Cuál es la fórmula para
que una relación funcione, para que dos personas coman perdices y vivan felices?
Porque... ¿Es el amor un cuento de hadas o al final todo se basa en uno de esos
cuentos chinos?
Sam y
Kate han formado una familia idílica; dos hijas estupendas, una suegra
maravillosa, un trabajo que les llena los bolsillos de dinero… Ambos son
felices en su burbuja perfecta. Pero no hay que olvidar que toda pompa de jabón
acaba por explotar y será entonces cuando Kate descubra la doble vida de Sam, a sus otros dos hijos y a la mujer con la
que ha estado compartiendo al amor de su vida. Pero si de verdad era el amor de
su vida… ¿Por qué fue ella la primera que le puso los cuernos a Sam?
¿Hasta qué punto amas
a una persona como para irte con otra y luego volver como si nada hubiera
pasado? ¿Hasta qué punto estarías
dispuesto a perdonar por amor? Regresar a Hawái, la tierra
donde nuestros protagonistas se conocieron, hará que ambos se replanteen cada
una de estas cuestiones. Alejarse de la gran manzana les servirá para aclarar
cada una de sus dudas y volver así, a empezar desde cero, aunque eso signifique
emprender caminos diferentes.
No cabe duda de que
nuevamente Megan Maxwell, la autora, nos deja con uno de esos culebrones llenos
de líos amorosos y segundas oportunidades. Además, si se cuenta con
la sabiduría de Serena,
la madre de Kate, y con la picardía de de Ollie y
Cat, las hijas de nuestros protagonistas; pues las casualidades, el
destino y los encuentros “inesperados” estarán más que asegurados, ya que
ninguna de las tres descansará hasta ver a Sam y a Kate de nuevo juntos. Y
quien dice Sam y Kate, también dice a Terry y Michael, que
se les unen al pack de
personas que sí o sí tienen que acabar juntas.
Terry es la hermana alocada de Kate y Michael ha compartido su vida
junto a Sam desde que se conocieron en la casa de acogida que les vio crecer.
Ambos son familia a pesar de que no compartan la misma sangre y ese vínculo tan
fuerte es lo que les ha mantenido unidos siempre, tanto en las malas como en
las buenas. No cabe duda de que la atracción entre Terry y Michael es palpable en cada página y eso no hará otra cosa que
dejarnos con los momentos más divertidos de estas páginas. Sus tiras y aflojas,
sus juegos de palabras y su forma de complementarse es lo que hace que esta
pareja contagie de tal forma que la historia de amor entre Sam y Kate llega a quedar en un segundo plano.
Megan Maxwell ha jugado
con fuego al plasmar temas tan delicados como la infidelidad y la doble vida de
nuestros protagonistas y creo que esta vez la autora se ha quemado.
No solo ha sabido encajar mal la trama sino que además, le quita toda credibilidad
a los sentimientos de nuestros protagonistas, haciendo así, que el epicentro de
este libro apenas tenga sentido, ni protagonismo. Ya que al final, hay muchas
más historias secundarias que componen el libro; unas que vienen a cuento y
otras que para nada son importantes en el desarrollo. Como si el puzle no
encajara bien del todo, como si incluso le faltaran piezas y al mismo tiempo le
sobraran otras tantas… Aunque
no voy a negar que la presencia de Robert Pattinson en la novela ha sido todo un
regalo por parte de la autora.
A pesar de todos los fallos que puede tener la
historia creo que Megan Maxwell tiene algo muy
importante y es la capacidad de hacer soñar al lector, de entretenerle y de
llevarle a vivir una realidad paralela en la que todo puede pasar. Esa es la
esencia de sus libros y con “Los príncipes azules también destiñen” vuelve a conseguirlo aunque
no del todo como esperaba.
¡MUCHAS GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR!
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