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lunes, 27 de mayo de 2019

Reseña: Todo lo que somos juntos



Entonces un día miras a tu alrededor y no sabes en qué punto del mapa te encuentras… El espejo te devuelve el rostro de alguien, pero es como si tu no estuvieses allí. Porque a veces hay que aprender a descubrir quien queremos ser para poder encontrarnos a nosotros mismos y a veces, simplemente, conseguimos hallarnos entre los trazos de un lienzo, entre la música que no ha dejado de sonar o a través de las páginas de un libro.

¿Se puede odiar a alguien y echarlo de menos al mismo tiempo? La respuesta es sí. Porque a pesar de haber pasado tres años desde que dejó atrás ese trozo de mar con sabor a té, noches de estrellas y submarinos amarillos… Leah sigue pensando en él, echándolo en falta en los momentos más cotidianos y odiándolo a diario por haber sido tan cobarde.

Dejarla marchar fue lo correcto para que Leah no perdiese la oportunidad de vivir, de experimentar… Pero no fue lo mejor para el corazón de Axel. Él, que no pensaba enamorarse, que no creía en historias de amor... Axel, que se ha mantenido lejos de todo, de ella. Hasta ahora. Porque Leah va a hacer realidad uno de sus sueños y él, no se lo piensa perder.

La segunda parte de la bilogía; “Deja que ocurra”, llega para ponerte los sentimientos a flor de piel. Alice Kellen, regresa con una historia mucho más madura y más intensa de emociones. Porque “Todo lo que somos juntos” nos deja reflexionando acerca del amor, del éxito, de uno mismo… De ahí que veamos a una Leah que ha evolucionado pero que todavía sigue creciendo, a una Leah que ha dejado de idealizar al chico con el que llevaba toda la vida soñando, para descubrir cómo es Axel realmente con sus luces y sus sombras.

He de admitir que tras el final de “Todo lo que nunca fuimos” soñaba con el reencuentro entre nuestros protagonistas. Y sentir esa corriente eléctrica que ha conseguido traspasar las palabras y colarse bajo mi piel, ha sido increíble y eso es algo que solo me ocurre con las mejores historias.  Porque como dice la autora en estas páginas, hay muchas formas de ver y sentir el arte, pero mi favorita es aquella que te hace sentir, que te emociona, que te revoluciona por dentro… Y así es Alice Kellen, arte.

Aprender a saber estar solos con nosotros mismos, a querernos… A no necesitar a nadie y no depender de alguien para ser felices... No tenía ni idea de cómo la autora iba a sorprenderme en esta historia, ni tenía muy claro lo que iba a pasar en el siguiente capítulo, pero lo que sí se, es que gracias a reflexiones como estas, este libro es mucho más que una historia de amor, mucho más que un romance entre dos personas que lo tenían todo en contra para enamorarse, pero que aun así, decidieron arriesgar y decidieron darse otra oportunidad. A pesar del miedo al fracaso, a pesar del ego, de la decepción…

Por otro lado, cada día tengo más claro que tengo que visitar Byron Bay porque la escritora no ha podido escoger un lugar mejor para crear esta historia. Pero he de admitir, que recorrer las calles de Paris con Axel y Leah ha sido algo tan bonito y me ha dejado con tantos instantes para recordar… Que ha sido como teletransportarme y vivir su historia al mismo tiempo. Como si cada página se hiciese real ante mis ojos.

“Todo lo que somos juntos” es ese trozo de mar al que querrás volver cada vez que quieras reencontrarte contigo misma, cada vez que las noches se tiñan de estrellas y la música de los Beatles lo inunde todo de color. Porque Axel y Leah te estarán esperando para llenarte de emociones y para susurrarte: “Todos vivimos en un submarino amarillo”.



¡MUCHAS GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR!

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domingo, 17 de marzo de 2019

Reseña: Todo lo que nunca fuimos



Cierra los ojos, piensa en esa persona y escucha la música… Esa canción que solo suena en tu cabeza cuando ese alguien especial aparece y simplemente… dejas que ocurra.

La muerte de sus padres ha dejado a Leah sin colores, en un mundo en blanco y negro que no se parece en nada al de la chica impulsiva y risueña que solía ser. Pero las mañanas de surf o las noches de estrellas llenas de música, té y Axel… harán que poco a poco crezcan las ganas; el deseo por volver a pintar, el ansia por sentir cada instante, el hambre por querer ser feliz… por empezar a vivir de nuevo.

Un año juntos bajo el mismo techo en Byron Bay, Australia, es lo que les espera a nuestros protagonistas y todo estaría bien, si ella no se hubiera enamorado hace tiempo de él, si él no fuese el mejor amigo de su hermano, si ella no lo hubiera idealizado, sino se llevaran diez años de diferencia. Pero… ¿qué entiende el amor de eso?

Es una realidad que una de las cosas que más feliz me hacen en esta vida es tener un libro de Alice Kellen entre las manos. Quizás, para algunos exagere, pero quien haya leído una historia de la autora… quien haya sentido a través de sus palabras, me entenderá. Porque su modo de crear, narrar, transmitir… es de esas pocas cosas que consigue revolucionarme por dentro. Como esa sensación de vértigo en la espalda o como ese enjambre de mariposas en el estómago. Porque sus libros se sienten de una manera distinta al resto y porque posiblemente, tras leer “Todo lo que nunca fuimos”, el corazón me haya aumentado cinco tallas. Que luego Alice Kellen se haya encargado de rompérmelo a pedazos chiquititos con ese final, es otro cantar… Pero he de admitir, que eran tremendamente necesarias esas últimas páginas, ya que hay mucha, MUCHA verdad en ellas, aunque eso no quita, repito, que me hayan apuñalado lentamente.

La primera parte de la bilogía “Deja que ocurra” se centra en Axel y en como este, hará lo que sea por volver a ver a Leah feliz. Se centra en cómo afrontar la pérdida y en las diferentes formas que existen de hacerlo, en cómo combatir la ansiedad, en luchar contra los miedos y las inseguridades... Y desde luego, que toda mi admiración hacia la escritora por la perspectiva con la que ha tratado cada uno de estos temas.

Y es que la autora, nuevamente ha hecho un trabajo increíble, superándose a sí misma y superando cualquier expectativa. Con este libro no solo vemos una historia mucho más madura, sino que además, está tan bien pensada y tan bien estructurada que cuando las piezas del pasado, presente y futuro encajan, cuando al fin, comprendes cosas como el significado del título, el del prólogo o la muerte de los Jones… es como una explosión, un estallido de colores, un vuelco al corazón.

Aunque para infarto, la historia de amor entre Leah Axel. Enserio, no puedo quitármelos de la cabeza, de imaginar cada escena que Alice Kellen ha dibujado para ellos. Tan electrizantes, tan llena de sentimientos… Sin duda, estos personajes han sabido traspasar el papel y hacer que sus páginas se conviertan en algo real.

En cuanto a la música, es otra de las partes fundamental de esta bilogía y leer con los Beatles de fondo, hace mucho más intensa la experiencia de tener un libro entre las manos. Además, no solo ha aumentado mi adicción por la banda de rock inglesa, sino que ahora, no puedo sacarme la canción “Yellow submarine” de la cabeza. (In the town where I was born. Lived a man who sailed to sea).

Y bueno, no puedo acabar, sin agradecerle a la editorial, el no tener que esperar un año para leer: “Todo lo que somos juntos”, la segunda parte, aunque se de sobra que la espera hasta el treinta de abril se me va hacer igualmente interminable y MUY desesperante. Corrijo, se me está haciendo así, desde el segundo cero en que llegué al final de este primer tomo.

En conclusión, “Todo lo que nunca fuimos” es la mezcla de colores intensos, brillantes… El tono perfecto para cada uno de los protagonistas, las diferentes texturas que tejen la trama, el sentimiento que crece a través de las palabras. Es Alice Kellen escribiendo, haciendo arte, creando magia.


¡MUCHAS GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR!

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