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viernes, 23 de julio de 2021

Reseña: Todos los veranos del mundo

Todo estaba en orden, todo era seguro hasta que Helena volvió a Serralles, el pueblo de todos los veranos de su infancia, y ya nada importó… Ni si quiera su boda con el Juez Dredd. Allí el tiempo transcurre de otra manera, la luz es distinta y las cosas que parecen importantes en la ciudad, pierden por completo su poder. Pero lo que nuestra protagonista debería de haber sabido es que no importa lo lejos que corras a esconderte, la vida siempre acaba por encontrarte.

Cada vez que leo a Mónica Gutiérrez acabo pensando lo siguiente; esta autora no escribe, esta autora hace magia. De hecho, no sé cómo lo hace, pero siempre consigue que me reencuentre conmigo misma, pese a que ni siquiera fuera consciente de lo perdida que estaba y, sobre todo, consigue recordarme las cosas importantes de la vida; el poder que tiene un abrazo, los efectos de una sonrisa, la importancia de rodearte de personas que te quieren por como eres…

“Todos los veranos del mundo”, es una historia que nos habla sobre la vida, el paso de los años y el recuerdo de los que ya no están. Pero también, tiene entre sus páginas, la historia de amor más bonita que ha escrito esta autora hasta la fecha. Nuestra Helena de Troya volverá a coincidir después de veinte años con nuestro adorado Paris, más conocido como Marc. Y los dos niños que llenaban cada calle de carcajadas, helados y carreras en bicicletas... volverán a perderse en la magia las noches de verano. El problema es que nuestra protagonista está a punto de casarse con otro hombre.

Un libro que nos hace reflexionar sobre los cambios y el miedo que estos nos provocan y también nos deja pensando en las decisiones; en el por qué o por quien decidimos tomarlas. Lo que es correcto y lo que no. Y de verdad, me ha encantado ver la evolución que tiene el personaje de Helena a lo largo de las páginas. Ver como consigue volver a sentirse en paz consigo misma, ver como decide apostar por su felicidad y, sobre todo, ver como vuelve a conectar con cada miembro de su familia; su madre, sus hermanos, sus sobrinos… Y hasta el vikingo de la floristería. Porque aquí, cada personaje cuenta.

Y aunque parezca mentira, esta es la primera vez que no voy a recomendar leer a esta autora bajo el sonido de una tormenta, atrapada entre las mantas y con una buena taza de chocolate. El propio título te da una pista, pero por si te quedaba alguna duda, no pierdas la oportunidad de leer este libro en verano, de hecho, creo que, a partir de ahora, lo leeré cada uno de mis veranos y a poder ser con una buena copa de vino en la mano, porque sin duda, se ha convertido en uno de mis libros favoritos.

Una historia perfecta para desconectar que consigue atraparte con los cinco sentidos porque es muy fácil sentir cada aroma, cada sabor… Ver a través de las páginas. De hecho, cuanta con una ambientación que dan ganas de coger las maletas y viajar hasta la pequeña localidad a pie de los Pirineos.

Pero, sinceramente, lo que no acabo de comprender es como se ha podido hablar tan poco de este libro con lo bien escrito que está, con lo fácil que resulta engancharse a sus páginas, con la historia tan bonita que esconde en su interior… Y es que, solo le han bastado doscientas páginas a esta autora para crear una novela a la que no le falta ningún detalle y ninguna pizca de magia.

Es tiempo de vendimia, tiempo para tomar el té en tu librería favorita, tiempo para aprender a volar… Así es “Todos los veranos del mundo” una novela dulce, entrañable… De esas que consiguen curarte por dentro y de esas que logran que te sientas mejor contigo misma.



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lunes, 25 de marzo de 2019

Reseña: El día que sientas el latir de las estrellas



Perderse a veces es la única forma de encontrarse. De regresar a nuestras raíces, de encontrar nuestro verdadero destino.

Cuando Isla decidió ir a visitar a su padre a África, en ningún momento se imaginó la gran aventura que estaría a punto de cambiarle la vida. Un accidente le hará caer en mitad de la jungla; mal herida, perdida y con la única ayuda de Sirhan, el piloto que dirigía la avioneta y la persona que le ayudará a sobrevivir. Un viaje que le hará ver que no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita.

Dicen que a la tercera va a la vencida y para mí, esta tercera parte de la trilogía “El día que…” ha sido sin duda la mejor y con diferencia. Nos encontramos ante una protagonista femenina, que tiene voz, fuerza y brilla por si misma sin necesidad de escudarse en el personaje masculino o en una historia romántica como tal. En “El día que el océano te mire a los ojos” la autora ya nos daba pistas acerca de como sería Isla, sin embargo, conocerla ha sido increíble y conectar y empatizar con ella, de lo más sencillo.

Si algo me ha sorprendido es la cantidad de cosas que pasan en cinco días, ya que la autora en ningún momento para el ritmo y eso solo hace que necesites con ansiedad la siguiente página. Y es que Isla, no solo tendrá que aprender a sobrevivir en la jungla, sino que tendrá que hacerle frente a su pasado... Nunca se supo que es lo que pasó realmente cuando su madre desapareció en medio de la naturaleza, todos la dieron por muerta, pero quizás, sea hora de ponerle respuestas a todas esas preguntas y tal vez, ahora, Isla, entienda porqué su padre decidió dejarla con sus tíos en Australia, mientras él, volvía a la tierra de su amada esposa.

Se nota lo mucho que ha mejorado Dulcinea como escritora. No solo encontramos diálogos más elaborados, más creíbles… Sino que, a pesar de sus prisas o su previsibilidad, esta vez podemos hallar sentimientos más profundos en las páginas, una historia de amor más pasional y una trama bastante más cuidada que en las otras novelas.

Además, si algo tienen en común estos tres libros es que cuentan con unas ambientaciones impecables, ya que a pesar de que son de lo más variopintas entre sí, todas están muy bien detalladas y la autora con esta tercera entrega, consigue teletransportarnos al calor húmedo de África, a sus junglas y sus poblados, llenándonos de tradiciones y culturas.

Tengo que admitir que una de las cosas que más me ha gustado de este libro es el tema de los gorilas. Lo que la gente mala es capaz de hacer por conseguir una cría de esta especie y la impotencia que da no poder cambiar el mundo apretando solo un botón para que este tipo de barbaridades desaparezcan. Pero aún así, me ha encantado ese toque de esperanza, ese mensaje de que sigue habiendo gente que lucha a diario contra este tipo de injusticias, batallando contra los cazadores, rebeldes… O creando orfanatos, santuarios para prevalecer la vida.

Saber de Narel, Aurora y la pequeña Sam los protagonistas de “El día que el océano te mire a los ojos” me ha hecho tener una sonrisa permanente en muchas escenas y he de reconocer que el reencuentro con Flor y Jake, los protagonistas de “El día que sueñes con flores salvajes”, esta vez y al contrario que en el anterior tomo, sí que me ha gustado. Todo tiene más sentido, todo parece más natural. Son libros totalmente independientes, pero sí que recomiendo leer como mínimo el segundo libro, antes de leer este tomo.

Además, aprovecho para destacar el arte y la magia de Ana Santos que ha sabido dar vida a cada una de las portadas de una forma única y preciosa.

Si tuviera que definir en una palabra esta novela sería: “fuego”. Un grito de la naturaleza. Una aventura salvaje, conmovedora que hará que sientas en tu interior el latir de las estrellas.  



¡MUCHAS GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR!

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lunes, 12 de noviembre de 2018

Reseña: El día que el océano te mire a los ojos



¿Qué pasa con la vida cuando ya no hay instantes a los que aferrarse? ¿Por qué cuando La Muerte avisa de que va a venir de visita es cuando comenzamos a vivir de verdad, vivir como si fuese el último instante?

Conocer a Narel y Sam era lo último que Aurora hubiera esperado tras enterarse de que su novio le era infiel, tras descubrir que apenas le quedaban tres meses de vida… Como si el destino le tuviera preparado un último regalo. Pintar frente al mar, nadar junto a las ballenas y descubrir formas de hacer el mundo un lugar mejor. La vida de Aurora llega a su fin y sin embargo, parece que acaba de empezar…

Si tuviese que definir en una palabra esta novela sería: “desorden”. Creo que para escribir un libro hay que tener muy claro lo que quieres contar y en este caso, me ha dado la sensación de que la autora tenía mil ideas que ha acabado metiendo en un batidor, sin fijarse en si los componentes podrían combinar o no. De ahí, que encontremos algún que otro sin sentido, varias tramas forzadas añadidas con calzador, otras tantas sin acabar, un final de lo más incrédulo y la sensación permanente de que todo acaba pasando tan rápido que apenas da tiempo a degustar las mejores partes.

Un romance superficial, lleno de prisas que apenas consigue profundizar en sentimientos. Creo que los diálogos son una de las principales causas de que ocurra esto, ya que no son nada fluidos, ni naturales y al final, eso le resta realidad a una historia que de por sí, ya no estaba resultando muy creíble. Y todo esto es gracias a su protagonista principal, Aurora, y su forma de afrontar cada hecho. Por el contrario, creo que esta historia se salva por la fuerza del personaje de la pequeña Sam y las enseñanzas de su padre Narel.

A pesar de que el libro pertenece a la trilogía “El día que…” esta parte se puede leer de manera totalmente independiente. Tenía muchas ganas de saber sobre Flor y Jake los protagonistas de “El día que sueñes con flores salvajes”, de normal, en este tipo de historias, que tienen en común a personajes del libro anterior, adoro las partes de los reencuentros, sin embargo, esta vez y por primera vez, he de confesar que la escena ha sido tan surrealista y tan sobreactuada que ha sido toda una decepción. Creo que en alguna que otra parte más, pero sobre todo en esta, la autora hubiera necesitado que alguien le guiara y aconsejara. No hablo de cambiar, pero sí de mejorar. Al igual, que no hubiera estado mal alguna que otra corrección de estilo.

Ya me pasó con la anterior novela y es algo que quiero volver a destacar; la increíble ambientación que la autora desarrolla a lo largo de las páginas, ya que incluso he llegado a oler la brisa del mar mientras leía y eso, que vivo muy lejos de las olas. Esta vez, la autora nos propone un viaje a Capitola, un pueblecito costero de la bahía de Monterrey y alguna que otra escapada a San Francisco, todo contado con unas descripciones que hacen que quieras coger las maletas y despegar de inmediato.

“El día que el océano te mire a los ojos” para mi ha sido un grito de socorro; una llamada de la madre naturaleza, una reflexión que no te dejará indiferente. De la mano de Narel conoceremos más de cerca el mundo marino; la majestuosidad de su fauna y también, su desgarradora realidad. Apenas somos conscientes de como nuestra vida diaria puede contaminar TANTO el mar… Como un envase puede asfixiar, puede matar, puede no degradarse jamás. Un mundo conquistado por el plástico y una batalla que está en nuestras manos ganar.

Sobra decir que Narel, Sam y su modo de vida han sido de mis cosas favoritas de esta novela. Nunca había leído nada sobre el minimalismo y he de decir que he quedado fascinada. Vivir con lo justo y necesario. Resulta tan fácil si nos paramos a pensarlo, que ahora, mirando a mi alrededor me doy cuanta de todas las cosas de las que podría deshacerme, todas las chorradas que no me haría falta comprar por simplemente tener y todo el espacio que tendría libre si no guardara “por si acaso…”

En conclusión, puede que “El día que el océano te mire a los ojos” no tenga la mejor historia de amor, no sea el libro mejor escrito, pero sin duda tiene varios mensajes para la humanidad que, si todos pusiéramos en práctica, el mundo sería un lugar MUCHO mejor y que gracias a personas como Paola Calasanz ya empieza a serlo.


¡MUCHAS GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR!

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miércoles, 3 de octubre de 2018

Reseña: El día que sueñes con flores salvajes


¿Hasta dónde estarías dispuesto a dejarte llevar por tu corazón? Seguir a la intuición y perderte tras las señales que la vida nos regala. Arriesgar a pesar del miedo a los cambios, a pesar de que eso signifique dejar a personas atrás…

Flor, nuestra protagonista, tendrá que viajar hasta Tennessee por trabajo. Ella es una reconocida fotógrafa y organizadora de bodas que se fue a Nueva York para alcanzar sus sueños. Pero lo que ella no esperaba es que ese viaje, de apenas unos días, cambiaría su forma de ver la vida, su forma de sentir, soñar y anhelar algo que no creía necesitar con tanta fuerza. Algo llamado; vida, amor, hogar. Algo como Jake.

Su romance nace a partir de un “instalove” y a raíz de ese primer encuentro los caminos de Flor y Jake se verán destinados a coincidir. Ambos tienen distintas parejas y están comprometidos con ellas pero conocerse lo cambiará todo. Flor descubrirá un mundo de posibilidades a través de los ojos de Jake; sentirá la emoción de estar viva, de despertar al mundo… Y todo eso le hará replantearse su vida en Nueva York con Roy, su prometido. Por otro lado, Jake está a punto de casarse con Mel, ambos han crecido y madurado juntos, pero sin embargo, ambos aspiran a cosas muy distintas en el futuro… Un libro que nos habla sobre los primeros amores y sobre la importancia que estos tienen en nuestra vida a pesar de no ser el último de ella.

Es una historia bastante predecible pero eso no impide que se disfrute de cada instante, ya que hay escenas que saben robar el aliento. Pero sin embargo, el hecho de sentir que todo pasaba demasiado rápido, que los sentimientos nacían descontrolados, que los personajes se contradecían a cada momento… ha hecho que no llegara a creerme la historia. Es cierto que la autora sabe transmitir muchas emociones pero le falta plasmar esa realidad con ellas. Además, es un libro con prisas, sin tiempo y por eso su final es tan precipitado, tanto, que no te da tiempo saborearlo o sentirlo.

Sin embargo, creo, que Paola Calasanz, la autora, ha hecho un trabajo impecable con los personajes secundarios. Tanto Rosa, la abuela de Flor, como Joan, la madre de Jake, se han ganado todo mi corazón. Su comprensión, pureza y dulzura está llena de sentimiento y sobre todo, los lazos que tienen estos personajes entre sí y el vínculo de unión que tienen con los propios protagonistas está lleno de belleza y realidad. La sabiduría del abuelo Lonan creo que tampoco pasa desapercibida y sin duda, es el que nos deja con las mejores frases para citar, enmarcar y reflexionar. Pero el personaje que quiero destacar por encima de todos es el de Mel, la prometida de Jake, creo que es un personaje que tiene mucho más que dar y sin duda, estaría más que encantada de leer una historia independiente sobre ella.

La ambientación unida al hilo musical que Dulcinea nos propone hace que estas páginas nos teletransporten a las grandes montañas de Wears Valley. La naturaleza salvaje de los bosques, la vida rural a través de las paredes de maderas y la magia de los paisajes…  Es una novela llena de contrastes, no solo en los personajes sino en el mundo que les rodea. Por ello, la autora también nos envuelve en esa vida sin frenos, llena de trabajo, consumismo y redes sociales de la gran ciudad… Además, quiero destacar la originalidad y el buen uso que ha hecho con la forma de integrar la red social, Instagram, que sin duda ha sido todo un acierto.

“El día que sueñes con flores salvajes” está escrito para concienciar, abrir mentes y empezar actuar. Es un libro que está muy bien documentado sobre la alimentación vegana y no solo haciendo ver al lector la maldad de la industria cárnica, sino también, bajo la perspectiva de una vida saludable y al fin y al cabo sobre lo más importante, los sentimientos de los animales.  Además, son varios platos de comida los que aparecen en estas páginas. Esto, no solo aporta ideas gastronómicas, sino que nos muestra que la alimentación vegana va mucho más allá de una ensalada.

Es cierto que esta novela es pura ficción, pero creo que de algún modo, la autora, sin pretenderlo, nos ha acercado de una manera mucho más íntima a su vida. Tanto su pasión por la fotografía como por la naturaleza están presentes, al igual que algunos de sus hábitos como la alimentación vegana o su forma de vida como dueña de un santuario de animales. Pero sobre todo, creo que Dulcinea se humaniza y nos muestra su parte más natural, ya que como bien se narra en estas páginas, detrás de cada red social hay una persona que de normal nos muestra la mejor versión de sí misma, pero eso no significa que esta persona sea perfecta o que no sufra, ya que al fin y al cabo, todos tenemos la capacidad de sentir.

Además, no cabe duda de que Paola Calasanz es una romántica empedernida y que ha puesto todo su corazón en su primera novela. Su pluma traspasa los sentidos y nos teletransporta a través de las páginas. Su modo de escribir es fresco y muy, MUY adictivo por lo que más que leer, esta historia se devora. Sí que es cierto que esperaba más profundidad a nivel emocional en cuanto a trama y personajes y quizás, diálogos mucho más naturales pero creo que Paola tiene mucho potencial y que novela tras novela lo vamos a ir descubriendo.

Quiero destacar también el trabajo de Ana Santos, la ilustradora de la portada, porque ha hecho magia.  Un trabajo que cobra vida propia y que hipnotiza desde el primer instante.

En conclusión, “El día que sueñes con flores salvajes” es un golpe de efecto. Dulcinea nos muestra la realidad de la industria cárnica y nos llena de esperanza, futuro... Una historia efímera que sin embargo, sabe echar raíces con un romance lleno de casualidades, intuiciones y decisiones.


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martes, 1 de noviembre de 2016

Reseña: El Noviembre de Kate


La lluvia resuena a través del cristal de la ventana, el olor a chocolate inunda la estancia mientras una manta gigante envuelve todo a excepción de un buen libro. Ese buen libro, sin duda es “El Noviembre de Kate”. El libro perfecto para resguardarse de una tormenta.

Conoceremos a Kate, la chica de los zapatos de bruja y bufandas de colores, justo en el momento en el que decide subirse a una buhardilla para empezar hacer un programa de radio. Una radio de amateurs.  Y será entre programa y programa cuando nuestra melancólica protagonista empezará a abrir los ojos. Los viernes por la noche, además de tertulias en la radio sobre el romanticismo, también encontraremos, en un bar escondido, a tres hombres informáticos planeando una venganza. Kate y Don, uno de los vengadores, se conocerán en ese rincón perdido de un hotel. Pero lo que nadie sabía, a excepción de William Dorner, meteorólogo de la radio, es que días más tarde nacería “La gran tormenta Blanca”.

Mónica Gutiérrez, la escritora, ha sabido hacer un trabajo increíblemente bello. Los lugares en los que está desarrollada la historia están tan bien descritos que hace viajar al lector completamente. El olor a tortitas y café naufragará hasta nosotros, al igual, que podremos sentir ese frío polar que hará que queramos estar en la casa de las tres chimeneas. Los diálogos es otra de las cosas brillantes que tiene esta historia, no solo porque haya una relación entre personajes y lectores, al romper con la “cuarta pared”, sino que la forma en la que se comunican es tan realista y natural que hace que nada sea forzado. Lo cual, demuestra todo el talento que tiene esta autora.

El libro está narrado principalmente por las voces de Kate y Don. Ambos resurgirán de su pasado, de su presente y aprenderán a afrontar las despedidas, la venganza… Abrir los ojos y empezar a vivir, a disfrutar cada instante... Estos temas han hecho que meterse en la mente de Kate y Don haya sido toda una lección de vida. Por lo que esta historia no podría haber tenido a unos protagonistas mejores. Tan distintos a la vez y tan carismáticos; con sus metáforas, sus jardines, su forma de ver la vida y superarse cada día hasta lograr ser quien de verdad quieren.

Los momentos más divertidos de estas páginas estarán protagonizados especialmente por los personajes secundarios. Pierre Lafarge, Norman Berck, Los Argonautas, entre otros… Han sabido hacerse un hueco en esta historia. Sus diferentes personalidades y su forma de sentir la vida nos dejarán con más lecciones y con las escenas más cómicas de la historia. Es muy fácil cogerles cariño a estos personajes y  sin duda han sabido brillar por sí mismos.

“El Noviembre de Kate” es una historia de amor, pero no solo de un amor que nace a fuego lento entre los protagonistas, sino también de un amor hacia uno mismo. Lo cual hace que esta historia sea más especial aún si cabe. Es cierto que no tiene ningún giro drástico ni dramático, pero creerme, no lo necesita.

En conclusión, “El Noviembre de Kate” es una historia que empieza de una manera de lo más original con unos personajes principales y secundarios simplemente brillantes.  Unas páginas que saben hacerte reflexionar y conquistar a todo lector con su prosa. Un libro perfecto para leerlo en esta época del año; con manta, chocolate y el sonido de la lluvia tras el cristal.


¡MUCHAS GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL EJEMPLAR!

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