Quizás fuese Disney o tal vez sea cosa de las películas de los domingos
por la noche… Pero al final, todo empieza y acaba igual. Chica conoce a chico.
Se casan. Tienen hijos. Un trabajo estable. Luego llegan los perros. Nadie
narra que suele pasar después, pero suelen asegurar que comer perdices siempre
les hizo felices. Elisa, nuestra protagonista, no busca un príncipe, pero si
una persona práctica para esa vida idílica y maravillosa que nos meten entre
ceja y ceja desde antes de empezar a tener uso de razón.
Tras
enterarse de que el “perfecto” hombre
con el que compartía su vida le ponía los cuernos, Elisa, decide cortar por lo sano y apenas tiene dudas
cuando toma la decisión de cancelar su boda. Su oficio de abogada es lo único
que la mantiene a flote en la tierra y lo que la hace evadirse de todos sus
dramas, pero será justo allí, en el trabajo, cuando todos los cimientos que ha
ido construyendo a su alrededor se empiecen a desmoronar. ¿El culpable? Jack Helker, el abogado con el
que se tendrá que enfrentar en uno de sus próximos juicios.
Improvisar,
será lo que le lleve a Elisa
a ver la vida de otro modo. Y creo que en parte, ahí, es donde reside la
esencia de este libro. Olvidarnos de las normas, romper con
todo lo que está establecido y dejarnos llevar; sin pensar en las
consecuencias, sin pensar en si estará bien o mal. Y es que las
personas de algún modo u otro tendemos a escondernos en nuestra zona de confort
y muchas veces se nos olvida que existe un universo entero más allá de nuestros
muros, de nuestros miedos…
Atracción,
deseo y muchos juegos de palabras es lo que les hará perderse en la tentación
una y otra vez a nuestros protagonistas. Y aunque tanto Jack como Elisa aspiran a cosas muy distintas en la vida,
disfrutar de cada momento juntos no va a suponerles nada… ¿O sí? Y es que tal
vez y solo tal vez, todo hubiera sido mucho más sencillo si Elisa no se hubiera apuntado a
una página de citas online y si Jack
no se hubiera ofrecido a ayudarla a buscar al hombre perfecto para ella.
“Tal vez tú” llena estas páginas con una nueva historia que nada tiene que ver con
príncipes, ni princesas, pero sí, con uno de esos amores capaces de hacerte
temblar con tan solo unas palabras, unas páginas y ese toque de humor que no
puede faltar… En definitiva, una de esas historias que solo Alice Kellen sabe
como contar.
Y es que esta segunda parte ha sido todo un huracán de mariposas en el
estómago. Hacía tiempo que no me sentía así al leer una novela, ni
siquiera recuerdo cuanto hacía que unos personajes se me colaban tan adentro,
tanto, que no he podido hacer otra cosa que pensar en ellos a cada milisegundo
y todavía, reconozco que me dura el efecto... Además, la autora no podría haber
escogido mejor escenario y ambientación para la historia de Elisa y Jack; Nueva York en Navidad ¿Se puede pedir
más? Y es por ello, por todos estos detalles y por todo lo que me hace sentir,
que Alice Kellen es una de mis autoras más queridas y admiradas. Además,
hay que reconocer que en esta historia en especial, se ha marcado unos diálogos
INMEJORABLES.
Detrás
del primer tomo, “Otra vez tú”, no sabía que camino iba a
tomar la historia de Elisa pero
cualquier expectativa ha sido superada en creces por la
realidad. Como era de esperar, en esta segunda parte sabremos un
poco más de las vidas de esas tres amigas que un día decidieron ir de
vacaciones a California. Desde allí, Alex y Emma se dejaran ver de vez en cuando, pero será Hannah, la que esta vez,
adquiera un papel secundario mucho más importante en el transcurso de estas
páginas. Y no, no voy a mentir, me hubiera encantado un libro solo
del personaje de Hannah, pero admito, que la autora ha sabido
construir en este tomo una historia secundaria tan adorable como el propio
personaje. Mencionar también, que no será la única historia adjunta que encontremos
entre estas páginas ya que nuevos personajes se dejarán ver a lo largo de los
capítulos.
Además,
como fan incondicional de esas telenovelas del año María Castaña, solo me queda
por decir que las escenas donde se cita a “El
cuerpo del deseo” me han ganado por completo y si hablamos también de ESA
conversación en la que nuestros protagonistas hablan sobre “Pasión de Gavilanes”, “Gata
salvaje” o “El zorro, la espada y la
rosa” pues ya se me instala de nuevo la risa en la garganta y los ojos
vuelven a iluminárseme por la emoción. Podría decir, que esta parte ha sido una
de mis favoritas pero analizándolo bien, creo que las 322 páginas de este
libro han sido tan maravillosas, que sin duda, me quedo con todas y cada una de
ellas.
En conclusión, Alice Kellen, nos deja una historia cuidada al detalle,
gracias a unos personajes que traspasan el papel, que nos llenan de instantes únicos
y que hacen que este libro se convierta en una de esas historias que roban el
aliento, paralizan el corazón y que crean adicción desde la primera hasta la
última palabra.
Si quieres saber más sobre este libro pincha aquí