Convivimos con nosotros mismos durante toda una vida y es curioso que
muchas veces tengamos que darle al “pause”
para poder conocernos, para poder mirarnos al espejo y saber que esa persona
que nos devuelve el reflejo es la mejor versión de nosotros mismos. La versión
que nosotros escogemos, la que de verdad queremos ser, la que somos. Que los
sueños están para construirlos y que no mueren cuando se cumplen sino que solo
se hacen más grandes, más fuertes… Y no me cabe la menor duda de que esto lo
saben muy bien: Harriet y Luke, los protagonistas de “23 Otoños antes de ti”.
Una
boda en las vegas será la culpable de todo. La causante de que sus vidas se
encuentren por unos instantes y al día siguiente tomen caminos diferentes. Pero
un año y siete meses después, Luke,
llegará a la pastelería de Harriet
para pedirle el divorcio… El pueblo y sobre todo, la vida de nuestra
protagonista, se verán revolucionados por su llegada. Pero lo que en un
principio iba a ser un papel firmado, acabará por convertirse; en cenas en la
alfombra, miradas cómplices y contrastes de dulce y salado.
Entre
un pueblo de marujas y chismosos nos encontraremos con: Jamie, Angie y Barbara, los personajes
secundarios de estas páginas. La amistad que los une con Harriet, como si
prácticamente fueran de su familia, es algo precioso de leer, más aún, si nos
dejan con momentos de lo más divertidos. Luke, que viene de San Francisco,
sabrá amoldarse perfectamente a ellos con su forma de ser y esa personalidad
que lo caracteriza y que logra conquistar tanto a personas como a lectores y
hasta a la mismísima Harriet, que con su sencillez y su dulzura sabrá llenar de
una esencia única la vida de Luke y todas estas hojas que cuentan su historia.
No cabe duda de que Alice Kellen, la autora, ha vuelto a superarse a sí
misma. No solo nos teletransporta a lugares muy peculiares llenos de
esencia, de dulzura… Sino que la magia de su pluma nos
envuelve en una ambientación y en una historia que traspasa el papel. Harriet y Luke cobran vida propia en estas
páginas, llenando al lector de toda clase de sentimientos. Ambos son
muy distintos, sin embargo, se complementan a la perfección y leer como van
creciendo juntos, como va madurando su historia y como van tomando las riendas
de sus vidas es algo muy bonito y muy dulce de leer. Se nota que es una
novela escrita totalmente con el corazón y eso ha hecho que esta historia se
convierta en un libro único y MUY, muy especial.
Es un
libro que esta cuidado y mimado hasta el último detalle. Los diálogos es uno de
los puntos más fuertes que tienen estás paginas porque consiguen reflejar toda
esa realidad y credibilidad de la que hablaba antes. No es un libro
que necesite; enredos, giros
inesperados, sorpresas… Porque de igual modo, sabe mantenerte
enganchado desde su inicio hasta el final. Es su sencillez lo que hace que esta
segunda parte sea simplemente perfecta.
“23 Otoños antes de ti” también es una novela de reencuentros.
Volver a saber de las vidas de Rachel, Mike, Jason… (Sobra decir que estoy DESEANDO leer la historia de este último). Ver cómo han evolucionado y
sentir la misma esencia que en “33 Razones para volver a verte”
es sin duda todo un regalo por parte de la autora. Y no es la
única sorpresa, porque una de las cosas más mágicas que esconde este libro es leer todos los guiños relacionados con sus otras novelas; “Llévame a cualquier lugar”, “Tal vez tú”… Instantes que implantarán una sonrisa tonta y gigante en la cara de todo
lector que disfrute con las novelas de la autora.
Alice Kellen, con la serie “Volver a ti”, no solo consigue que
pases un rato divertido con sus historias sino que va mucho más allá… Consigue que las personas vuelvan a creer en el amor mientras se van
enamorando de cada milímetro de sus libros. De ahí, que haya
instantes, frases y escenas que quieras enmarcar en todos los lugares posibles.
En conclusión “23 Otoños antes de
ti” es la historia más dulce hasta ahora de la autora. Unas páginas en las
que crecen tanto sentimientos como sonrisas eternas. Con una ambientación y
unos personajes que traspasan el papel y cobran vida propia. En definitiva, una
novela que no necesita de edulcorantes para crear algo delicioso, especial y
único.
¡MUCHAS GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR Y POR LA GALLETA!
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