Hacer una locura de cumpleaños después de soplar las velas juntos. Imaginar toda clase de conjuros desde lo alto de la casa del árbol. Echar dinero en “el bote de la aventura”. Bailar en un concierto de los Arctic Monkeys. Estrenar un jersey nuevo cada Navidad. Tomar un helado de cereza o de pistacho en Brends. Asistir al Festival de la langosta. Aprender con “La bruja Agatha”. Encontrar su lugar en el mundo… Y descubrir el brillo de las cosas intangibles.
Crecer es entender que la vida se enreda aún por mucho que intentes evitarlo… Y eso fue lo que Nicki Aldrich y River Jackson tuvieron que aprender. Ellos, que habían nacido el mismo día con cuarenta y siete minutos de diferencia... Ella, que siempre se dejaría arrastrar por las locuras de él. Y él, que caería constantemente rendido a cada una de las fantasías de ella.
Hace apenas unas horas que he acabado, “Donde todo brilla”, de Alice Kellen y lo que he estado haciendo hasta ahora, ha sido mirar el libro. No lo he soltado en ningún momento… Solo lo he estado mirando. Luego, he conseguido levantarme, encender el ordenador y ponerme a escribir estas palabras… También he decidido que en cuanto acabe esta reseña voy a volver a coger el libro. Posiblemente me quede otro rato mirándolo. Pero después, voy a empezarlo desde el principio, porque ahora mismo, es lo único que necesito para que la herida que me ha dejado esta autora se cierre, cicatrice y sane. Aunque estoy segura de que esta cicatriz se va a quedar visible para siempre porque si hay algo que me ha dejado este libro es una huella imborrable en el corazón.
Dejar atrás la niñez al lado de otra persona y seguir conociéndola conforme todo va cambiando; el mundo, ellos, la vida… Alice Kellen ha llenado esta novela de toda clase de emociones. No os voy a decir cuántos pañuelos he gastado durante la lectura, pero sí, os diré que he vivido esta historia con el corazón encogido desde el principio y con un nudo en el pecho hasta el final. He sonreído mucho. He llorado más. Se me ha erizado la piel. Y hasta ha habido momentos en los que me ha costado respirar… A veces me preguntan por qué leo tanto, por qué entre tantas actividades, yo prefiero esconderme en la cama y coger un libro. Supongo que hay tantas respuestas como libros tengo en mi estantería... Pero cuando llega un libro como este que me entiende, que me hace reflexionar, que me hace tomarme un instante de pausa para apreciar los pequeños detalles… Supongo que la respuesta es que leo porque me hace sentir más viva que nunca.
Lo que olvidamos. Lo que rompimos. Lo que somos. Así ha dividido Alice Kellen esta historia y para mí, ha sido todo un acierto. De hecho, el cómo está estructurado este libro, ha hecho que no pudiese dejar de leer en ningún momento, que no pudiese dejar de pensar en todos esos habitantes de Cape Town que se han convertido en un refugio para mí en estas casi seiscientas páginas… Y no, no puedo deciros quienes han sido mis personajes favoritos porque todos tienen un papel fundamental dentro de esta novela. Todos tienen una voz única y de todos he aprendido algo importante.
No es fácil querer a alguien por quién es de verdad, porque para eso hay que conocer sus defectos y sus vacíos. Nicki y River nos regalan en estas páginas una historia de amistad y de amor… De esas que desafían al paso del tiempo y a la distancia. De esas que nos hablan del lugar y del momento adecuado. De esas que se llenan de dudas, miedos y secretos. De esas que se te graban a fuego lento bajo la piel.
“Donde todo brilla” es la historia de dos niños que van creciendo juntos mientras atraviesan etapas de cambios y descubrimientos. Dos adolescentes que empiezan a experimentar y a tomar sus propias decisiones. Dos adultos que descubren que la vida puede ser bonita, pero también impredecible, efímera y frágil… Dos personas que siempre han buscado encajar, encontrar su lugar en el mundo... Dos personas que siempre han anhelado la libertad. Por eso, este libro no necesita de trucos, ni de fuegos artificiales… Por eso, esta historia se vuelve real ante nuestros ojos porque todos vivimos con ese miedo constante a los cambios, al futuro… Porque todos hemos tomado decisiones erróneas alguna vez. Porque todos tenemos un recuerdo de la infancia al que nos gustaría regresar…
No os voy a engañar, esta novela ha marcado un antes y un después en mi vida. Y creo que si este libro es tan importante es porque Alice Kellen nos ha regalado una historia que consigue hacernos soñar incluso cuando hemos cerrado el libro. No creo que jamás pueda despedirme de Nicki y de River porque es demasiado sencillo dejarse llevar e imaginar lo que estarán haciendo ahora o cómo serán sus próximas Navidades…
Este libro nos habla sobre la existencia de unas gafas especiales para ver el brillo de las cosas intangibles… Sin embargo, es fácil ver brillar a Alice Kellen, ver cómo en cada libro consigue dejarnos un pedacito de ella que por supuesto, brilla de esa forma tan bonita que solo consigue la luna cuando se refleja en el mar o como lo hace un faro en mitad de la noche, consiguiendo así, que cada marinero encuentre por fin su hogar… Pero no os equivoqueis, si los libros de Alice Kellen brillan tanto es porque ella es la luz, la luz que consigue que todo a su alrededor brille.
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