“¿Qué he hecho yo para merecer esto?” No sé cuántas veces en la vida una persona puede hacerse esta pregunta… ¿Millones?
¿Billones? Pero es que hay días que somos como un imán para las cosas malas,
que todo nos pasa a nosotros y que después de una cosa, viene otra peor… Todos
tenemos un mal día, eso es un hecho, pero… ¿Podemos culpar siempre al karma por
todo aquello que nos pasa por gilipollas?
La vida de Sara es como la de cualquier
persona; trabaja para poder pagar las facturas, tiene un novio que no está nada
mal y parece que su felicidad está a un solo paso… Pero claro, digo “parece” porque hay que contar que su
trabajo de plumista apenas le da para comer y más cuando vive en un país que está
pasando por una crisis económica, que su novio Roberto vive en París y lleva sin tener relaciones
sexuales todo un año, y que la casa de su abuela donde se había independizado
para poder vivir sola, está a punto de hacerse añicos y por si eso fuera poco, su
padre ha decidido mudarse con ella porque su mujer le ha puesto los cuernos. Un
desfile de moda que preparar y una boda que organizar porque su hermana se casa
y el novio es Aarón, el
cantante de moda, el amor adolescente de Sara…
Llega, “No culpes al karma de
lo que te pasa por gilipollas”, la primera novela de Laura Norton, para recordarte eso de que, si sientes que tu vida es una mierda, siempre
hubo, hay y habrá alguien peor que tú. Y creerme cuando os digo que
los dramas pierden intensidad cuando te das cuenta de que tú no eres el único
en el mundo al que todo le sale mal.
Siempre he pensado que hacer reír
a alguien es mucho más complicado que hacerle llorar… Por eso, valoro mucho el
trabajo que ha realizado la autora en estas páginas porque no solo tiene una imaginación sin límites y un humor que contagia, sino que me ha hecho llorar de la risa en varias escenas y eso no lo consigue
cualquiera.
Y es que, si algo está claro es
que Sara no está pasando
por su mejor momento sobre todo porque a pesar de todos los problemas que van y
vienen, no puede dejar de pensar en Aarón. Porque él ha vuelto, pero ella ahora tiene novio y él se va
a casar con su hermana. Ellos, que recuerdan lo que nunca fue, lo que querían
ser… Pero a veces, como bien dice la autora, tenemos que aprender a distinguir
donde acaba el amor y donde empieza el cariño. “No culpes al karma de
lo que te pasa por gilipollas” no es una historia de amor como tal,
pero sí tiene su pizca de romance y está muy, pero que muy bien desarrollada,
sobre todo porque cuenta con unos personajes perfectamente definidos
con los que poder sentirte más que identificado.
Pero si hay algo que me ha
parecido fascinante y que me gustaría destacar es el hecho de que a pesar de
que la autora narra muchísimas situaciones surrealistas, su forma de conectar
una catástrofe con otra, no le resta credibilidad en ningún momento, es más es un libro que me ha parecido de lo más auténtico. Además, me
ha gustado mucho el hecho de que la autora, no haya recurrido al drama barato
sentimental y eso que no paran de ocurrir cosas y casi ninguna buena. En
cambio, Laura Norton, nos
deja con diálogos llenos de comedia y con escenas de lo más originales
que serán imposibles de olvidar.
Por otro lado, quería comentar
que esta historia tiene su propia adaptación cinematográfica y que yo antes de
leer el libro vi la película y mi recuerdo de ella fue bastante insignificante,
no sé si es que tenía muchas expectativas, pero lo cierto es que apenas
disfruté viéndola y eso me hizo aparcar el libro en la estantería. No me
arrepiento de ello, porque creo que necesitaba desintoxicarme un poco de todas
las críticas que había visto y olvidarme de paso de la sensación que me había
dejado la película… Y ahora, después de varios años, leer cada una de estas
páginas me ha hecho comprender porque este libro tuvo y tiene tanta fama y es
que, sin duda, es una historia se merece cada uno de sus éxitos. Y creo que sobra decir, que estoy
deseando leer su segunda parte.
En conclusión, “No culpes al karma de lo que te pasa por
gilipollas”, es un golpe de realidad o una revelación china, como Sara, nuestra querida protagonista diría,
porque si hay algo que hemos aprendido de esta historia es que cuando menos te
lo esperas, todo se puede complicar y todo puede empezar a ir de mal en peor… Pero
eso, a fin de cuentas, solo puede significar que de pronto la vida puede
empezar a sonreírte también en cualquier instante y que hay que estar atentos
para no perdernos nada… Porque la vida es más divertida cuando es imprevisible.
¡MUCHAS GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR!
Si quieres saber más sobre este libro pincha aquí.