Corre, sal y ve en
busca de un haya mágica, pero las respuestas van a seguir siendo las mismas...
<< ¿Es necesario leer este libro? SI. >>
<< ¿Me va a gustar este libro? SI. >>
<< ¿Voy a llorar con este libro? SI. >>
<< ¿Voy a llorar más de una vez con este libro? SI. SI.
SI.>>
Tras “Nosotros después delas doce” las montañas de Valira se tiñen de nieve para dar paso al invierno. No solo es la
estación favorita de Erin,
nuestra protagonista, sino que la llegada del frio siempre significa rodearse de
nuevos rostros; familias que vienen a disfrutar de las pistas de esquí,
forasteros que llegan buscando trabajo para después desvanecerse con los
primeros rayos de la primavera…
Trabajar en el hotel, salir con Bruno y fingir que todo va
bien son algunas de las decisiones que han llevado a Erin a vivir en modo automático. ¿Elegir el camino fácil es siempre el correcto? En Valira todos apostaban a que
la joven acabaría conquistando la Luna y, sin embargo, las montañas parecen
haberla retenido para siempre. Durante este tiempo, Erin, ha tenido que aprender a decir adiós,
dejar que sus amigos encontraran sus propios destinos, mientras en su caso, su
haya mágica era quien tomaba cada una de sus decisiones ¿Elegir el camino
correcto es siempre el camino fácil? Y… ¿Qué pasa con eso de arriesgar,
tropezar y aprender?
Un forastero llamado Max
aparecerá junto al invierno y será una de las causas que marquen el deshielo de
Erin. Su sonrisa, su pasión por el chocolate, su conexión con la
naturaleza… A ambos les resulta fácil estar juntos y les es sencillo convertir
las risas en carcajada. Alguna cosa en común y muchas para ir sorprendiéndose a
cada instante, para vivir cada segundo. Vivir. Y es que hay amores que nacen
cuando menos te lo esperas y de pronto sientes como si despertaras y, sin
embargo, hay otros, que llevan tanto tiempo hibernando que ni un beso de amor
eterno sería capaz de romper el hechizo, de hacer que saltaran chispas. ¿Le merecerá la pena a Erin arriesgar, incluso por un amor que tiene
fecha de caducidad?
Nos encontramos ante una historia
de amor, pero no ante la TÍPICA historia. “Tú y yo después del invierno” es una historia que
habla sobre el amor. Todavía sigo sorprendida con la maravilla que ha
hecho Laia Soler, la
autora, como utiliza a cada uno de sus personajes; Erin, Max, Bruno, los chicos de la quinta, entre los
que quiero destacar a Ona,
ya que en esta parte coge mucho más protagonismo y oye, que me ha encantado su
papel. Y como
decía, es un libro que va mucho más allá; nos habla de amores de verano que
pasan como estrellas fugaces, romances que siguen haciendo palpitar el corazón
a pesar de los años, relaciones que se quedaron en amigos, historias que ni si
quiera llegaron a existir, personas que no entienden ni de edades ni de sexo,
pero sí de amor… Y de verdad, es increíble como maneja cada una de
estas realidades, como se llega a empatizar con estas situaciones y como da
vida a cada personaje y a cada historia por corta o larga que sea sin siquiera
molestar a la trama principal.
Y aparte del amor y de
las menciones a Disney otra de mis cosas favoritas de esta novela ha sido ver
como se ha tratado el tema de la salud mental. Tanto Erin como Max padecen ansiedad y de
alguna manera Laia Soler
lo normaliza y hace que vivirlo a través de los personajes sea un hecho. Se
habla también de la depresión y no hay ninguna pretensión en sus páginas, más
allá que la de mostrarnos una realidad y eso, es lo que más me ha gustado.
“Tú y yo después del invierno” se puede leer de manera completamente independiente, pero
para mí, hay que vivir “Nosotros después de las doce”
para que este libro sea más especial de lo que de por sí, ya es. Además, tengo que decir que El Abuelo Dubois es uno de mis mejores
reencuentros literarios. Volver a saber sobre
el hermano y la mejor amiga de Erin; Teo y Aurora
me ha puesto muchas sonrisas tontas en la cara, pero lo cierto es que sigo
teniendo debilidad por el dueño de cierto carrusel mágico que habita en la
plaza del pueblo…
Laia Soler define en
estas páginas la palabra “inefable”
como la idea de que hay cosas que no se pueden explicar con palabras. Y yo, ahora
mismo, no encuentro mejor definición que esta para “Tú y yo después del invierno”.
He aprendido tanto con este libro…
y no hablo solo de datos importantes como el lugar de invención de los
cruasanes que, por cierto, he vivido 23 años engañada, sino más bien a nivel
personal y emocional. Empatizar con Erin ha sido muy fácil
porque tenía más cosas de las que pensaba en común con ella y leer su evolución
a través de las páginas ha sido como ir creciendo juntas. Y es que a
veces, tenemos tanto miedo a los cambios que preferimos escondernos, que rogamos
a otros que nos den consejo para que así, elijan por nosotros y eliminar con
ello, todas las consecuencias… Miedo a equivocarnos, miedo a sentir demasiado,
miedo a lo que el resto piense… Y el pánico a veces es tan grande que
eso es lo que hace que nos acabemos alejando de lo que más deseamos.
Perdiendo el rumbo y aferrándonos a lo poco que nos queda. Y repito, he
aprendido tanto con este libro que de alguna manera me ha hecho más fuerte o
simplemente es que ahora veo las cosas de manera distinta… Como si autora hubiese
lanzado un hechizo mágico a través de estas páginas…
Y es que Laia Soler
vuelve agitar su bolígrafo/varita y regresa llenando esta historia de magia y
realidad. Un nuevo viaje inolvidable por la tierra de Valira con una
protagonista que aprenderá a aullar a la Luna para convertirse así, en su
propia leyenda.
¡MILES DE GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR!
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