Cuando un libro se convierte en magia. De esa que no tiene
truco… De esa que consigue transformar las palabras en puro sentimiento.
Chris Pueyo nos abre las ventanas de su
vida y nos deja admirar gran parte de sus sentimientos. Es una historia de superación,
con tantas reflexiones que el libro en sí, es un post-it que merece la pena
releer una y otra vez. Pero despacio. Poco a poco. Disfrutando de
cada coma y sintiendo de una manera especial cada palabra.
Hablamos
de una historia dura. De una historia real. De esas que son capaces de
congelarte y ponerte de punta los pelos de los pies. Una infancia sacada de
un libro de terror y una adolescencia por la que nadie más debería de pasar.
“El chico de las estrellas” hace
referencia a grandes autores como: Albert
Espinosa, Laura Gallego o películas como Peter Pan, Harry Potter o el Rey León… Pero también nos habla de
unos “personajes característicos” que
nos enseñaran a no quedarnos callados por injusticias, a escuchar, a
luchar y a nunca jamás dejar de
sonreír.
La
edición hace que este libro resulte más mágico todavía. La portada realizada
por @Jorgesinmas es simplemente preciosa y la forma en la que el autor se salta la “caligrafía establecida” y rompe con la cuarta pared hace que todo
sea más cercano, más bonito, más intenso.
Es impresionante la forma que tiene de transmitir y la cantidad de
emociones que puede hacerte sentir con solo unas palabras. Creo que
nunca me cansaré de recomendar “El chico
de las estrellas” y a su autor Chris
Pueyo. Porque su forma de ver, admirar y apreciar la vida es pura
magia.