Si le preguntas a una
persona cuál es su época favorita del año, lo más probable es que diga que el
verano y seguramente su elección sea porque llegan las vacaciones… Porque
enserio… ¿A quién le gusta sudar y pasar calor así porque sí? ¿El ruido de la piscina
y la arena de la playa? ¿De verdad? Sin embargo, luego está ese otro tipo de gente…
Ese, al que se le pone una sonrisa instantánea cuando afirma que prefiere la “Navidad”, como si de una estación se
tratara… Como si el frío del invierno fuera algo totalmente secundario porque
ellos prefieren la cálida y dulce Navidad…
Cumplir años el veinticuatro de
diciembre hace que cada Navidad sea especial para Julian… La tradición llena todo su mundo de luces de
colores y nuestro protagonista se siente más que feliz entre galletas de
jengibre y una buena taza de cacao. Sin embargo, este año es distinto porque,
aunque hay nieve por todos lados, parece que en su casa se han olvidado de que
falta muy poco para que comience su día favorito del año. Y es que… ¿Qué es lo que pasa cuando se acercan fechas importantes y falta alguien?
¿Qué es lo que sucede cuando quieres tanto a una persona y esa persona ya no
está? ¿Las tradiciones también mueren cuando fallece un ser querido?
Maja Lunde y Lisa Aisato, escritora e ilustradora, llenan de palabras e
imágenes cada una de las páginas de este libro y de esta manera, consiguen traernos
de vuelta ese espíritu navideño que tanto nos gusta. Pero no te
confundas, “La hermana de nieve”, es mucho más que un sencillo
cuento atrapado entre las hojas… Porque la historia de Julian sobre cómo pasó las primeras navidades
sin su hermana mayor logrará emocionar a cualquier lector,
tenga la edad que tenga, porque es una historia que sabe tocar directamente el
corazón.
Y es que todo cambió cuando Juni se fue… Aceptar su muerte
no estaba siendo nada fácil y dejar que el tiempo lo arreglara todo, tampoco parecía
estar funcionando. La vida de Julian
se había convertido en algo triste, monótono y aburrido… Y quizás, fue
justo por eso, por lo que no pudo apartar los ojos de la ventana, porque ese
día, tras el cristal, había una chica con la mirada y la sonrisa más viva que
había visto nunca… Y hacía tanto tiempo que él no se sentía así, que fue
inevitable que Hedvig, acabara
convirtiéndose de pronto, en su mejor amiga… A pesar de que la casa de la chica
pelirroja era un poco rara y a pesar de que un hombre misterioso parecía
perseguirla a todas partes.
Volver a reír después de mucho
tiempo es una sensación inigualable y disfrutar de cada instante con Hedvig hacía que el mundo de Julian volviese a ser un lugar
bonito y agradable… Hablar con un desconocido sobre tus
problemas o poner nombre a tus sentimientos a veces resulta algo de lo más liberador…
Y Julian, gracias
a Hedvig estaba
empezando a descubrir que quizás, no valía la pena seguir estando triste y que
tal vez, había llegado el momento de afrontar los cambios… Y por su parte, Hedvig, gracias a Julian estaba empezando a
dejar atrás cada uno de sus miedos.
Una historia donde la
amistad brilla y donde el poder de los recuerdos hace que Maja Lunde nos llene
de nostalgia, sentimientos y lágrimas. Porque sí, lo admito, he llorado mucho con los últimos capítulos. Sobre todo, porque
ha sido tan fácil empatizar con los personajes y con lo que estaban viviendo que
al final… No he podido evitar emocionarme con algunas escenas. Pero quiero dejar claro que, a pesar de todos los pañuelos invertidos en
esta lectura, este libro no es un cuento triste, sino todo lo contrario.
Por otra parte, Lisa Asato, la ilustradora, ha
hecho un trabajo que literalmente me ha dejado con la boca abierta porque no solo ha sabido plasmar la esencia de esta historia en cada ilustración,
sino que, además, ha conseguido que este libro cobre vida gracias a la cantidad
de detalles que encontramos en cada imagen.
Una historia que sé que
volveré a revivir cada año cuando las calles se llenen de polvo blanco y las
luces empiecen a brillar… Porque Lisa Aisato y Maja Lunde han hecho magia con
la historia de Julian y Hedvig y han convertido estas páginas… en un auténtico
tesoro. Y de verdad lo digo, cualquier persona que se considere amante de la Navidad
debería de tener un ejemplar de, “La
hermana de nieve”, entre sus estanterías.
¡MUCHAS GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR!
Si quieres saber más sobre este libro pincha aquí.