Una décima de
segundo...
Todo muere, se desvanece...
Desaparece, como si
nunca hubiese existido.
Miro hacia adelante y no... No hay nada.
Quiero despertar del sueño.
Pero... ¿Y si no consigo abrir los ojos?
¿Y si todo ha acabado ahora?
El tiempo está paralizado.
No se escucha ningún corazón latiendo...
Todo es oscuro, negro, triste.
No encuentro mis recuerdos...
No están en mi, soy un cuerpo vacío...
Ni siquiera puedo soñar.
Frío, tengo mucho frío.
Estoy sola, apenas puedo caminar...
Ya nada es como antes.
No puedo avanzar...
Todo se va alejando y se pierde.
No hay tiempo.
Quiero una salida, escapar, salir de
aquí...
Pero vuelvo a caer en el vacío...
Oscuridad.
Lo intento, busco la luz, un camino, un algo
que pueda ayudarme...
... pero ya no se quien soy.
Estoy desesperada.
Le grito al mundo pero nadie me oye.
-¡Sigo aquí! ¿ACASO NO ME VES?
Pero ni siquiera la naturaleza está con
vida,
y yo... Condenada a vivir bajo esta presión.
-¿HAY ALGUIEN AHÍ?
Seguía sin importarle a nadie.
Me decía a mi misma:
"Para salir, hay que encontrar la
puerta
¿Sabes? Ser fuerte y no rendirse
nunca."
La batalla no ha terminado...
Pero ahora lucho contra la nada.
Somos como extraños, almas perdidas sin camino
de vuelta.
¿Dónde fueron a parar los sueños?
Todo es cada vez más frío.
¡DUELE!
Empiezo a correr.
Pero tengo miedo. Me paralizo.
¿Porqué tendría que ser de ésta manera el
final?
Las personas se están volviendo locas,
desesperadas por encontrar una última esperanza,
una ilusión...
Algo que les haga resucitar a la vida.
¿Porqué se empeñan en seguir viviendo si van acabar muertas?
Somos los esclavos de los problemas.
Problemas que nos torturan.
Pero somos nosotros mismos...
somos las llaves de esos candados.
La última respuesta.
¡SOMOS LIBRES!
Libres para soñar.
Libres para caminar.
Decidir hacia donde vamos.
Marcar nuestra propia huella en el camino.
No me quedaré sentada para ver como otros
juegan a ser feliz,
porque yo también sé y quiero
jugar.
Correré para que no me pillen.
Recuerda que nacimos para ser felices,
no para ser perfectos.
Basta con creer en ti.
No hace falta renunciar a nada ni asesinar sueños.
Llegarás a la meta y solo tú pondrás tu
propio final.
Dicen que un ganador es un soñador que nunca se rindió.
Soy un soñador. Soy un ganador.
Porque sé que si me escondo nunca más veré la
luz del sol.
Y solo detrás de cada horizonte se esconde el
siguiente
y mientras sigamos persiguiéndolo seguiremos
siendo.
El truco está en seguir y sonreír pase lo que
pase.
No estás solo.
Mira a tú alrededor.
Si tú caes, yo te volveré a levantar.
Porque si este es el fin del mundo...
Porque si algún día no consigo
despertar.
Si siento presión y el frío se vuelve a
apoderar de mi
y no puedo levantarme...
Sabré que habré formado parte de algo.
Un algo que me hizo feliz. Un algo que yo
elegí.
Tal vez esto sean unas
simples palabras que el viento un día se llevará...
Pero doy mi último salto.
Pero doy mi último salto.
Nuestro salto al infinito.
Por todo lo que nos importa y ha significado
algo para nosotros.
Porque vale la pena luchar hasta el último
instante...
... y así, poder vencer la gravedad.
La gravedad del infinito.
Qué entrada más preciosa, qué forma de encadenar palabras dándole un sentido único, singular. Es preciosa Bemele! sigue así! bsos!
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te guste señor poeta.
Eliminar¡SE FELIZ! :):)
Yo estoy en la primera fase, en la del bucle, en el sin sentido, en el dolor, en la soledad, en lo que puede ser y no consigo, en lo que queremos y no podemos... como dar ese el salto que gramaticalmente ha sido fácil y perfecto a la acción...
ResponderEliminarA veces simplemente tenemos que saltar para saborear esa adrenalina de estar vivos.
Eliminar¡SE MUY FELIZ! :):)