ha faltado insertar una buena dosis de sentimiento a las
páginas, unos personajes mucho más sólidos y una trama principal que no se
oculte en un tercer o cuarto plano.
¡MUCHAS GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR!
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