Se me dan mal las despedidas, lo
reconozco, pero juro solemnemente que no estaba preparada para decirle adiós ni a Lara Jean, ni a Peter Kavinsky.
“Para siempre, Lara Jean” es el último libro de la trilogía y
quizás, comparado con: “A todos los chicos de los que me enamoré” o “P.D. Todavía te quiero”, este peque por tener un ritmo más pausado y una trama aparentemente más
sencilla... Pero lo cierto es que al final, ha resultado ser la más profunda de las tres
partes.
Se avecinan cambios en la vida de
Lara Jean. El tiempo en
el instituto está llegando a su fin, lo que significa decir “adiós” a muchas cosas... y “hola” a un futuro incierto. Encontrar
una buena universidad es una de sus tantas preocupaciones, pero tener que
distanciarse de Peter es
lo que más la tortura. Todos tenemos miedo a los cambios, pero sin duda hay muchas cosas que
merecen la pena si le damos la oportunidad.
Enamorarme de Peter ha sido sencillo a lo largo de los
libros, pero creo que, en este tercer tomo, es cuando le pediría matrimonio. Su forma de querer y hacer
feliz a Lara Jean ha
aumentado mi corazón cinco tallas como mínimo y su forma de recrear momentos
especiales de las películas favoritas de Lara Jean, ha hecho que MUERA DE AMOR literalmente. De
verdad, que ha sido un libro muy bonito de leer, aunque tengo que
confesar que también ha sido MUY doloroso, porque ESE FINAL, ver
cómo iban pasando las páginas y apenas quedaban capítulos y la tensión y mis
órganos vitales hechos partículas por todo lo que estaba sucediendo… ¿He dicho
antes ritmo más pausado? LO RETIRO AHORA MISMO.
“Para siempre, Lara
Jean” es un libro más maduro, de ahí, que esta última entrega tenga tantas frases para reflexionar, sobre todo, acerca de los cambios, las
oportunidades y la felicidad de uno mismo. Como dice el personaje de
Stormy: “Nunca digas que no cuando quieras
decir sí.” Sobra decir
que ella es uno de mis personajes favoritos.
Y es que, hablemos del
maravilloso trabajo que ha hecho la autora con respecto a los personajes de
este libro. Ya lo he dicho en las reseñas de los anteriores tomos, pero es que
es algo que me sigue llegando al corazón. Jenny Han tiene una manera muy especial de dar vida a
través de las letras, un modo sencillo y natural, que consigue que pienses en
ellos como si de personas reales se tratara. La forma en
la que sencillamente se les coge tanto cariño, (Menos a la madre de
Peter, pero esa es otra historia.) demuestra que mis palabras son
ciertas.
Siempre diré que el vínculo de
unión de las chicas Song es algo de lo más conmovedor y en esta ocasión, las
volveremos a ver más unidas que nunca, ante los cambios que se producirán
cuando su padre, Dan,
decida pedirle matrimonio a la señora
Rothschild. Y lo admito, ésta última, me ha caído muy pero que muy bien
en este libro, aunque el puesto de mi personaje favorito por excelencia,
siempre será para Kitty.
Y bueno, no puedo irme de aquí
sin darle 100 puntos a Jenny
Han que estoy convencida de que es de Hufflepuff, porque ha sabido reflejar su pasión por Harry Potter muy, pero que MUY bien
y porque para que vamos a engañarnos, yo también soy Hufflepuff y todos los
momentos relacionados con la escuela de magia y hechicería, literalmente, ME
HAN DADO LA VIDA.
En conclusión, ojalá
estos libros no acabasen nunca. Ojalá no fuesen una trilogía. Ojalá supiésemos
de la vida de Lara Jean y Peter Kavinsky para siempre.