A veces lo más bonito de la aventura es no saber hacia dónde te diriges, pero sí con quién. Por eso, Liam O´Callaghan tenía muy claro que si algún día decidía marcharse de Kilway, sería de la mano de su mejor amiga, Grace Fitzgerald… ¿Y tú? ¿Alguna vez te has preguntado cómo sería la vida lejos del lugar en el que naciste? ¿Cómo sería salir de tu ciudad y ver otras partes del mundo?
Liam O´Callaghan y Grace Fitzgerald eran los mejores amigos del mundo y no solo lo decían ellos, sino también el contrato que hicieron cuando eran pequeños y que cada dos años renovaban… Ir al Árbol de las Hadas, desenterrar la caja que escondía dicho acuerdo, volver a firmar y quedarse observando las ramas en busca de algún hada que hiciera realidad sus deseos… Y es que tener fe en algo, muchas veces es más valioso que el hecho de que exista o no.
“El tiempo que tuvimos” es un libro que esconde mucho en su interior. Una historia que invita a pararse y reflexionar… Sobre la vida, la muerte, el paso del tiempo, la felicidad, el amor… Sobre uno mismo. De ahí, que esta novela me haya dejado una huella imborrable a nivel personal.
No se si el final de Liam y Grace comenzó con la separación física, cuando solo eran dos adolescentes enfrentados a una situación desbordante. No se si fue cuando él dejó de responder a los mensajes de ella. O lo que es peor, no se si el final verdadero se empezó a escribir con el regreso de Grace a Irlanda… Cuando regresó a la vida de Liam siendo una persona totalmente diferente. Un ser humano carente de sensibilidad y decidida a no implicarse emocionalmente con nadie. Y aún así, ella seguía siendo adicta a provocar sonrisas en él.
Grace Fitzgerald tenía veinticinco años y se sentía cansada, sola gran parte del tiempo, enfadada a menudo consigo misma y… Mayor. Liam O´Callaghan seguía intentando cumplir con las expectativas que su padre había puesto en él al ser su primer hijo… Dos mejores amigos que con el paso del tiempo, habían pasado a ser auténticos desconocidos y que ahora, intentaban averiguar cuánto de lo que recordaban el uno del otro quedaba aún en pie. Y cuando había muerto en el camino.
Estar. Tan fácil en apariencia. Tan complicado en realidad. Esta vez Cherry Chic, la autora, nos deja con una historia de amor preciosa, pero con un significado más importante que cualquier otro... Lo importante que es estar presente, lo que verdaderamente implica quedarse. En las buenas y en las no tan buenas… Ha sido un libro lleno de momentos mágicos que posiblemente nunca olvidaré, pero también es una historia llena de momentos duros que siempre recordaré.
Nuestra protagonista ha perdido mucho, la vida le ha quitado demasiado y ella misma se ha castigado por infinidad de cosas. Ya no se reconoce frente al espejo y los complejos y las inseguridades han ganado cada una de las batallas... Esta historia no es fácil porque vemos como Grace desarrolla a lo largo de las páginas un trastorno de conducta alimentaria (TCA), vemos como sufre las consecuencias de esta enfermedad y vemos como lucha contra cada uno de sus monstruos para recuperar todo lo que el destino le ha robado... También estaremos presentes en sus recaídas porque no es una enfermedad que se cure con una tirita...
De nosotros mismos por desgracia, no podemos huir, pero sí que podemos dejarnos ayudar por las personas que más nos quieren. Y esta historia trata justo de eso… De ahí, que esta novela sea mucho más humana, mucho más especial y sobre todo, mucho más necesaria. Porque estoy convencida que este libro puede ser el primer paso para ayudar a sanar a muchas personas.
La vida no es un cuento de hadas, eso lo saben muy bien nuestros protagonistas, sin embargo, a pesar del tiempo y la distancia… De los peores y los mejores momentos… Liam O´Callaghan y Grace Fitzgerald nunca habían dejado de creer en las hadas y quizás, por eso, siempre conseguían hacer magia cuando estaban juntos.
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