viernes, 4 de marzo de 2022

Reseña: Cazadora de hadas


Toda la vida nos han contado que las hadas son seres mitológicos de apariencia hermosa y con poderes mágicos. Dulces, amables… Siempre al lado de los héroes. Pero… ¿Qué pasaría si esta vez fueran ellas las villanas del cuento?

Es así de sencillo, si las hadas no se alimentaran de la sangre humana, dejarían de ser seres inmortales, por eso, no tienen ningún prejuicio en ir seduciendo y matando a todos los humanos que se pongan en su camino… Sin garantías de sobrevivir un día más, los miembros de la Orden son los encargados de patrullar las calles de Nueva Orleans para eliminar a cualquier criatura del otro mundo con la que tropiecen, ya que son los únicos que saben de la existencia de estos seres en pleno siglo XXI.


Ser parte de la Orden no ha sido un camino fácil para Ivy Morgan porque desde pequeña la han entrenado para ser una guerrera y no una persona normal cuya única preocupación en la vida es saber que carrera universitaria estudiar, que planes hacer con las amigas o decirle, “te quiero”, al chico que le gusta… Ella más bien se ha dedicado a golpear, clavar estacas y seguir con vida. Pero digamos, que tras la pérdida de las personas que más quería, todo su mundo ha cambiado y si quiere seguir adelante, primero tendrá que aceptar que fue ella la culpable de sus muertes.


Si hay una verdad no escrita en este mundo es que Jennifer L. Armentrout puede escribir lo que quiera que lo va hacer bien; thriller, new adult, novela adulta, fantasía, incluso la lista de la compra… Pero he de decir que tengo predilección por sus libros de romance paranormal. En serio, me encanta cómo da vida a seres como gárgolas, demonios, extraterrestres… Hace que crea que realmente existen de verdad. Y en esta trilogía, ha jugado con unos personajes a los que siempre he adorado mucho, las hadas. Así que estaba claro que el primer tomo de, “Cazadora de Hadas”, me iba a encantar.


Todos los días vivimos con la muerte a nuestro lado y eso es algo que sabemos que nos ocurrirá a todos en algún momento, pero lo que nunca nos enseñan es cómo seguir viviendo cuando son los que nos rodean los que desaparecen... Por eso, Ivy Morgan, se ha convertido en una persona solitaria porque no sabe si podría soportar perder a más gente. El problema es que con la llegada de Ren a la Orden, no le quedará más remedio que pasar tiempo con él, sobre todo, cuando juntos descubren que los faes están planeando abrir los portales que conectan un mundo con otro.


Y pese que desde el principio se sabe que Ivy y Ren están destinados a acabar juntos, he de decir que me ha faltado sentir esa química que he sentido con otros personajes de otros libros de la autora. No se si es porque hay escenas que he sentido que estaban incrustadas con calzador o porque en parte, han habido cosas que me han resultado bastante predecibles… Pero he de decir que me ha faltado chispa, electricidad, en ese sentido. 


Ahora, eso sí, puede que Ivy y Ren no vayan a convertirse en mis protagonistas favoritos por ahora, recordemos que hay dos libros más y todo puede cambiar, pero desde luego, me veo en la obligación de mencionar en esta reseña a un personaje que sí que me ha conquistado desde el minuto uno y ese es, Tink, el duende compañero de piso de Ivy que es adicto a los buñuelos, a Harry Potter, a Crepúsculo y a comprar por Amazon. (O sea, que bien podría ser yo en una versión mejorada del multiverso) 


Y otra cosa que no puedo pasar por alto y NECESITO comentar es que no entiendo que tenga una segunda edición de este libro y no se hayan corregido los errores gramaticales o las erratas de maquetación. Y es que son dañinas para los ojos, en serio, sobre todo, los diálogos que me atrevería a decir que el setenta por ciento están mal puestos. Y si el libro fuera barato, bueno… Pero… En fin… 


Lo que sí que es cierto es que Jennifer L. Armentrout sigue siendo una experta en ir revelando cada cosa a su debido tiempo y que al final, es una novela que va madurando y cogiendo fuerza según va avanzando la trama. En definitiva, “Cazadora de hadas”, es la primera parte de una trilogía a la que no le falta ningún ingrediente; fantasía, romance, misterio y una muy buena dosis de humor.





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viernes, 25 de febrero de 2022

Reseña: Ojalá siempre


“En lo bueno y en lo malo”. Desde luego que esa frase nunca ha tenido mayor significado que escrita sobre una pancarta, sobre un pedazo de piel o susurrada a gritos sobre los labios de nuestros protagonistas; Julieta y Marco. Él, el mejor amigo de su hermano. Ella, la hermana de su mejor amigo. Ellos, dos expertos en echarse de menos que no encuentran la fórmula para estar juntos. Ellos, que tienen la capacidad para hallarse entre los recuerdos, entre las corcheas de un pentagrama, entre el sonido directo de una carcajada… Pasado. Presente. Futuro.

De verdad que no se si voy a ser capaz de plasmar todas las emociones que me ha transmitido este libro con palabras porque realmente no sé cómo empezar a explicaros todo lo que Alexandra Roma, la escritora, me ha hecho sentir con “Ojalá siempre". Pero, para que logréis entenderme, primero, debo confesaros que he acabado llorando en casi todos los capítulos y segundo, solo me hicieron falta dos páginas para que esta historia se colara entre mis entrañas. Y es que os prometo que esta autora ha reducido mi corazón a cenizas para luego resucitarlo como al mismísimo Ave Fenix.

“Ojalá siempre” nos habla del auténtico significado de la palabra, “amor”. Nos habla de la música que a pesar del tiempo todavía no ha dejado de sonar y nos cuenta como Julieta y Marco estuvieron destinados a estar juntos desde el principio. Dos niños que fueron creciendo entre constelaciones inventadas y dibujos a mano alzada. Dos adolescentes que grababan casets de música para reducir los kilómetros que les separaban. Dos adultos que fingieron que no se echaban de menos cuando en lo único que podían pensar era en estar juntos. 

Y sí, este libro tenía todos los ingredientes para convertirse en la típica historia de; “me he enamorado de la hermana de mi mejor amigo y este, no aprueba nuestra relación”. Pero, NO. Alexandra Roma ha sabido reinventar este cliché y ha sabido hacer algo mucho mejor que eso, porque esta vez, no será el hermano de nadie el que separe a los protagonistas, sino la vida misma y el paso de los años; oportunidades, propósitos, proyectos, realidad... Ella, que querrá triunfar en el mundo de la actuación. Él, que tendrá una oportunidad de demostrar lo que vale con un balón entre sus pies. Alexandra Roma, que nos enseñará que a los sueños se les puede dar la vuelta y vestirlos de nuevo.

Y si algo nos ha dejado claro esta autora es que la vida está para compartirla con las personas que le dan significado al viaje y Marco y Julieta no han podido rodearse de mejores personas. Personajes secundarios que se han colado entre estas páginas y dentro de mi corazón, sobre todo, la familia de los Moreno que se han convertido en un hogar para mí. De hecho, me he quedado con ganas de que cada hermano tuviera su propia historia independiente porque si nos paramos a pensarlo, hay material de sobra para empezar a escribir… Ahí lo dejo.

Recorrer todas las calles de Salamanca, la ciudad donde se desarrolla la mayor parte de esta historia, es algo que tengo claro que tengo que hacer en algún momento de mi vida porque lo cierto es que me muero de ganas por visitar lugares importantes de esta novela como el Huerto de Calixto y Melibea. Aunque, sinceramente, ahora mismo, lo dejaría todo por pasar un verano en Caños y sentir la magia de esos atardeceres frente al Faro de Trafalgar, no sin antes, por supuesto, haber quemado Madrid hasta que un cóctel llevara mi nombre. Y es que Alexandra Roma no ha podido escoger mejores escenarios para dar vida a la historia de Marco y Julieta. 

Una historia en la que cualquier mínimo detalle importa; desde un cartel con un nombre en la estación de Atocha, hasta una carta no enviada abandonada en la mesa de un bar… Un puzle al que no le ha faltado ninguna pieza por colocar y del que hemos aprendido que cuando te haces mayor hay cosas que se van porque es algo que forma parte de la vida, pero solo eres consciente de ello, cuando empiezas a perderlas. Creer más en nosotros mismos es otra de las cosas que defienden estas páginas. Y la diferencia que existe entre cómo te ves tu misma y cómo te proyectas ante los demás es un nuevo punto de vista que me ha encantado descubrir.

Por supuestísimo, me uno al grito feminista que lanza Alexandra Roma en estas páginas, “Sin nosotras se para el mundo”. Creo que la autora ha sabido plasmar muy bien varias situaciones y ha sabido normalizar otras tantas y eso, me hace admirarla; no solo como escritora, sino también como persona. Además, ha sido muy emocionante ver como Julieta volvía a recuperar su voz poque ella no es solo un huracán de color amarillo con una personalidad arrolladora, sino que también es una mujer llena de vida con unos valores que me han hecho querer ser un poco más como ella. 

En cuanto a Marco creo que no voy a poder ver una chupa de cuero sin acordarme de él. Él junto a su mejor amigo, Rodrigo, forman un tándem perfecto y llenan de risas y de buen humor las páginas de esta novela. Una amistad incondicional que les hará crecer, fracasar y aprender juntos. Y bueno, verlos en las últimas páginas con una faceta más adulta, pero sin perder su auténtica esencia, ha sido algo precioso, sobre todo, viendo lo que son capaces de hacer por las personas que más les importan, como Leo, al que me ha encantado conocer. 

Y bueno, antes de decir esto, quiero dar todos mis respetos a la autora que gano el “Premio Titania 2019”, pero tengo que gritar que, “Ojalá siempre”, no se merecía haber quedado finalista, se merecía ser el libro ganador de esa edición. No solo porque la historia de Julieta y Marco consigue traspasar el papel, sino porque gracias a la manera en la que está escrito, se ha convertido en uno de los libros más bonitos que he tenido la suerte de leer. Para que os hagáis una idea, si cogiera un rotulador fosforito, acabaría subrayando cada frase de este libro. 

En conclusión, Alexandra Roma, en esta novela, reflexiona mucho sobre el arte; sobre las emociones que despierta, sobre la magia que esconde… Y para mí, “Ojalá siempre”, es justo eso. Arte.



¡MUCHAS GRACIAS A @LAATRAPASUENOS POR HACERME ESTE REGALO TAN ESPECIAL POR MI CUMPLEAÑOS Y POR AGUANTAR TODOS MIS AUDIOS DE FANGIRLEO!


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viernes, 18 de febrero de 2022

Reseña: Aquellos tiempos robados


¿Aprendemos de los errores del pasado o estamos destinados a tropezar siempre con las mismas piedras? Si los libros de historia fueran algo más que memorizar para aprobar un examen, comprenderíamos realmente quiénes somos, de quienes fuimos… Porque al final los libros de texto solo mencionan las batallas, las guerras… Nos hablan de los líderes que llevaron a la muerte a miles de personas, pero sin embargo, no encontramos ninguna mención a los heridos, a todos los caídos... Ningún pésame a esas familias que lo perdieron todo, ninguna medalla por haber sobrevivido… Miedo, falta de alimentos, cuatro paredes y sentimientos enterrados mientras el mundo estallaba en el caos. 


En 1905 mientras la ciudad de Barcelona se quedaba a oscuras gracias al eclipse total de Sol, Remei y Manel se juraban amor eterno. Un sueño que llenaría sus vidas hasta que el conflicto colonial de Marruecos en 1909, les hiciera amanecer de golpe en una auténtica pesadilla… Y es que cuando no se encuentran las respuestas hay que aprender a vivir con las preguntas.


Un canto a la vida y a la muerte es lo que nos ofrece Ángeles Corella en “Aquellos tiempos robados”. Una historia a la que hay que saber escuchar porque tiene mucho que decir. Verdades capaces de atravesar las armaduras más fuertes y disparos que te harán despertar. Y es que a lo largo de la novela veremos cómo la autora cita siempre a algún artista antes de empezar un capítulo, pero tras leer este libro, a la única persona a la que citaría yo, sería a ella, a Ángeles Corella, porque es de esas personas que saben ver donde otros solo miran y ha sido mágico ver como ha narrado esta novela. 


Las diferencias entre clases sociales, las distintas ideologías, los gritos de los políticos y los cambios que convirtieron Barcelona en la ciudad que hoy en día conocemos... Y es que si me paro a pensarlo, para mí, la gran protagonista de esta historia ha sido ella, la ciudad de Barcelona, no solo porque se nota que Ángeles Corella ha hecho un gran trabajo de investigación sobre todo lo que ocurrió en esos años oscuros, sino porque se convierte en un personaje más; uno que consigue llenarse de toda clase de recuerdos, uno que consigue librar una batalla tras otra y uno que a pesar de las adversidades, sabe resurgir de sus cenizas.


Superar la pérdida de un ser querido no es tarea fácil por suerte, Remei, no estará sola. Acompañada de todas las mujeres de su vida, logrará seguir adelante. Pero un consejo, no cojáis cariño a ningún personaje; principal, secundario… Qué más da. Hacerme caso. Yo se que esto es algo difícil porque la autora logra dar vida a personajes tan humanos que es muy fácil imaginar que un día existieron… Pero no estamos hablando de un libro sencillo de asimilar y si os queréis ahorrar la pena que ahora mismo siento yo, hacerme caso. Aunque, creo que la mejor opción va ser que tengáis siempre un pañuelo o dos o tres a mano porque los vais a necesitar...


Los refranes de Joana, el amor de la Tata Mercè, la fuerza de Remei, la inocencia de las gemelas de cabeza atolondrada, la pasión de Estrella, la tristeza de Aurora. Abuelas, madres, hermanas, hijas y nietas. Un libro que se llena de protagonistas valientes. Una historia que le da voz a todas esas mujeres que un día lucharon por todos nuestros derechos. Una revolución que ha conseguido ponerme el vello de punta y sumarme a ese movimiento feminista que a día de hoy sigue luchando por conseguir un mundo más justo, un mundo mejor.


Una historia muy, muy emotiva que se nota que está escrita desde el corazón. Y es que si hay algo que nos ha enseñado Ángeles Corella es que el amor es lo único que nos salva. Un libro que sabe llenarse de escenas cotidianas, de la magia de las pequeñas cosas… Y es que a pesar de todas las desgracias que encontramos en estas páginas, esta novela se llena de algo por lo que merece la pena seguir sonriendo, seguir luchando, seguir adelante; esperanza.


En conclusión, cada momento es una historia a punto de ser contada y “Aquellos tiempos robados” es la voz de todas esas leyendas que murieron antes de tiempo. Esa voz del pasado que nos hace entender quienes somos y de dónde venimos. 





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viernes, 11 de febrero de 2022

Reseña: Hay momentos que deberían ser eternos


Me apuesto lo que quieras a que los seres humanos solo tardamos veinticuatro horas en olvidarnos de vivir, pero vivir de verdad… Como si cada instante pudiese ser el último. Y es que solo somos conscientes de lo corta que es la vida cuando ocurre una desgracia a nuestro alrededor. De pronto, nos sentimos afortunados y juramos y perjuramos que vamos a cambiar, que vamos a pasar más tiempo en familia, vamos a viajar más, vamos a discutir menos y… Como he dicho antes, pasadas esas primeras veinticuatro horas, todo eso queda en el olvido y volvemos a perder el tiempo con tonterías…

Desde el momento en el que se conocieron, las noches de Madrid y los días en Ibiza llevan sus nombres. Ella siempre con un “no” por bandera. Él siempre con un “sí” entre sus labios. Juntos se darán cuenta de que un día sin sonreír es un día perdido y que los planes improvisados siempre salen mejor que los planeados, pero, sobre todo, Eva y Marc, descubrirán que hay momentos que deberían ser eternos. 

Creo que no existen suficientes palabras de agradecimiento para darle las gracias a Megan Maxwell por este libro. Supongo que muchos pensaréis que estoy exagerando, pero creo que el mundo necesita más libros como estos. El tema que trata este libro no es fácil, todos nos acojonamos cuando escuchamos la palabra “cáncer”, pero esta autora nos da un punto de vista diferente que consigue que estas páginas se llenen de algo que nunca nadie debería de perder, la esperanza. Así que, por mí, que Megan Maxwell se tome siempre todas las licencias que quiera. 

Nuestro protagonista masculino, Marc Sarriá, es un prestigioso cirujano oncológico que se dedica a salvar vidas, pero en este libro no solo lo veremos como médico, sino también como paciente. Y ver ambas perspectivas ha sido algo muy interesante. Aunque, sin duda, mi parte favorita ha sido en esa sala de espera en la que los desconocidos se vuelven amigos y el amor se convierte en algo incondicional.

Hay que ser positivos porque cuando lo somos tenemos el poder de convertir los problemas en retos y no en malditos obstáculos que no nos dejan avanzar. La autora se recrea mucho en este pensamiento y en lo fundamental que es mantener una actitud positiva en nuestro día a día. Y es que el personaje de Eva da un cambio gigante cuando empieza a cambiar la palabra, “no”, por el adverbio, “sí”. Ella es una chef profesional que se desvive por su trabajo, pero conocer a Marc, le hará replantearse todas sus prioridades… Y lo que me ha parecido un detalle por parte de la editorial es que en las últimas páginas de este libro podemos encontrar todas las recetas que cocina nuestra protagonista. ¡QUE APROVECHE!

La música de Bruno Mars será la encargada de dar voz a la historia de amor de Eva y Marc, dos personas que vienen de mundos diferentes, pero como la propia autora se encarga de recordarnos; el dinero no da la clase, ni la pobreza la vulgaridad. Además, en esta ocasión, no solo seremos testigos de un bonito romance, sino que también conoceremos de primera mano todos los problemas familiares que atraviesan los padres y hermanos de Eva, que ya os adelanto yo, que no son pocos.

Este libro está muy bien, de hecho, se lee rapidísimo porque es muy adictivo, pero he de decir, que no ha conseguido emocionarme. En ese sentido sí que es cierto que me han faltado mariposas en el estómago, me ha faltado que se me erizara la piel en algunas escenas y, sobre todo, me han faltado lágrimas y mira que el final de poco consigue matarme de un infarto, pero…

Insistir, resistir, vivir y nunca desistir. Creo que no podría acabar esta reseña de otro modo porque esto es justo lo que nos enseña Megan Maxwell en “Hay momentos que deberían ser eternos”. Un libro que te hará replantearte que la vida es mucho más que horarios y rutinas. 



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sábado, 29 de enero de 2022

Reseña: Anne sin filtros



El mundo se detiene, una ráfaga de aire le mueve el pelo hacia atrás a la vez que una sonrisa aparece en su rostro… Por supuesto, todo esto pasa a cámara MUY lenta mientras de fondo suena alguna canción bonita. Su mirada se encuentra por primera vez con la tuya y tu corazón reacciona acelerándose y es justo ahí, cuando descubres que la persona que acaba de entrar por la puerta es el amor de tu vida. Eso es lo que nos enseñan las películas, ahora bien, la realidad no se parece en nada a la ficción y Anne Shirley, nuestra protagonista, estaba a punto de encontrar todas las diferencias.

Imaginar siempre se le ha dado bien, por eso, contar historias es su pasión. En internet la conocen como Lady Cordelia, una de las mejores escritoras de fanfics, pero en la vida real es una chica normal y corriente a la que todos llaman Anne con e. La chica pelirroja de las trenzas largas vuelve a nuestras vidas para convertirse en la protagonista de su propia historia porque ha llegado la hora de dejar de soñar con los ojos abiertos para empezar a vivir con el corazón despierto.

Más de cien años han pasado desde que Lucy Maud Montgomery escribiera, “Ana la de tejas verdes” y es increíble ver como esta historia sigue llegando a los corazones de la gente. Da igual que edad tengas, de qué género seas o en qué país residas… Esta historia nunca va a pasar de moda y siempre va a ser especial para aquellos lectores que en algún momento de sus vidas se han identificado con la protagonista porque una de las cosas buenas que tiene este clásico es que es muy sencillo empatizar con Ana Shirley y con la gran imaginación que posee. Ahora bien, no sé cómo se les ocurrió la idea de hacer un retelling de esta historia a Iria G. Parente y Selene M. Pascual, pero lo que sí sé es que les estoy muy agradecida por ello porque volver a Tejas Verdes en pleno siglo XXI, ha sido como volver a casa después de un viaje muy largo.

A esta nueva versión no le falta ningún detalle, de hecho, las primeras páginas de este libro me abrumaron por el gran parecido que encontré con la obra original. Y es que, si no hubiese sido algo imposible, me hubiese creído que al teclado estaba la mismísima Lucy Maud Montgomery. Así que decir que Iria G. Parente y Selene M. Pascual han hecho un trabajo impecable, posiblemente sea quedarme corta porque considero que han sabido plasmar muy bien la esencia de este clásico.

Para mí era muy importante reencontrarme con todos los personajes de esta novela, ver como estas autoras les daban una nueva vida y lo cierto es que, ahora mismo, estoy sin palabras porque no solo han sabido meterse en la piel de cada personaje, sino que, además, han conseguido que encajen a la perfección en este nuevo mundo que han creado. Ahora, Tejas Verdes es una cafetería donde los hermanos Cuthbert; Marilla y Matthew, se encargan de hacer pasteles y servir bebidas calientes, mientras su hija adoptiva, Anne, empieza su primer año de universidad junto a su mejor amiga, Diana. Allí, ambas, disfrutarán de muchas primeras veces y harán nuevos amigos como; Phil, Roy, Fred, Josie Pye, Ruby. Y algún que otro enemigo como Gilbert Blythe. ¿Os suena alguno de estos nombres? Porque como podéis ver no se han dejado a nadie por el camino y, es más, han incluido a personajes de su propia cosecha que hacen que la trama sea todavía más interesante.

Los tiras y aflojas entre Anne y Gilbert es otro ingrediente que sigue inalterable en estas páginas. Pero, en esta versión, los veremos compitiendo por ver quién escribe el mejor fanfic de la serie de moda, “El caballero del espejo”, un retelling de la historia original de “El Rey Arturo”. Ver quién llega primero a las quinientas mil visitas, ver quien hace las mejores fotos para promocionar sus textos… Y al mismo tiempo, también seremos testigos de cómo poco a poco empiezan a acercarse, como juntos van afrontando las malas críticas... Y he de decir que ha sido muy bonito reencontrarme con esa parte de mí que escribía fanfics sobre una de sus películas favoritas de la infancia porque lo cierto es que se me había olvidado lo mucho que disfrutaba escribiendo sobre ello.

Así que sí, una de las cosas que más me han gustado de este libro es que las autoras, a través de Anne y Gilbert, nos muestran cómo se sienten al escribir; como necesitan ordenar sus ideas y plasmarlas al papel, como necesitan dar voz a sus miedos, como necesitan gritar por la libertad, como necesitan contar historias, vivir a través de sus propios personajes… Y sentir esa pasión por las palabras, por las historias… Ha sido algo mágico. De hecho, este libro nos deja pensando mucho sobre la idea de estudiar algo que nos apasiona o estudiar otra cosa que apenas nos causa interés, pero que con el tiempo puede tener mejores salidas laborales. Y ha sido un debate de lo más interesante porque aquí, el personaje de Diana nos da un nuevo punto de vista a tener en cuenta, ya que ella ama dibujar, de hecho, es la encargada de ilustrar algunos capítulos de Lady Cordelia en la red, pero ella prefiere hacer de su pasión un hobby y no una obligación. Y creo que esto también es muy importante.

Por otra parte, tengo que destacar la edición de este libro porque en el interior de este tomo se esconden unas magníficas ilustraciones de Cristina Cid y, además, en este volumen, también podemos leer algún que otro capítulo de los fanfics de nuestros personajes que las autoras han ido enlazando con lo que les sucedía en ese momento a los protagonistas.

El accidente de la barca, el pelo teñido de verde, el pastel que esconde un ingrediente secreto… Pero aún por muchas semejanzas con la obra original, Iria G. Parente y Selene M. Pascual, han sabido crear algo propio y diferente. De hecho, me atrevería a decir que han mejorado la trama, añadiendo diversidad sexual a sus personajes, rompiendo con cualquier etiqueta y estereotipo, hablándonos del amor en su mejor versión y ofreciéndonos también una trama sobre la importancia de aceptarnos a nosotros mismos. Además, este libro, también trae consigo una gran lección que viene a ser que al final solo mostramos a los demás lo que queremos que vean y eso es solo una pequeña parte de nosotros que ni siquiera tiene el poder suficiente como para definirnos como persona. 

Así que, si de algo estoy segura, es de que Lucy Maud Montgomery, allá donde esté, se sentirá MUY orgullosa de Iria G. Parente y Selene M. Pascual porque leyendo este libro, te das cuenta de lo mucho que estas autoras han disfrutado reescribiendo esta historia, te das cuenta del respeto con el que han tratado a cada uno de los personajes y, sobre todo, te das cuenta de que ambas se han dejado el corazón escribiendo, “Anne sin filtros”.


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